Semana de cerrar temas, organizar proyectos y pequeña celebración del día de Santa Marta -29 de julio- en un año en que muchísimos os habéis acordado, mil gracias por las felicitaciones, es bonito que se acuerden de ti. Esta es la foto que compartí en mi cuenta de Instagram el día de Santa Marta y con la que cierro el curso 2019-20. Un curso en el que no he podido materializar todo lo que estaba planificado y que termina con sabor extraño…

Empieza agosto: el mes de vacaciones por excelencia. Sin embargo, este año, pocas vacaciones, ningún viaje. La prudencia se impone -aunque esté harta de estar en casa, me sienta extraña por estar tantos meses sin viajar y me muera de ganas de moverme-, voy a aprovecharlo para hacer el curso para nuevos consejeros en el sector financiero, combinado con alguna escapada cerca de casa, improvisando.

La situación en que nos encontramos

Los datos nos van dibujando, progresivamente, la dimensión de la tragedia…

Me da la sensación de que sucede lo mismo que con el confinamiento: en principio, parecía cosa de dos semanas -nos lo creímos-, que fueron ampliando poco a poco, hasta llegar a muchas más… Lo mismo sucede con los datos económicos: una primera previsión de caída del PIB en España de un 9,4% que esta semana ya ha empeorado, caída en el segundo trimestre del 18,5%. ¿Cómo cerraremos el año? Parece que caminamos más allá de las peores previsiones.

Y será fundamental el modo en que enfoquemos la respuesta a esta grave crisis, el modo cómo nos pongamos a trabajar.

Entre tanta noticia de crisis económica, sanitaria y social, encuentro una Contra de La Vanguardia dedicada a uno de mis autores preferidos: Francesc Torralba. Desde el primer libro suyo que llegó a mis manos, me convertí en admiradora suya. Doctor en Filosofía, ha publicado más de 100 libros y su ensayo “Inteligencia espiritual” lleva más de 11 ediciones. En la Contra de esta semana destacan un concepto sobre el que Torralba ha escrito mucho: “ser uno mismo, ser individuo requiere valor”, el valor de afrontar las diferencias en un mundo en el que tendemos a actuar muy gregariamente y miméticamente.

Lo escribí el año pasado en mi post: El valor de ser tú. Llegar a ser tú mism@ es un proceso complejo. Y Torralba lo analiza sublimemente en su libro “El coratge de ser un mateix” (El coraje de ser uno mismo), uno de los libros que te recomiendo, por la profundidad del texto y porque te hace pensar mucho. Este es un tema que le apasiona a Francesc Torralba desde los 18 años, como indica en la entrevista, y nos remite a Soren Kierkegaard, el padre del existencialismo, un filósofo que habrá que volver a leer, y del del que hemos leído frases como:

La vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada.

 

La gente exige la libertad de expresión como una compensación por la libertad de pensamiento, que rara vez utilizan.

 

Debo encontrar una verdad que sea verdad para mí.

 

Si una cosa tiene la Contra de La Vanguardia cuando entrevistan a un autor, es que te lleva directamente a comprar su último libro. Cosa que hice automáticamente después de haberla leído: “Vivir en lo esencial. Ideas y preguntas después de la pandemia”.

Un libro en formato corto (138 páginas), de plena actualidad y que leí ayer de un tirón.

 

Audita tu vida

El libro arranca con un llamamiento a la reflexión:

Las crisis son ocasiones, oportunidades de primer orden para auditar nuestras formas de vida, explorar las causas que la activaron y abordar el presente y el futuro desde una nueva mentalidad.

F.Torralba

Y es que, realmente, esta crisis ha dado una vuelta a nuestra vida como si de un calcetín se tratara. Todo se ha visto alterado: la velocidad de nuestra vida se vio detenida, las calles quedaron en silencio, perdimos a seres queridos, vivimos despedidas más duras de lo que habíamos imaginado, nuestro trabajo tuvo que adaptarse, la digitalización tomó el impulso que no había tomado en años, la distancia social nos ha obligado a encontrar nuevas formas de proximidad … nuestra relación con el tiempo y el espacio se ha transformado.

Torralba debate sobre si la crisis nos va a hacer mejores o no, ante un panorama que nos ha cambiado en muchos aspectos.

La crisis nos ha permitido redescubrir valores como el cuidado, la escucha, la gratitud, la humildad, la solidaridad, la paciencia, la perseverancia frente al mal, la cooperación intergeneracional, la generosidad y la entrega, valores que extrañamente ocupan un lugar relevante en nuestra sociedad.

