Ausencias, y 5 claves para gestionarlas

 
No es fácil vivir sin algo a lo que estás acostumbrad@…
Te habitúas a lo que tienes, organizas tu vida, tienes tus rutinas, tienes tus recursos, tienes a todas esas personas a tu alrededor, cuentas con ello, …
Sin embargo, en un momento, todo puede cambiar.
Y así, sin más, debes ver cómo lo haces para vivir de otro modo.
 
Vivir sin…
Ahora toca vivir sin muchas de las cosas a las que estábamos acostumbrados.
Es temporal, pero tenemos que vivir con muchas ausencias… ahora toca vivir sin poder estar juntos, sin poder salir de casa, trabajar sin las rutinas habituales y en un entorno que no es el que solemos tener.
La ausencia de esos elementos habituales en nuestra vida nos obliga a resituarnos y a buscar el modo de normalizar nuestra vida personal y nuestro trabajo. En un entorno en el que, para muchos, no es nada fácil porque además de echar de menos todo eso, hay que combinarlo con la convivencia de toda la familia en casa, sin espacios adecuados para que todo el mundo pueda trabajar, ni la tranquilidad necesaria para concentrarse.
Esa es la realidad hoy. Los que no estamos en primera línea, llevamos ya más de tres semanas de confinamiento en casa y sabemos que aún nos quedan muchos días por delante, aunque no sepamos cuántos, porque hacer planes hoy es arriesgado. Así que toca adaptarse del mejor modo posible, sabiendo que ni las condiciones, ni los recursos, ni el entorno en el que nos toca trabajar son los adecuados.
Pasar en un solo día de no teletrabajar a tener que hacerlo todos los días no es fácil. El teletrabajo es muy útil en determinadas situaciones, con la debida planificación y en un porcentaje de tiempo determinado. Pasar a aplicarlo el 100% del tiempo, en cualquier trabajo y sin la debida preparación, ya nos ha demostrado que no es la mejor opción. Sin embargo, ante la innegable necesidad de hacerlo, hoy me gustaría compartir contigo cinco claves que nos ayudan a trabajar mejor desde casa, y a gestionar esas ausencias de medios que estamos sufriendo.   
 

1

Planifica y determina los objetivos que quieres cumplir  

Nos encontramos en esta situación sin haberla planificado, de un día para otro. Pero ello no significa que no podamos planificar cómo organizar el trabajo mientras dure la situación de confinamiento.

Planificar es esencial, porque hace que no tengamos que plantearnos continuamente qué vamos a hacer y evita que respondamos por estímulos, sino que tengamos una agenda de temas y de prioridades por cumplir, incluyendo todas esas tareas que debemos hacer y con una previsión de tiempo para cada una de ellas.

Considero que es particularmente útil planificar la semana antes de empezarla. Ese es el modo en que yo trabajo, tengo mi lista de “to do’s”, que reparto del modo más racional posible a lo largo de los días de la semana. Este es el modo en que las metodologías Agile, tan de moda en estos últimos tiempos, lo establecen: la planificación es fundamental. Es el punto de partida imprescindible. Tener claros tus objetivos y tu lista de tareas por hacer (Product Backlog), saber priorizarlas y ver cómo encajarlas en cada momento. Ello permite también, ir revisando periódicamente si estamos cumpliendo con los objetivos y la programación, o si es necesario algún ajuste.

 

2

Disciplina

Siempre he dicho que somo grandes planificadores y pésimos ejecutores.

Recuerda que lo verdaderamente importante no es planificar, sino hacer… la diferencia está en hacer, siempre.

Planifica, aunque sepas que la realidad muchas veces te hará cambiar de planes… y sé disciplinad@ para cumplir lo que te has marcado.

En mi horario diario, hay unas horas para trabajar y un tiempo para hacer ejercicio físico, porque sé que es importante hacer algo de actividad física. Cuando llega la hora de subir a la elíptica y hacer una rutina, te aseguro que tengo una pereza enorme y que me cuesta… sin embargo, al terminar una hora después, especialmente al salir de la ducha, me siento extraordinariamente bien. Es un esfuerzo que merece la pena. Y lo mismo con cualquier actividad que hayas planificado, posponerla solo te generará sentirte incómod@ por tenerla todavía pendiente y te hará perder tiempo cada vez que vuelvas a pensar en ella. La disciplina es una gran aliada siempre.

