Deja que pase… Has trabajado, has hecho lo que debías hacer, ahora relájate y espera.

Esto es lo que me comentaba esta semana un gran amigo a mi pregunta de ¿qué debo hacer ahora? En mi preocupación constante por planificar, estaba intentando ver qué era lo prioritario que debía hacer en las próximas semanas, qué sería bueno aprender, qué me falta… Yo, buscando qué hacer de más, y él respondiendo que espere. En un primer momento, me sonó como a evasiva, como que no estaba respondiendo a mi pregunta…

Reconozco que soy una persona muy metódica. Necesito trabajar de forma organizada. Planifico lo que debo hacer, le asigno fechas y voy adelantando sobre lo planificado. Es por ello que esta semana estaba preocupada por decidir algunos de mis objetivos para los próximos meses. Sin embargo, un exceso de planificación puede no ser lo óptimo. No tengo ninguna duda de que planificar es necesario, debemos saber qué es lo que aspiramos a conseguir, pero cuando esa aspiración hace que me sienta muy preocupada, con una cierta ansiedad… probablemente es que no lo estoy haciendo bien.
Así que,  toca parar un poco y reflexionar.
Y, al hacerlo, me viene una frase a la mente de Mihaly Csikszentmihalyi:

Las personas a menudo acaban sintiendo que han malgastado su vida y que sus años han transcurrido entre la ansiedad y el aburrimiento.

FLOW

El libro «Flow» de Mihaly Csikszentmihalyi es un libro extraordinario, de esos que hay que re-leer de vez en cuando. Creo que, más que un best-seller, es un long-seller, porque a pesar de los años que lleva publicado, sigue manteniendo su vigencia y se sigue vendiendo como un libro imprescindible.
Trata sobre la felicidad. Busca respuestas. ¿Qué es lo que provoca que una persona disfrute con lo que hace? ¿Qué nos hace felices?
Csikszentmihalyi lideró, desde la Universidad de Chicago, un estudio psicológico para comprender el fenómeno de la felicidad, indagando sobre las actividades que producían el disfrute y la forma en que se sentían las personas cuando disfrutaban de sí mismas. Durante doce años, un equipo de psicólogos realizó entrevistas y analizó qué es lo que hace sentir bien a las personas, y el resultado lo publicó en su libro«Flow».

Empieza así:

«Un científico entra por la mañana a trabajar en su estudio y cuando menos lo piensa, se da cuenta de que ya es de noche y que ha pasado todo el día inmerso en sus tareas, sin ni siquiera alimentarse. Un alpinista escala las arriesgadas cumbres del Everest y mientras mantiene el control pleno del ascenso, siente que su cuerpo se funde con la roca. Una bailarina realiza con precisión y armonía una serie de complejos movimientos que hace parecer sencillos, al tiempo que ella misma se siente como flotando. Un cirujano acomete una delicada operación y mientras percibe con todo detalle la interacción entre su bisturí y el órgano del paciente, todo el entorno parece desvanecerse. Un amante hace el amor con su pareja y siente que se fusiona con ella y con el cosmos. Un gourmet saborea un elaborado plato y olvida que ha perdido su fortuna. Unos chicos saltan en monopatín y sus miedos se disipan. Un filósofo piensa y se olvida de que existe. Un músico toca el saxofón y su cuerpo es música. Un niño da sus primeros pasos y percibe que puede caminar…
Todos ellos fluyen en una “experiencia óptima” y no sólo han escapado a la ansiedad y al aburrimiento, sino que, al hacerlo, han logrado poner orden en el caos reinante de sus mentes. Todos ellos están experimentando el disfrute y además de que recordarán la experiencia como algo placentero, obtendrán de ella el estímulo adecuado para buscar nuevos desafíos y hacer que sus personalidades crezcan…»

ORDEN EN LA CONCIENCIA


¿Qué es eso que nos lleva al éxtasis? ¿Qué nos hace felices? Csikszentmihalyi buscó la respuesta. Y, para él, la respuesta tiene nombre, se llama «flow». Csikszentmihalyi es el creador del concepto FLOW (‘fluir’): fluir es el modo de situarse entre la ansiedad y el aburrimiento, conseguir la «experiencia óptima», ¿cómo? «El estado óptimo de la experiencia interna se produce cuando hay orden en la conciencia».

