El entorno es un condicionante de tu vida muy poderoso.
El entorno familiar, las personas que te rodean, tu entorno de trabajo, … y tú mism@.
Todo ello contribuye a crear lo que tú eres y a modelar en lo que te vas conviertiendo

Las personas que te rodean

Seguro que has escuchado en más de una ocasión que eres el promedio de las cinco personas con las que pasas más tiempo. La frase es de Jim Rohn y ciertamente, estoy convencida de que cada persona está influida enormemente por las personas de las que se rodea.
Aunque no te des cuenta, las personas con las que pasas más tiempo ejercen una gran influencia en ti. Al igual que tú la ejerces en ellas.
Somos seres sociales, vivimos rodeados de personas y esas personas tienen impacto en tu vida. A algunas de esas personas las has elegido tú. Y otras, parece que llegan impuestas. Sin embargo, tú tienes el poder de decidir con quién pasas más tiempo, con quién compartir más de ti.
Muchas veces, las personas que no has elegido pero que forman parte de tu vida –familia, compañer@s de trabajo, vecin@s…–, parecen una imposición imposible de eludir. Ciertamente, no puedes decidir al 100% quién forma parte de tu vida, pero sí tienes la capacidad de minimizar su efecto, si crees que su influencia es negativa.
Relacionarse con gente buena, con gente positiva es una receta para la felicidad que no siempre tenemos en cuenta.
Elige quién está en tu entorno, elige con quién quieres conversar, elige con quién quieres compartir…
La mayoría de nosotros nos desenvolvemos en la vida sin ser conscientes de que el entorno es el disparador más potente de nuestras vidas y de que no siempre nos beneficia.
Todos ejercemos una influencia en nuestro entorno más cercano. Pero es una relación bidireccional, de doble influencia. Elige con quién quieres compartir tu tiempo y en qué entorno te gustaría moverte, y si necesitas un cambio, planifícalo, crea una meta… ya sabes que los cambios no son inmediatos, pero son posibles. Y lo importante para conseguirlos no es la velocidad, sino la constancia.
La influencia de las personas es invisible y silenciosa, se acumula con el tiempo y sus efectos acaban siendo enormes. Cada persona que pones en tu vida deja una huella… y te ayuda a crecer, ese proceso complejo que experimentamos todos, y que define de Osho de forma magistral:

Para crecer,

simplemente mira un árbol

A medida que el árbol crece hacia arriba, sus raíces crecen  más profundamente hacia abajo, más hondo. Hay un equilibrio: cuánto más se eleva el árbol, más profundas son sus raíces. No puede existir un árbol de cincuenta metros de altura que tenga raíces pequeñas, no podría sostener un árbol tan grande.

En la vida, crecer significa profundizar en ti mismo:

es ahí donde están tus raíces

Osho

Crecemos acompañados, y es importante quién pones a tu lado porque te va a marcar. ¿Con quién pasas más tiempo?
Jim Rohn nos enseñó que nos convertimos en una combinación de las cinco personas con las que pasamos más tiempo. Rohn decía que podemos adivinar la calidad de nuestra salud, nuestra actitud y muchos aspectos de nuestra vida con tan solo mirar a las personas que nos rodean.
Con el tiempo, empezamos a comer lo que comen ellas, hablar como hablan, leer lo que leen, pensar lo que piensan, a escuchar la música que escuchan ellas, ver como miran ellas, tratar a la gente del mismo modo…
Decía Darren Hardy que «la influencia es muy sutil, es como estar tumbado en una colchoneta hinchable en el mar. Crees que flotas y permaneces en la misma posición, hasta que miras y te das cuenta de que una corriente moderada te ha desplazado 800 metros de la costa».
Ese es el impacto de las personas que colocas a tu lado.
Así que elige bien… no todo el mundo merece estar a tu lado.

Y tú…

Cuidado con lo que te dices… influye en tu vida, determina tu mundo.
Decía Wyne Dyer que el mundo es como tú lo miras.
Y dice Diana Orero que “somos las historias que nos contamos”.

Y tiene muchísima razón. Lo cuenta en su libro «Todo cuenta», un maravilloso libro de esos que hay que leer.
Diana es una profesional capaz de hacer magia con las palabras. Tengo la suerte de tenerla como amiga, gracias a Juan Carlos Cubeiro, y te aseguro que es una de esas personas que te atrapan desde el momento cero, su inteligencia y su carisma son extraordinarios. Ella me ha hecho dos regalos maravillosos, los títulos de mis dos últimos libros (‘¡Vamos!’ y ‘¿Somos malas madres?’), con una generosidad difícil de encontrar hoy en día, y con un talento fuera de serie.
La entrevista Inma Sanchís en «La Contra» de La Vanguardia, y nos deja unas cuantas joyas para tener muy en cuenta:

No hay palabras inocentes y no deberíamos ser inocentes al escogerlas

Las personas se convierten en los relatos que escuchan y en los relatos que cuentan

Las historias que nos contamos no cambian la realidad, pero si la percepción de la realidad

No es lo mismo contar una historia desde la herida que desde la cicatriz

Cuéntate una historia en positivo sobre tu vida,
precioso mensaje de Diana
a tener en cuenta,
aunque la vida te llene de cicatrices,
míralas en positivo
 
Cicatrices…
Y es que Nil Oliver acaba de publicar disco esta semana, enganchadísima a sus canciones, y, entre ellas, ésta:
 

 

Solo existen los besos

para curarnos de todos los miedos…