Sin parar

Si septiembre ya estaba apretado, por algún mágico motivo, han aparecido todavía más proyectos en mi agenda… Tengo la suerte de que son proyectos que me encantan, así que, aunque tenga trabajar más horas de las que serían aconsejables, lo hago contenta y con ganas.

He podido empezar mis cursos en la universidad, arrancar los nuevos programas femeninos que se inician en septiembre, dar dos conferencias y estrenar mi nueva web. Muchas gracias por los mensajes de felicitación por la web, gracias a quiénes os habéis pasado a verla y me lo habéis contado. Es una satisfacción verla actualizada, porque han pasado muchas cosas a nivel profesional que debían estar ahí.

 

Con todo, la verdad es que me quedan pocos ratitos para parar y descansar. No estoy haciendo el horario que a mí me gustaría, aunque quiero pensar que es temporal (todos tenemos etapas especialmente intensas de trabajo) y que volveré a organizar mejor mi tiempo.

Porque es necesario tener un equilibrio entre la vida profesional y la vida personal. Porque, para dar lo mejor de ti profesionalmente, debes estar bien en lo personal.

En la vida, hay un verbo especialmente importante: cuidar.

Y creo que es necesario ponerlo en práctica en todas sus dimensiones.

 

Cuidar

Amar es cuidar.

Es algo que hemos oído miles de veces.

Amar, estoy convencida, es no solo querer lo mejor para la otra persona, sino también hacer todo lo posible para que eso suceda.

Cuando quieres a una persona, sientes que quieres cuidarla y harás todo lo que esté en tus manos para que esté bien.

Cuidar lo que de verdad te importa se demuestra con hechos y con tiempo. Y las personas que cuidan lo que quieren son especiales.

Es algo que aplica no solo al amor de pareja, sino también al amor por tus hijos, por tus padres, por tu familia, por tus amigos… Incluso en la dimensión profesional, cuidar es necesario. Cuidar de las personas que forman parte de tu equipo o con las que colaboras. L@s grandes líderes cuidan de sus equipos y eso marca una diferencia.

Y esta primera acepción creo que solemos cumplirla. Porque es casi un instinto que sale de ti… cuidas lo que quieres.

 

Cuidarte

Considero que hay una segunda dimensión que es también muy necesaria: cuidarte.

Si cuidas de otras personas, deberás también cuidarte a ti mism@.

Cuidar no es una tarea sencilla, pide tiempo, esfuerzo, dedicación y responsabilidad. Cuando cuidas de alguien, ese cuidado implica un cierto desgaste, aunque no quieras verlo. Y muchas veces, aunque no seas plenamente consciente de ello, la persona cuidadora va dejando una parte de su vida personal y de su salud.

Demasiadas veces, en la tarea de cuidar, descuidas lo más importante: cuidarte a tí mism@.

Si cuidas de otros, debes contar con el apoyo adecuado y debes estar atent@ a tu propia salud.

Solo puedes dar mucho, si te quieres mucho, si te preocupas por ti…

Solo podrás hacer feliz a los demás, si tú eres feliz.

 

A mí me ha llevado mucho tiempo llegar a ver la necesidad de cuidarme, pero conseguí ser consciente de ello y me esfuerzo por cuidarme -todavía una parte de mí se resiste un poco, pero la voy convenciendo y en mi agenda ya están algunas rutinas de cuidado para mí y para “la Marta del futuro”-.

Hasta hace poco, creía que con este logro había conseguido un gran avance y estaba muy satisfecha. Sin embargo, hace unos días descubrí que me queda todavía una fase más por trabajar en lo relativo a cuidar…

 

Dejarte cuidar

La tercera dimensión es la de dejarte cuidar.

He descubierto que me cuesta horrores dejarme cuidar. Tal vez porque no estoy acostumbrada a ello. He vivido muchos años ejerciendo el rol de cuidar a los demás y me cuesta…

¿Dejas que otras personas cuiden de ti? ¿Qué haces cuando alguien quiere cuidarte?

Lo normal sería dejarte cuidar, ¿verdad? Sin embargo, a veces, puede surgir un impulso a no permitir que lo hagan, porque crees que no hace falta, que tú sol@ puedes, que tú tienes que hacer algo y no los demás, … por el motivo que sea.

Si este es tu caso, para un momento y reflexiona. Creo que llega un momento en el que también es bueno parar y dejarte cuidar.

 

Recuerda que es necesario parar y dejarte querer.

Si te sientes mal, deja que alguien te escuche.

Si hay algo que te preocupa, compártelo y deja que te abracen.

Si te sientes cansad@, deja que alguien te cuide y te regale su tiempo.

Siente el cariño de cada gesto, de cada mirada… y déjate cuidar.

 

Cuidar

Un verbo muy importante en nuestra vida: cuidar.

Cuidar lo que amas, cuidarte a ti mism@ y dejarte cuidar….

Será cuestión de ponerlo en práctica. En los momentos de descanso -tan necesarios- es bonito cuidar de los demás y hacerles sentir bien, pero también es maravilloso dejarte cuidar.

Y tampoco cuesta tanto…

 

 

Tanto

una canción muy especial que me ha llegado esta semana y que no había escuchado nunca antes, aunque no entiendo cómo se me había pasado…

Gracias por leerme un día más, feliz semana

 

 

y para que imagines cuánto

cuenta todas las estrellas…

y súmale una más

 

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