Termina una semana «entretenida», entre MadridBarcelona y Lleida, en la que he tenido el honor de presentar mi libro «¿Somos malas madres?» en Madrid. La presentación de un libro genera un cierto nerviosismo en mí, pensar en quién va a venir, qué les quiero contar, qué me gustaría transmitir… dudas, preocupaciones que hacen que me concentre en todo eso que he planificado.
¡Como si la vida fuera cuadriculada! Tú planificas y la realidad te regala sorpresas inesperadas, y no todo es como imaginabas.
Solo puedo dar las gracias por todo lo inesperado en la presentación de mi libro, mil gracias a Ignacio Ordoñez por su maravillosa introducción, a través de la historia real de su madre y de su mujer, para reflexionar sobre diferentes modelos de maternidad y los efectos del amor.
efectos del amor
Y mil gracias a Juan Carlos Cubeiro por su lección magistral sobre estudios científicos alrededor de maternidad y felicidad, en la que aprendimos sobre lo que muestran los trabajos más recientes, entre otras muchas lecciones que nos regala alguien con su sabiduría.

Fue un regalo precioso su intervención y una suerte magnífica que me acompañaran personas maravillosas, que te demuestran que están a tu lado y lo importante que es tenerlas cerca.

Creo que, con frecuencia, estamos demasiado ansiosos esperando que suceda aquello que planificamos… y la vida te suele sorprender con algo que no esperas. Nos falta, en ocasiones, un punto de apertura para descubrir y disfrutar lo inesperado que puede surgir.
Como inesperado me resultó descubrir cuáles son los efectos del amor en las personas, y que incluyo en el libro.

Efectos del amor

Texto de mi libro ¿Somos malas madres?

La ciencia ha demostrado la plasticidad del cerebro humano. El cerebro humano se adapta a la actividad que la persona realiza y puede cambiar su estructura de forma visible. El cerebro se va esculpiendo a lo largo de la vida, con lo que la persona siente, piensa y hace. Y esta plasticidad del cerebro es especialmente importante en los primeros años de vida.
El cariño puede acelerar el crecimiento del cerebro. El cariño y el afecto hacia l@s niñ@s puede determinar de manera muy significativa su desarrollo. Y si la actitud afectiva influye en la formación del cerebro, es un aspecto que la educación debe tener en cuenta.

El cariño puede acelerar el crecimiento del cerebro

Los primeros años de vida de los niños van a ser decisivos para determinar su futuro. La educación que reciban en este período va a ser vital. Y debemos recordar que la educación la reciben a través de una doble vía: la educación formal en la escuela y la educación no formal en su entorno directo, básicamente la familia.
efectos del amor
Desde la neurociencia, me permito destacar un aspecto de la educación no formal que resulta determinante en el desarrollo de una persona: El cariño influye en el desarrollo del hipocampo.
La neurociencia nos ha mostrado que el cerebro es un órgano plástico y moldeable. La interacción de los adultos con los niños y el cariño que se les dedica es determinante en el desarrollo de su cerebro.

El profesor de neurobiología de la Universidad McGill Michael Meaney demostró, con sus investigaciones, cómo influye el cuidado de las madres en el cerebro de sus crías. El experimento se realizó con ratas. Las madres ratas que lamían más a sus crías provocaban cambios en ellas que se traducían en la generación de más neuronas y en un mayor desarrollo de la parte del cerebro que regula la memoria o el aprendizaje –hipocampo–.

Lo mismo se demostró unos años más tarde con humanos en un estudio llevado a cabo por la Dra. Joan Luby en la Universidad de Washington, demostrando la influencia que tiene el cariño en el desarrollo del cerebro humano.
No son los únicos estudios, encontramos otros trabajos académicos, como el trabajo de finales de la década de 1980 realizado por Hallam Hurt, neonatóloga de Filadelfia.
No te sorprendas, es una realidad: el cariño afecta al desarrollo del cerebro. Y l@s niñ@s que reciben más abrazos, más besos y un contacto de mayor calidad, tienen un coeficiente intelectual más elevado.
Es la denominada ‘plasticidad cerebral’ y pone de manifiesto la capacidad del cerebro de cambiar según la experiencia vivida.
Aunque el cerebro nace preconfigurado con unas capacidades enormes, el cerebro depende, en gran medida, de la aportación del entorno para avanzar en su proceso de configuración. Con las últimas investigaciones científicas, hemos descubierto de qué manera ese desarrollo está moldeado por la interacción entre la naturaleza –’lo innato’– y la crianza –’lo adquirido’–.
El cariño puede acelerar el crecimiento del cerebro. Por ello, además del papel que desempeña la educación formal y los contenidos académicos tradicionales, las investigaciones nos muestran que el afecto es un instrumento enormemente poderoso en el desarrollo cerebral y cognitivo de los niños, especialmente, en los primeros años de vida.
efectos del amor

Lo inesperado es parte de la vida

Lo inesperado en la presentación de mi libro me encantó.
Lo inesperado en nuestra evolución personal y profesional nos trae sorpresas. Por cierto, he actualizado mi página web –este es el link: martagranyo.com– y te invito a pasarte por allí, para pedirte tu opinión, si tienes dos minutos.

Lo inesperado es parte de la vida… siempre.

El amor también tiene efectos inesperados…

o no, tal vez todo es más lógico

y más sencillo de lo que creemos.

Será cuestión de dejar que la vida suceda, sin prejuicios ni suposiciones.

Lo inesperado es parte de la vida…

y, al final, resulta que es mejor

lo que se encuentra sin esperar

que lo que siempre habías esperado.

All of me

Cause all of me

loves all of you

Artículo publicado en INED21