Conócete para ser feliz

 

 

Escribo hoy desde Venezuela, ante una ventana con impresionantes vistas sobre Caracas, feliz al hacer balance de unos días maravillosos aquí y con un poco de tristeza por irme pronto.

Caracas es una ciudad preciosa y los venezolanos son personas acogedoras, cálidas y próximas que te hacen sentir como en casa. Esa es una combinación maravillosa que hace que siempre desee volver aquí… antes de irme, ya estoy pensando en cuándo voy a volver. Mi gratitud a Nelson y a todos con quién he compartido estos días por su acogida y por su amable feedback. La próxima semana os lo voy a contar con un poquito más de detalle porque ha sido sensacional.

He podido impartir varias conferencias y algunos talleres en los que he hablado de la importancia del liderazgo y de fomentar un nuevo tipo de liderazgo, un liderazgo inclusivo que el mundo necesita.

Y, aunque en muchos casos, a las personas no les atrae la palabra “líderar”, es algo fundamental y que todos debemos hacer en algún momento. La palabra liderar, para muchas personas, tiene connotaciones de autoridad y de jerarquía, con las que no se identifican. No obstante, liderar es la capacidad de persuadir a un grupo de personas para que colaboren eficazmente en la consecución de un objetivo, algo que no pueden lograr individualmente. Liderar es inspirar a los demás y conseguir que den lo mejor de sí mismas. Y en momentos complicados -como el actual-, necesitamos más que nunca a personas que guíen y consigan ese cometido.

Todos, en algún momento, lideramos algún tema, lideramos un proyecto y, por supuesto, debemos liderar nuestra vida. No podemos esquivar esa responsabilidad.

Y para liderar tu vida, debes conocerte. Es la primera etapa imprescindible: la etapa de introspección y de autoconocimiento. No puedes desplegar todo tu potencial ni enfocarte adecuadamente sin conocerte a fondo. El proceso de autoconocimiento es un proceso que no acaba nunca. Y es que hoy no eres la misma persona que eras hace unos años, o hace unos meses. Tu perspectiva es diferente, tus conocimientos y tu experiencia también.

Y ese ‘nuevo yo’ debe decidir qué hacer con su vida. Permanecer igual o cambiar.

 

No es una moda pasajera

Soy consciente de que, para algunos, trabajar en el autoconocimiento les parece una moda… gente que me dice que les cansa tanto oír hablar de autoconocimiento, de crecimiento, de coaching… que es una moda más. Sin embargo, puedo asegurarte que no es así.

La frase en griego “nosce te ipsum” que significa “conócete a ti mismo” se inscribió en el año 2.500 a.C. en el frontispicio del Templo de Apolo en Delfos. “Conócete a ti mismo” es uno de los más famosos aforismos de la antigüedad griega de todos los tiempos. Significa que la principal necesidad de una persona para acceder a la sabiduría es el autoconocimiento.

Conocerte a tí mism@ es el camino para mejorar y adquirir conocimiento sobre tu propia naturaleza y tus propias limitaciones. Solo es posible desarrollar tu naturaleza si sabes cuál es. “Conócete a ti mism@” es una obligación de cada persona: comprenderse, aceptarse, estudiarse, pues solo así la persona podrá orientar su propia vida y sus acciones alineadas con su propósito.

El autoconocimiento es fundamental.

 

Aspiramos a ser felices

Conocerte para orientar mejor tus acciones en tu vida. Guiar tus pasos hacia aquello que deseas y ser feliz.

Y es que todos aspiramos a ser felices. Es una aspiración lícita

He podido conversar con muchas personas, hablar ante auditorios de importantes organizaciones y compartir momentos con amigos. Y, en muchas de esas conversaciones, me han preguntado cómo se consigue llegar a conocerte, llegar a ser tú mism@ y cómo llegar a ser feliz.

Obviamente, no tengo la fórmula, pero me vino siempre a la mente la misma imagen de un recorte de prensa (de La Contra de La Vanguardia) que recibí vía whatsapp y que me encantó… Luis Rojas Marcos compartía la fórmula de la felicidad en palabras de un niño “reír, hablar y dar besos”.

Tal vez no necesitemos más para ser felices que tener cerca a las personas que queremos y poder reír, hablar y dar besos.

Y es justamente lo que te deseo para esta semana….

con una canción genial, de esas que hacen más bonito mi despertar…

 

 

 

 Afortunado…

escribiéndote

 

 

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