 

3

Gestiona el contacto con terceras personas, así como las interrupciones

En estos momentos, teletrabajar desde casa hace que el contacto profesional con otras personas sea más complicado que hacerlo en nuestro puesto de trabajo. No tenemos el espacio más apropiado, no disponemos de todas las herramientas que tenemos allí, tampoco el ambiente es el mismo. Sin embargo, no podemos evitarlo, es necesaria la interacción con otras personas. Por ello, lo mejor es tener también muy claro la frecuencia y el modo cómo nos comunicaremos. Determinar cuándo serán las reuniones, cuánto van a durar y valorar si el medio utilizado hasta ahora es el mejor para hacerlo -existen muchas plataformas y modos de comunicarnos, por lo que hay que ser crítico en caso de que la plataforma utilizada nos genere problemas y valorar otras opciones. 

Otro aspecto fundamental es saber gestionar las interrupciones. Sabemos que existen y que pueden perturbar enormemente nuestra concentración y nuestro trabajo. Por ello, no seas muy dur@ contigo mism@ cuando planifiques tu día a día, deja un margen de tiempo entre una tarea y la siguiente, porque sabes que vas a tener interrupciones que no vas a poder aplazar. Interrupciones que se deberían zanjar en el mínimo tiempo posible. Del mismo modo, intenta evitar también las interrupciones que tú puedas gestionar a terceros, en la medida de lo posible. 

Existe mucho «ruido” a nuestro alrededor, el «ruido» que generan las interrupciones, unido a nuestro «ruido» interior ante todo lo que sucede, hay que tenerlo en cuenta e intentar minimizarlo.

 

4

Incorpora el largo plazo en tu agenda

El ritmo de trabajo que llevamos habitualmente hace que las urgencias, el corto plazo absorban nuestro tiempo.

Aprovechemos este momento atípico para pensar en el medio y en el largo plazo. No sabemos cuánto tiempo va a durar esta situación, pero sí sabemos que va a cambiar muchas cosas. Pensemos en esos cambios, pensemos en las nuevas necesidades que pueden surgir, en qué deberíamos cambiar, en qué podemos mejorar. Pensar en el lago plazo es una inversión muy conveniente y que no siempre podemos hacer.

Poner el largo plazo en nuestra agenda puede ser el modo de dedicarle tiempo, en un momento en el que es especialmente necesario.

 

5

¿Qué es lo que más echas de menos? Pues regálate eso cuando termine el confinamiento… 

Nos quejamos de todo eso que echamos de menos: un abrazo, tomar algo con los amigos, salir a correr, un paseo frente al mar, una cena con esa persona especial, … pues escoge una de esas cosas, la que más te apetezca, la que más necesitas en este momento… o más de una -pero sin pasarte, algo posible- y ese será tu regalo cuando termine el confinamiento.

Una situación atípica como la que estamos viviendo genera miedo. De todos los sentimientos, el miedo es probablemente el más limitante en nuestra vida.  

Escribía Pilar Jericó esta semana «el miedo es hijo de Venus, la diosa del amor. Esta tradición recoge, en formato metafórico, las vivencias del ser humano. Es ella la que nos descubre que el miedo y el amor (o mejor dicho, el apego) están relacionados. El miedo surge cuando tememos perder aquello que tenemos y apreciamos. Ese es el motivo por el que sentimos un pánico profundamente instintivo por la muerte, la enfermedad o la pérdida de familiares« y, para superarlo, recomendaba mirar al futuro.

Sentir miedo es lógico en una situación así. Pero no podemos permitir que el miedo y la angustia se instalen en nuestra vida. Para huir de ello, es recomendable mirar al futuro y proyectar objetivos. Objetivos posibles, objetivos alcanzables… que te estimulen y que sean tu regalo dentro de unas semanas.

Y recuérdalo,

y cúmplelo

y disfrútalo cuando llegue…

 
No sabemos cuánto tiempo va a durar esta situación, pero sí sabemos que va a cambiar muchas cosas o, debería cambiarlas. Vamos a ver si somos capaces de aprender de estas atípicas y duras circunstancias.
Ahora toca asimilar toda nuestra vulnerabilidad
ahora toca aprender a vivir con esas ausencias…
organizarnos del mejor modo posible
muchas de las ausencias que estamos sufriendo se pueden gestionar:
planificar, cumplir, compartir, pensar en el largo plazo y concedernos un regalo cuando esto termine…
muchas ausencias serán temporales,
otras… serán definitivas y esas duelen más.
Nadie nos prepara para echar de menos…
nadie nos prepara para esas ausencias…
pero aquí estamos, aprendiendo a vivir con ellas… (aunque duele)
 
If I Ain’t Got You

But I don’t want nothing at all

If I ain’t got you baby…