Luces y sombras de la era digital
Desde que en 1995 se liberalizó el uso de internet, nuestra vida se ha visto afectada por este fenómeno de una manera sorprendente. Hemos modificado nuestros hábitos de comportamiento en muchos aspectos y ya nos cuesta imaginar nuestra vida sin estar conectados.
El impacto de internet ha sido enorme sobre la economía internacional y, como consecuencia de ello, también sobre el empleo. El suplemento ‘Dinero’ de La Vanguardia de hoy está dedicado a «Empleo: recuperación insuficiente», porque, a pesar de que se están creando puestos de trabajo, vemos cómo el empleo deja fuera a amplios segmentos de la población.
Xavier Ferrás nos ofrece su perspectiva al respecto: «el sistema económico parece no estar preparado para interpretar la velocidad e impacto del cambio tecnológico«. Y es que las consecuencias del cambio tecnológico han resultado inesperadas en muchos aspectos, fíjate sino en algunos detalles como estos:
– la joven start-up Uber, sin haber generado jamás un euro de beneficio, valdría en bolsa 66.000 millones de dólares (más que grandes iconos de la industria americana como Ford o General Motors)
–la cotización de Facebook es sorprendentemente superior a la de Daimler, Volkswagen y BMW juntas
–el producto final se está convirtiendo en muchos casos en un servicio digital
Esta es nuestra realidad que, sin duda, era muy difícil de anticipar hace solo unos años. Los cambios se producen a una velocidad cada vez más rápida. Cambios que han transformado de manera decisiva la naturaleza del trabajo. Y Ferrás nos advierte de los riesgos que comporta:
«La fuerza de la tecnología puede conducir a una sociedad donde haya abundancia de todo. De todo, menos empleo. Y, si no hay empleo, el sistema colapsará por déficit de demanda y por explosiones de inestabilidad social.»
Evidentemente, los cambios tecnológicos han impactado profundamente en economía. Ante la desaparición del «empleo para toda la vida», toca adaptarse, hoy más que nunca somos responsables de mejorar constantemente nuestra empleabilidad:
– ser muy buenos en lo que hacemos,
– desarrollar el espíritu emprendedor -tanto el que decida trabajar en su propio proyecto como el que trabaja dentro de una organización-,
– actualizar nuestros conocimientos con frecuencia (no podemos dejar nunca de aprender),
– mantener un ecosistema de relaciones personales vivo
– y saber explicar al mundo qué hacemos y cómo lo hacemos.
Audiencias en la era digital
Las redes sociales han aglutinado las audiencias en grupos, y ello supone que la fama está compartimentada: uno puede ser famoso ante una audiencia determinada y ser un completo desconocido para el resto del mundo.
Pedro Vallín reflexiona sobre ello en su artículo de hoy «Celebridad intramuros», donde expone que la media de edad de los espectadores de televisión no deja de aumentar, debido al desistimiento de los más jóvenes. La televisión «es lo que ven los mayores». Una gran parte de la sociedad está mucho más atenta al ordenador, la tablet o al smartphone y es en este entorno donde cada persona se concentra y sigue a aquello que le interesa. Se crean grupos de interés más o menos homogéneos que permiten estar actualizados sobre los que sucede a tiempo real y facilitan la conexión entre los integrantes del grupo.
Hoy ya no deciden solo los grandes medios de comunicación qué es noticia y quién interesa. Las redes te permiten dar a conocer lo que haces, al margen de estos medios. Y así, puedes llegar a ser conocido para un grupo determinado de personas, aunque seas un perfecto desconocido para el resto del mundo. Vallín nos muestra un montón de ejemplos, como el del director Nacho Vigalondo, director de cine fantástico en español, que está a punto de estrenar Colossal, protagonizada por Anne Hataway y con una comunidad virtual muy pendiente de él, aunque el propio Vilongo afirme «en mi pueblo, rodeado de gente joven, tengo que explicar quién soy«. Vive momentos en los que, en un determinado contexto, la gente le reconoce y le pide autógrafos, simultaneados con momentos en los que nadie sabe quién es, algo que él define como «la fama dentro del cerco».
Es cuestión de aprovechar el potencial que las redes te ofrecen para explicarte ante el mundo. En un mundo con más de 7.000 millones de habitantes, es evidente que lo que hagas, lo estará haciendo más gente… por ello, lo importante es transmitir cómo lo haces, exponer qué te hace distint@ del resto…. saber explicarlo al mundo es un paso necesario para definirte, para que te conozcan, para interactuar con tu comunidad y para poder crecer.
Hoy tienes grandes posibilidades de llegar a tu audiencia… no hace falta llegar a todo el mundo, porque no vas a gustar a todo el mundo, pero es fundamental llegar a TU público y ten claro que todos tenemos nuestro público, todos.
Y, ante tu público, lo importante no es lo que haces, sino cómo lo haces.
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