Una semana de preparación de nuevos proyectos, uno en especial ya en su última fase. Mi quinto libro ya lleva un tiempo terminado –varios meses– y dependía solo de mí poner fecha al día de su lanzamiento y empezar a organizar las presentaciones. Mi trabajo me tiene un poco absorbida últimamente y he ido demorando su publicación por falta de tiempo…

Señales de la vida…

Hasta que una señal, de esas que te da la vida, me hizo ver que tenía que ponerlo en mi agenda –sí, a veces, nos olvidamos de que somos responsables de lo que ponemos en nuestra agenda– y publicarlo ya. Me hace muy feliz anunciar que la próxima semana ya tendré la fecha de lanzamiento y te contaré un poco más de mi libro, con temática femenina esta vez, un proyecto muy personal, que me hace una ilusión enorme presentar.
Un libro con el que me gustaría ayudar a un colectivo importante de mujeres al que, a veces, nos cuesta poner en valor aquello que hacemos. Mi aspiración es poder contribuir a que descubran todo lo que aportan y todo lo que suman con su día a día, a través de lo que nos demuestran distintos estudios científicos.

Poner en valor

La diferencia entre precio y valor es un matiz importante.
El proceso de fijación de precio de algo es siempre un proceso complicado, lo veo en muchos proyectos emprendedores, que tienen en ese momento una dificultad importante. El punto más significativo está siempre en cómo valora el destinatario final ese producto o servicio. Por tanto, es importante dedicar tiempo a reflexionar sobre a quién le aporta valor y cómo puedo conseguir llegar a esa persona.

Precio ≠ valor

Un producto puede ser técnicamente muy sofisticado y complejo, que eso no hará aumentar su precio, puesto que éste depende del valor que aporte. Recuerdo hace unos años, el desarrollo de un fax, técnicamente presentaba una serie de características que lo hacían destacar sobre los aparatos que había hasta entonces. Sin embargo, lo desarrollaron en un momento en que el fax ya empezaba a estar en desuso, otras tecnologías se encargaban ya de enviar información y habían desbancado al fax de la función que tuvo durante unos años.

Computación cuántica

National Geographic publica hoy que «Google da un paso de gigante en la computación cuántica».  Y es que la compañía Google ha publicado en la revista ‘Nature’ el mayor avance de la historia en computación cuántica, un sistema cuántico que ha realizado en 200 segundos un cálculo que un superordenador actual necesitaría 10.000 años para realizar. Aunque la polémica está servida, porque IBM niega que el experimento de la empresa de Silicon Valley dé el resultado que presenta.
El equipo de Google ha desarrollado el procesador cuántico Sycamore, formado por 54 qubits, o bits cuánticos. La novedad está en aplicar las leyes de la mecánica cuántica. Así, diferencia de los bits clásicos, que solo pueden tener dos valores –cero o uno–, los qubits pueden adoptar los dos valores a la vez gracias a una propiedad cuántica llamada ‘superposición’. Así, es posible aumentar la capacidad de computación de forma exponencial. Las ventajas de la computación cuántica son:

  • Mayor potencia de cálculo.
  • Mayor capacidad de memoria.
  • Y menor consumo de energía.

Las condiciones técnicas en las que deben estar estos sistemas de computación –temperaturas cercanas a 0º y estar aislados– han limitado hasta ahora el desarrollo de estos sistemas. Para desarrollarlo, Google ha contado con la colaboración de 13 instituciones científicas de EEUU y Alemania –universidades, centros de supercomputación y la NASA–.

Un ordenador cuántico realizará tareas que no están al alcance de un ordenador convencional y parece que tienen un potencial de aplicación importantísimo. A largo plazo, las aplicaciones potenciales incluyen el desarrollo de fármacos, la creación de nuevos materiales, la optimización del tráfico, identificar patrones… entre muchas otras.
Sin embargo, para los tecnólogos no hay unanimidad sobre cuál será su evolución futura. ¿Sustituirán a los ordenadores actuales? No está claro, es una posibilidad, pero va a depender de cómo.
Indicaba William Oliver, investigador del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés), que se trata de «un hecho comparable a los primeros vuelos de los hermanos Wright, pero igual que pasaron décadas entre los vuelos de los hermanos Wright y el desarrollo de la aviación comercial». Parece que los ordenadores cuánticos no tendrán una aplicación práctica a corto plazo. Es evidente que pueden encontrar un enorme abanico de aplicaciones prácticas, pero será necesario desarrollarlas y encontrar la vía de aportar valor.

Valor

Poner en valor las tecnologías es algo a lo que se dedican las organizaciones que las desarrollan. Poner en valor a las personas es algo de lo que también deberíamos ocuparnos. Justamente, esta semana leí en la cuenta de Instagram de mi amigo Guillermo una historia que me viene perfecta para resaltar lo que realmente significa ‘valor’.

Un padre antes de morir le dijo a su hijo: «este es un reloj que tu abuelo me regaló a mí, es un reloj que tiene más de 200 años, y que yo quiero regalarte a ti. Pero antes de que te lo entregue, te pido que vayas a la joyería más cercana, les digas que quieres venderlo y compruebes así lo mucho que vale».
El hijo hizo lo que pidió su padre y, al regresar, le dijo: «el de la joyería me ha dicho que paga 5 $ por el reloj, porque es viejo». El padre le pidió entonces que fuera a una cafetería cercana e intentara venderlo allí.  Se fue y luego regresó con la misma respuesta «el de la cafetería dice que me da 5 $ por el reloj».
Entonces el padre le indicó «ve al museo y muestra ese reloj». Así lo hizo, regresó, y le dijo a su padre «Me ofrecieron un millón de dólares por esta pieza».
El padre asintió con la cabeza y le dijo «quería hacerte saber que en el lugar correcto sabrán tu VALOR de una manera correcta, no te pongas en el lugar equivocado y no te enojes si no lo hacen. Quien sabe tu valor es quien te aprecia, no te quedes en un lugar que no te conviene».

Tú tienes la responsabilidad de ponerte en valor,

es algo que no deberías rehuir.

Siempre existe una distancia entre lo que son las cosas y la representación mental que tenemos de ellas. Lo mismo sucede con las personas… y contigo mism@. Existe una distancia entre tú y la imagen que tú tienes de ti mism@. Creo que todos deberíamos dedicar un poco de tiempo a analizar cuál es nuestro valor y qué les aportamos a los demás.

Como escribía Erich From: «la misión más importante que tiene el ser humano en la vida es contribuir a su propio nacimiento y llegar a ser lo que potencialmente es».
La próxima semana voy a contarte mi nuevo libro, su temática central y, especialmente, la misión que creo que tiene ese libro: ayudar a un colectivo de mujeres a que se pongan en valor. Me gustaría, con toda la humildad del mundo, ayudar a esas personas a que se vean con otros ojos y entiendan todo el valor que suman a su entorno y a la sociedad.
Convencida de que hay temas que hay que poner en valor.

Ponte en valor.

Hasta que no des valor a lo pequeño, a lo cotidiano…

serás incapaz de descubrir lo grande que puedes llegar a ser

Atención a las señales que te da la vida…


Hoy doy un salto en el tiempo para la canción, una de esas canciones que me acompañan desde hace años y que te propongo en su versión original: The Sign.

I saw the sign

and it opened up my eyes

I saw the sign

 
Artículo publicado en INED21