DECISIONES DIFÍCILES

5 CLAVES PARA ENCONTRAR TU RESPUESTA

 

 

Llegamos ya a mitad de mayo, siguiendo con mi programa de crecimiento con líderes en el sector sanitario -una maravilla trabajar con un grupo extraordinario- y viendo cómo se va aproximando final de curso, últimas semanas de clase.

Y si para los profesores supone una etapa de cierre, de asegurar que terminamos contenidos y temario, siempre existe un grupo de alumnos para quiénes éste es un momento crucial: aquellos que deben decidir qué estudios cursar el próximo año y qué camino tomar.

 

El reto de elegir la opción adecuada

En estos días, tenemos a muchos de nuestros jóvenes preguntándose qué quieren hacer, hacia dónde orientar su futuro profesional. De hecho, llevan ya muchos meses haciéndose esa pregunta.

Mi hija es una de ellos. Está finalizando 2º de bachillerato y, al igual que le pasó a mi hijo en su momento, éste ha sido un curso con muchas dudas y mucho tiempo dedicado a pensar cuál puede ser la mejor opción para su futuro. De mis hijos he aprendido la importancia de la reflexión en esos momentos, y mi hija me está maravillando con su método absolutamente científico de búsqueda y exploración de alternativas -ha preparado ya varios Excel de opciones y ha explorado en cada una de ellas-.

El proceso de elegir es algo que les lleva mucho tiempo. Aunque algunos tienen decidido ya qué quieren cursar, para la mayoría de estudiantes es una decisión difícil, porque no tienen claro qué quieren hacer y las opciones que se les plantean son amplísimas.

El reto de ayudarles a elegir la opción adecuada es muy complicado. Creo que madres y padres podemos aportarles nuestra opinión, pero probablemente no somos la única ni la mejor opción para aconsejarles.

La toma de decisiones es siempre difícil y compleja. Es un ámbito en el que profundizamos en el mundo académico y que resulta especialmente sensible en el mundo profesional. Tenemos determinadas pautas para guiar ese proceso de toma de decisiones, pero sabemos que eso no garantiza que vayamos a escoger la mejor opción. Porque son muchos factores que afectan a cualquier decisión, porque las circunstancias del entorno pueden cambiar, porque es posible que nos olvidemos de algún aspecto importante, porque tenemos sesgos que nos influyen, … por mil razones.

La mayoría de estudios se centran en la toma de decisiones en la vida adulta y poco se ha explorado en la enorme necesidad de trabajar ese ámbito en la adolescencia. Si a las personas adultas nos cuesta la toma de decisiones, a los adolescentes se les añade la complicación de encontrarse en un momento vital donde la impulsividad, las emociones, las dudas, las tensiones internas … pueden complicar mucho tomar la decisión adecuada.

Son muchos los alumnos que hoy se sienten desorientados, ¿no te pasó a ti también? Yo recuerdo perfectamente cómo me sentía en ese momento, el enorme estrés al que estaba sometida por no tener claro qué quería estudiar y tener que decidir cómo ordenar mis preferencias en esa dichosa lista que sientes que va a determinar tu futuro, cuando tú misma no tienes ni idea de dónde encajarías mejor. Mis opciones eran de lo más diverso: me planteaba ingeniería informática -me la desaconsejaron, aunque yo sigo pensando que era una gran opción-, me aconsejaban otras ingenierías y me atraía el reto de entrar en ESADE -creo que por la dificultad de superar la prueba de acceso, algo que conseguía solo un % muy bajo de los aspirantes-. Y, en medio de este extraño cocktail, escogí mi opción, algo que sí, no lo puedo negar, marcó en parte mi vida.

 

Mucha información para decidir

No podemos negar que existe mucha información disponible, pero, cuando debes tomar una decisión que va ser trascendente en tu vida, se hace difícil determinar en qué información basarte para decidir.

A todos los jóvenes que se encuentran hoy preocupadas ante una decisión difícil, les diría que es su primer round y que no va a ser el último. Es su primera prueba de fuego de enfrentarse a múltiples opciones y tener que escoger una. Ya no eligen por ti, empiezas a ser tú quien lleva el volante de tu vida.

Y eso es algo que asusta, pero es algo que te permite crecer.

Deberás pasar por ello varias veces a lo largo de tu vida.

En lo profesional y en lo personal.

