Nos empeñamos en que las cosas deben ser de una determinada manera.

CAMINOS PAUTADOS

Una sociedad de caminos pautados

Vivimos en una sociedad llena de prejuicios. De conceptos preestablecidos y de caminos pautados. Parece que la sociedad está obsesionada con una especie de ‘cliché de vida perfecta’ que se atreve a imponer a las personas. Debes moverte dentro de unos parámetros concretos para aparentar tener esa vida perfecta. Y así, sin darte cuenta, vas cayendo en una espiral que te impone lo que debes hacer, vas cediendo a presiones que te empujan hacia ese camino que se espera que sigas.

Caes en la trampa. Trayectorias personales predeterminadas por otros. Caminar para conseguir ese ideal.¡No hay dolor! Jornadas laborales interminables. Saltos profesionales a otros puestos de trabajo para mejorar. Renuncias importantes en tu vida personal para no detener nunca el ritmo de tu vida profesional… acabas persiguiendo unos sueños que no son los tuyos.
Porque –a veces– notas que tu vida no va por dónde quieres. Y, entonces, una cierta angustia interior siempre da el mensaje de alarma. Al principio, es un mensaje débil, pero va creciendo. Hasta que llega un momento en el que tu cuerpo presenta síntomas de necesitar un parón para pensar, para dedicar tiempo a lo que realmente es importante para ti. Sabes que tienes que llegar a un lugar en el que puedas oír a tu corazón, en el que puedas sentir a tu verdadero yo. Pero… ¿cuándo ese cambio?
Externamente, tienes la vida perfecta. En un puesto de trabajo sensacional, en una organización con imagen ideal, con apariencia impoluta y con traje impecable.  La vida profesional, como la vida misma, te acaba llevando por caminos muy curiosos. Pero, al final, nada es lo que parece…

DAR EL PASO

Nada es lo que parece…


Hasta que un día te levantas y te das cuenta de que la frase de John Lennon tiene más sentido que nunca:«la vida es aquello que pasa mientras tú haces otros planes». ¿Vas a dejar pasar tu vida sin vivirla?
Y te das cuenta de que si miras dentro de ti encuentras la respuesta. Sabes si estás donde debes estar o si estás en el sitio equivocado. Justo en ese momento… dejan de importarte los clichés, lo que otros piensan y sigues lo que sientes en tu interior, sin dejar que los juicios o las críticas de los demás te detengan.
Ya no persigo sueños rotos… hace unos años me propuse perseguir mis propios sueños. Con todas sus ventajas y todos sus inconvenientes. No me gusta vivir detrás de apariencias. Y veo que no soy la única… veo la experiencia de muchas más personas que se animan a dar este giro radical a su vida. Es una actitud emprendedora, para pasar a vivir tu vida del modo en que tú la sientes. Y cuando haces este tipo de reflexiones, es mejor no esperar mucho a dar el paso.

Es inevitable que llegue el momento en el que tú debes tomar el timón de tu vida. Y en ese momento… lo mejor es que el timón de tu vida sea la elección y no la inercia.
Pensábamos que la vida era una sucesión de eventos bastante previsible. Haz esto y la recompensa será esta. Debes ir por aquí. Sé obediente.
La vida no es previsible, por mucho que nos empeñemos.
Y, cuando lo asumes, descubres tus fortalezas y tus límites, como si fueras un músico en una jamm sesión.

«En cierto modo, la vida es como el jazz…

es mejor cuando improvisas»

George Gershwin
Es curioso lo mucho que nos cuesta dejarnos llevar, el miedo que nos da actuar sin saber qué es lo que viene después. Es curioso lo mucho que nos cuesta escuchar aquello que llevamos dentro.
LÁMPARAS DE ALADINO

Necesitamos una nueva forma de pensar


Hace unos días, Lluís Amiguet entrevistaba en la Contra de La Vanguardia a Muhammad Yunus. Es Doctor en Economía, creó los microcréditos y fundó el Banco Grameen para difundirlos a gran escala.

«Así sacó de la pobreza a millones de familias en todo el mundo, por lo que le concedieron el premio Nobel. Las necesidades de los pobres le llevaron a idear las empresas sociales, concepto que se ha hecho viral. Es uno de los cerebros de nuestro tiempo, un gran visionario. Su propuesta podría sonar utópica, si no naciera de su propia experiencia, que le ha llevado a crear un nuevo motor económico abandonando el supuesto de que nos mueve el egoísmo y apostando por el altruismo». Es una persona extraordinaria, a la que me encanta leer.


 
Y me encanta cuando explica que está seguro de que tod@s llevamos un emprendedor dentro. Yo también estoy convencida de ello. Y me convenzo más cuando voy conociendo a más gente en mis talleres o mis conferencias, que vienen a contarme su historia al terminar, y me dicen cómo les gustaría atreverse a hacer lo que de verdad les motiva. Dice Yunnus:

«Debemos reemplazar la falsa idea de que los humanos somos demandantes de empleo por la de que somos emprendedores. Y rediseñar el sistema financiero para que nos beneficie a todos. Necesitamos una nueva manera de pensar».

Dice que tiene fe en las personas y en los jóvenes.
Cuando le preguntan ¿qué merece la pena en la vida?, su respuesta es: «dejar tu impronta, decir: yo estuve en este planeta y he utilizado mi vida para ser útil a los demás, porque simplemente nacer y morir, por mucho dinero que amases, no tiene sentido» y cuando Lluís Amiguet le replica que «no todos somos capaces de dejar huella» su respuesta es tajante:

«Falso. Somos lámparas de Aladino, dentro tenemos un genio lleno de capacidades y poder, pero lo desconocemos».

Creo que tiene mucha razón. Todos tenemos un mundo de capacidades y poder en nuestro interior que deberíamos explorar.

Deberíamos acostumbrarnos a parar un poco, de vez en cuando.

Buscamos lejos lo que llevamos dentro.

Tienes mucho dentro de ti…

Aunque tú no lo sepas…

Aunque tú no lo entiendas…

Artículo publicado en INED21