Determinadas fechas duelen…

Cuando pierdes a alguien crucial en tu vida, determinadas fechas pasan a ser muy distintas a cómo eran antes. Las celebraciones pasan a tener un matiz de tristeza que antes no tenían, y un día como hoy, día de Todos los Santos, pasa a doler mucho más de lo que suponías. Hoy es un día de nostalgia.

A todos nos gustaría que regresara alguien…

Todos tenemos a alguien a quién nos gustaría volver a abrazar, con quién nos gustaría poder hablar un rato, a quién querríamos llamar por teléfono para contarle algo que nos ha pasado o enviarle una foto de algo que acabas de hacer… y, de repente, te das cuenta de que ya no.

Ya no podrás decirle que la quieres, ni darle un beso, ya no estará en Navidad, …

Acostumbrarte a vivir sin una persona a la que quieres tanto es muy difícil. Nadie está preparado para perder a quién quiere. Nadie está listo para un golpe tan duro, y mucho menos en determinadas circunstancias, que te roban la posibilidad de estar con ella en esos últimos momentos. Dolor que se te clava y resuena mil veces en tu cabeza.

Y tienes que acostumbrarte a vivir con ese dolor… el dolor de extrañarla cada día de tu vida.

Sin palabras que acierten a describirlo, me quedo con un texto que escribió  Risto Mejide, lo que duele no es el dolor.

Lo que duele no es el dolor

 

Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es la ausencia. El hueco que deja alguien que ya no está. Echar de menos con contrato indefinido. Y saber que quería llevársela y se la ha llevado, que ya está, que le han ganado la vida esas malditas seis letras que no pienso volver a juntar en mi boca nunca más.

 

Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es conocer un vivo menos. Borrar su número del móvil. Tener que frenarme cuando la iba a llamar y recordarme a mí mismo que ya no puedo, que un día pude, que lo hice menos de lo que debía y que ya nadie podrá.

 

Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es recoger los pedazos de quien se queda. No saber consolar a quien más quieres en este mundo. Tratar de estirarle los labios. Con una broma, un chascarrillo, una tontería. Fracasar.

 

Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es la distancia. Este saberse lejos de ti, este llevarte conmigo, ese llevarme contigo y, aun así, ser incapaces de llevarnos más.

 

Risto Mejide

 

 

Lo que duele es la ausencia.

Y no tiene vuelta atrás.

No toca otra que aceptar nuestra vulnerabilidad,

hacer un esfuerzo enorme por no caer en la rabia…

extrañar sobremanera a esa persona maravillosa

y dar gracias a la vida por haberla tenido.

Hoy toca aceptar ese dolor.

 

Corazón sin vida

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Para qué me curaste cuando estaba herida

si hoy me dejas de nuevo un corazón sin vida…

un corazón que no te olvida 

 

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