En el mundo académico, tenemos cursos de toma de decisiones, programas de estrategia, … y, aún así, nada te garantiza que vayas a tomar la mejor decisión.  

 

5 Claves para encontrar tu respuesta

Ante una decisión difícil o trascendente en tu vida -todos hemos tenido que tomar algunas- es necesario ver cómo la afrontas. De forma inevitable, en cada toma de decisiones aparecen dos aspectos que influirán en tu elección: tu lado racional y tu lado emocional. De algún modo, debes buscar un equilibrio a la hora de decidir y debes intentar tener en cuenta el máximo de información.  El hecho de tomar una decisión es un acto contradictorio y complicado por su componente psicológico, por ello es mejor  tener unas pautas, que aplican en decisiones de cualquier tipo.

1 Dedica tiempo a meditarla

Inclúyelo en tu agenda, busca tiempo. No permitas que pasen los días sin haberlo meditado, reserva tiempo en tu agenda para reflexionar sobre ello, para valorar lo que sientes y cómo te gustaría enfocar la decisión, ¿qué es lo realmente importante para ti? No permitas que se te agote el tiempo de decisión sin haber profundizado en ello.

2. Busca información

Fundamental la búsqueda de información. No se pueden tomar decisiones adecuadas sin disponer de información contrastada. Tu decisión debe basarse en toda la información que puedas reunir sobre ese ámbito. 

3. Ten conversaciones con personas que te merecen confianza, habla con personas que han pasado por eso antes que tú, con expertos del tema a los que puedas tener acceso, con personas que están haciendo algo que te planteas hacer, …

En cualquier momento significativo de tu vida, ante una decisión importante, ante un problema inesperado, sientes la necesidad de hablar con alguien. Nos pasa a todos. Llamas a la persona que crees que sabe más del tema que te preocupa, a alguien a quien respetas, que te merece confianza y que sabes que te puede ayudar. Pero hay que tener cuidado con quién eliges conversar.

Detrás de las grandes decisiones de tu vida –como qué opción tomar ante un problema, la trayectoria profesional que has elegido, la carrera que estudiaste o a quién has decidido amar– seguro que ha habido una conversación, que se hizo un hueco en el guion de tu vida, marcando la dirección que ibas a seguir.

Por eso te sugiero que elijas muy bien con quién quieres conversar.

Vas a otorgar a esa persona un poder extraordinario, especialmente si esa persona sabe escuchar…  

El poder de las conversaciones es enorme.

4. Deja que todo se ponga en su lugar -disponemos de una enorme cantidad de información, que necesitamos asimilar, digerir- y con toda esa información, intenta ver tu YO futuro. ¿Dónde te ves? ¿Cómo te ves?

Hacer el esfuerzo de tener tu propia visión de futuro es necesario. Es posible que no te veas a ti mism@ en determinados escenarios, haciendo determinadas cosas,… y eso te da pistas sobre qué elegir y qué no.

5. Y recuerda, no te obsesiones con los dos polos: decisiones correctas o incorrectas. No hay una decisión equivocada, si el camino que eliges no es el tuyo, puedes cambiar y seguro que habrás aprendido algo.

Acuérdate de que puedes decidir, puedes equivocarte, puedes comenzar de nuevo… y, a pesar de todo, llegar donde quieres llegar.

 

Decidir

Decidir no es fácil. Tal vez por ello, la acción de decidir encierra un gran tesoro.

Según el profesor Tal Ben-Shahar – Universidad de Wharton, anteriormente en Harvard- el único modo de vivir una vida feliz es decidir. La elección en nuestra vida es fundamental, debemos ser conscientes de ello y actuar coherentemente.

Tomar las decisiones importantes de manera correcta es uno de los retos más complejos y delicados a los que nos enfrentamos los seres humanos. De ellas dependerá en gran medida nuestro desarrollo y nuestra felicidad. Y hay que asumir esa responsabilidad con energía y con optimismo, porque recuerda que es posible que la peor decisión sea aquélla que no tomas.

Con tu elección, creas tu realidad… elige quién quieres ser.

Aunque a veces sientas que ni tú mism@ te entiendes, te toca valorar las opciones que se dibujan ante ti y decidir cuál es la tuya… (y esa será la correcta) 

 

What do you mean?

when you nod your head yes

but you want to say no

what do you mean?

when you don’t want me to move

but you tell me to go

 

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