F.Torralba

 

La textura del mundo

En la primera parte, nos describe “la textura del mundo” a través de 7 puntos:

  1. Vivir con incertidumbre… cuando necesitamos seguridades. La incertidumbre no puede ser una excusa para la inacción.

 

  1. La volatilidad… las agendas personales y profesionales “han sido volatilizadas”. Nada permanece de un modo estable. La volatilidad no puede ser una excusa para la pereza.

 

  1. La interdependencia global… futuro. “La ética de la interdependencia exige abandonar la visión unilateral y centrada en el ego para transitar al nosotros”.

 

  1. La hiperaceleración de los procesos… el talento compartido es necesario para salir de la situación.

 

  1. La vulnerabilidad de lo humano… “La lección más potente que nos ha dejado esta crisis es la constatación de la vulnerabilidad de lo humano.”

“Somos vulnerables. Más de lo que creíamos. Estamos expuestos al mal, a la enfermedad, al dolor y, fatalmente, a la muerte. El virus nos ha herido profundamente, ha desorganizado nuestro sistema de vida, se ha llevado por delante a personas que amábamos y no hemos podido evitarlo.” “La vulnerabilidad puede, por un lado, conducirnos a la pasividad, pero puede, por otro, despertar conciencias y espíritu de lucha.”

 

  1. La complejidad frente al neopopulismo… “La crisis nos exigirá recorrer vías alternativas que no son políticamente correctas ni electoralmente rentables, pero que la complejidad de la situación exigirá.”

 

  1. Tres actitudes frente a la crisis: el temor -que nos lleva a un blindaje-, la evasión -los que se evaden hacia el espíritu de catástrofe- y una tercera actitud, más difícil: “la de afrontar, inventar, ahondar”.

 

Una nueva textura en nuestra sociedad, sin duda.

Muy interesantes también las 7 cartas que escribe para el día después: a las madres, a las maestras, a los profesionales de la salud, a los políticos, a los profesionales del mundo social, a las personas mayores y a los jóvenes. Mensajes muy emotivos sobre la situación que nos ha tocado vivir.

 

Vivir en lo esencial

Y, tal como indica su título, nos lleva a reflexionar sobre “Vivir en lo esencial”.

La dicotomía entre lo esencial y lo no esencial se ha puesto diáfanamente de relieve durante la crisis pandémica. Es lo propio de cualquier crisis. Cuando el barco se hunde, uno se ve impelido a fijar la atención en lo que realmente cuenta.

F.Torralba

El ritmo frenético del día a día nos despista… nos lleva a considerar importante aquello que alguien ha decidido que es urgente, nos hace olvidar la importancia de pasar tiempo con las personas que quieres, nos hace posponer para más adelante proyectos que nos ilusionan e incluso nos lleva a olvidar que “lo esencial es invisible a los ojos” en palabras del Principito.

Nuestro modo de vida nos lleva muchas veces a crearnos necesidades ficticias, tan ajenas a lo esencial… Torralba lo sintetiza en un párrafo que he subrayado en fosforito:

No necesitamos grandes mansiones ni grandes vehículos. Todo eso obedece a esta cultura del exhibicionismo que nos han metido entre ceja y ceja desde que hemos nacido. La cultura del tener, como decía Erich Fromm (1900-1980), nos destruye. Lo verdaderamente relevante es ser y seguir siendo.

Lo verdaderamente relevante es ser.

¿Qué es lo esencial?

Cada cual hará su valoración. Para mi, sin duda, la situación me ha llevado a darme cuenta de lo esenciales que pueden llegar a ser los abrazos, que resulta maravilloso que tu hija te proponga hacer una escapada de unos días por la Costa Brava y caminar por el Camí de Ronda, que no tiene precio tener a tu familia cerca, que es una suerte tremenda tener amigos que me quieren así, que me hace feliz recibir dos libros maravillosos dedicados especialmente para mí, o que en el súper me paren personas que conocían a mi madre para decirme lo buena y maravillosa que fue siempre, porque ella era esencial en mi vida…

Lo esencial se reduce a muy poco.

Podría vivir con menos,

podría ser menos consumista

podría dedicar más tiempo a quiénes quiero

podría creer más en mí…

en estos tiempos extraños

es cuando descubrimos lo esencial

y si… lo esencial no son cosas.

 

Hoy la canción empieza con un «podría haber vencido el miedo…», la canción solidaria de este verano de la fundación FEM, a beneficio de personas que padecen esclerosis múltiple, al igual que el autor ha donado los derechos de autor del libro «Vivir en lo esencial» a favor de Aldeas Infantiles SOS, porque me gustan las personas que se preocupan de otras personas que lo necesitan, que valoran lo esencial y que trabajan por construir una sociedad mejor.

 

 

Podria haver vençut la por

podria haver cregut en mi

podria haver avançat

en direcció cap el teu cos

i canviar l’ordre del destí

creuar els nostres camins…

però no ha estat així