«La calidad de tu vida no depende directamente de lo que los demás piensen de ti o de lo que poseas. Más bien, depende de cómo te sientes contigo mismo y con lo que te sucede».

Los resultados de su trabajo fueron muy reveladores. La conclusión más sorprendente que surgió al analizar los resultados es que las experiencias óptimas eran descritas en términos muy similares por todas las personas, independientemente de su origen, de su edad, de sus rasgos culturales e, incluso, del tipo de actividad realizada. Laexperiencia óptima, ese momento en el que las personas están tan involucradas en una actividad que su realización es intrínsecamente gratificante y nada más parece importarles, puede ser, entonces, un estado del ser humano que responde a unas características universales.

La felicidad no es algo que suceda, no parece depender de acontecimientos externos, sino más bien de cómo los interpretamos.

Csikszentmihalyi dedicó su trabajo de investigación a buscar entender el modo de conseguir la experiencia óptima de las personas…  y a esa experiencia la denominó FLUIR.

Conseguir ese estado de fluidez es un bonito objetivo… ciertamente, pasarnos la vida angustiados, en estado de ansiedad por temor a no conseguir lo que nos proponemos es tan negativo como instalarnos en una posición de aburrimiento y desmotivación con lo que hacemos. Buscar el equilibrio entre ansiedad y aburrimiento es fluir.
El autor explica el testimonio de tantas personas que llegan al final de sus vidas sintiendo que han malgastado su tiempo entre la ansiedad y el aburrimiento, a pesar de haber acabado sus día siendo ricos, o después de haber tenido una larga lista aventuras amorosas o de haberse sentidos poderosos…

¿Por qué somos eternos insatisfechos?
¿No será que buscamos la felicidad en el lugar equivocado?

Dice Csikszentmihalyi que la calidad de tu vida no depende directamente de lo que los demás piensen de ti o de lo que poseas. Más bien, depende de cómo te sientes contigo mismo y con lo que te sucede.
Disfrutar, vivir el presente…
La clave de la felicidad, para Csikszentmihalyi, depende básicamente de:

Cómo experimentemos nuestro trabajo.
Nuestras relaciones con otras personas –curiosamente aquí coincide con otros estudios sobre qué nos hace felices y que comenté en «Abrazos y felicidad»–.

DEJA QUE PASE

Y es así como me doy cuenta de que sí, la respuesta a mi pregunta ¿qué debo hacer ahora? ¿Cómo puedo mejorar? ¿Cuál es el siguiente paso?… la respuesta es esperar. De vez en cuando, toca parar un poquito y esperar.

Me cuesta esperar, me resulta difícil quedarme esperando
Siempre he pensado que el momento oportuno no se espera, se debe construir.

Pero, probablemente, es cierto que no todo se puede forzar. Que es necesario poner de tu parte, trabajar, hacer… pero, detrás de ello, también debe haber momentos de descanso, un poco de paz y dejar que pase. Será que me debo esforzar en alcanzar ese punto intermedio entre la ansiedad y el aburrimiento.

Será que la respuesta era mucho más profunda de lo que me pareció de entrada.

A veces, hay que dejar que las cosas pasen.

Gracias por el consejo. Dejaré que pase. Y, mientras le doy una vuelta a todo esto, la canción que empieza a sonar, casualmente, es esta…
Adoro las casualidades…  y disfruto la canción, mientras mi hija, a mi lado, me dice que las canciones de Disney siempre son especiales, y me doy cuenta de que no soy la única que vibra con ellas.

Sueña

Sueña

con un mañana

un mundo nuevo …

debe llegar

ten fe…

 
Artículo publicado en INED21