LA FUERZA DEL OPTIMISMO
Ser optimista no es ser ingenu@
En un mundo en el que no está bien visto ser optimista, en el que parece que casi tienes la obligación de estar estresad@ permanentemente, en el que la respuesta habitual a “¿cómo estás?” es “agobiad@, sin parar”, en el que la gente conduce nerviosa, gesticulando e incluso gritando, en el que las noticias nos muestran básicamente desgracias… deberíamos plantearnos ir a contra-corriente y atrevernos a ser optimistas.
¿Por qué?
Porque el optimismo es una actitud que te permite sacar lo mejor de ti mism@, porque te impulsa hacia aquello que quieres en tu vida y porque incluso hay estudios que demuestran que impacta en una mejor salud y en una mayor esperanza de vida.
La fuerza del optimismo
El pasado día 15 tuve el placer de ser invitada por Gaspar Hernández a hablar sobre la fuerza del optimismo en su programa de radio “L’ofici de viure” (“El oficio de vivir”) en Catalunya Radio. Un programa de referencia, en el que es un honor participar. Te comparto el link al programa –el programa es en catalán-, que puedes escuchar si te apetece.
Link al programa – L’ofici de viure – la força de l’optimisme
En el programa, conversamos con Gaspar Hernández y con la psicóloga Paula Folch sobre qué significa ser optimista, qué nos puede aportar y cómo podemos activar nuestro optimismo.
La fuerza del optimismo es una fuerza que sale de nosotros mismos y que debemos activar no solo en los buenos momentos, sino también en los momentos difíciles de la vida.
La vida no es justa.
Lo vemos todos los días. Lo experimentamos en primera persona. La vida no es justa. Tenemos que pasar por situaciones duras, por pérdidas y por problemas que creemos no merecer… Y debemos afrontar todo eso que nos pasa, todo eso que nos duele y todo eso que no nos permite avanzar.
Y es inútil darle vueltas en clave de si es justo o no que me suceda.
Sé que a veces parece imposible no hundirse ante lo que nos pasa… todos hemos vivido algún desengaño importante, algún golpe muy duro y, alguna vez en la vida, nos hemos sentido frente a un precipicio. Pensamientos y emociones duras que nos llevan a situaciones de dolor y de desesperanza.
Sin embargo, para poder vivir, en el sentido pleno de la palabra, no podemos anclarnos a esas emociones y sentimientos, es necesario hacer un esfuerzo para conseguir separarnos de esas emociones y observarlas como lo que son: emociones. Al hacerlo, somos capaces de crear un espacio en nuestra vida, del que hablaba Viktor Frankl, conseguimos una distancia que nos permite decidir cómo respondemos a ellas.
Hay que aceptar lo que te toca vivir. Y el modo en que lo afrontas es determinante, y ahí está la gran lección de Viktor Frankl.
La última de las libertades humanas es la libertad de elegir la actitud personal ante cualquier situación
Viktor Frankl
Dos personas, con circunstancias muy parecidas en su vida, con un problema similar y con los mismos recursos para hacerle frente, pueden llegar a resultados muy diferentes, justamente por un tema de actitud.
Siempre he creído en el papel determinante que tiene la actitud en la vida de una persona. Creo que ‘actitud’ es una de las palabras que más utilizo en mis conferencias y en mis formaciones. La actitud es una llave que abre muchas puertas.
Me encanta leer sobre el tema, aprender sobre ‘actitud’. Me parecen fundamentales las aportaciones de autores como
Carol Dweck con su “actitud del éxito”, que nos anima a potenciar una “mentalidad de crecimiento”, a confiar en que podemos hacer más de lo que somos capaces hoy, de que podemos mejorar y crecer cada día,
y Daniel Kahneman con sus aportaciones sobre cómo funciona la mente humana, con dos sistemas de pensamiento: un sistema de pensamiento rápido y automático y un sistema más lento y reflexivo, que requiere que le dediquemos más esfuerzo, y es justamente aquí donde es posible crear el espacio entre el estímulo y la respuesta, el espacio que nos permite elegir cómo expresarnos ante esa circunstancia.
Muchos de los recursos más importantes que tenemos dentro de nosotros solamente afloran ante momentos de desafío.
Sé, por propia experiencia, que en los momentos difíciles es cuando menos quieres oír hablar de optimismo, cuando más te cuesta ver algo positivo… pero no puedes quedarte instalad@ en esos momentos de dolor o de angustia. Debes ser consciente de la necesidad de salir de allí y que debes poner de tu parte para conseguirlo.
Y solo es posible desde la autoconfianza. El hecho de creer que tú eres capaz de resolver un desafío influye positivamente y te ayuda a conseguirlo.
Claves para impulsar tu optimismo
Para impulsar tu optimismo, a veces, debes forzarte a hacerlo.
No es sencillo, y creo que algunas claves que pueden ayudarte a impulsar tu optimismo son:
1
Ser consciente de dónde estás y de qué quieres alcanzar.
No podemos cerrar los ojos a lo que nos sucede, obviamente sabes dónde estás pero debes pensar también en hacia dónde quieres caminar, qué quieres alcanzar… aunque no sea la “solución ideal” –nunca lo será-, piensa en cuál es el mejor escenario/situación para tu vida ahora.
Este primer paso es un ejercicio de aceptación y de responsabilidad. Debes aceptar lo que te ha pasado y debes tomar el timón de tu vida para salir de allí.
2
Distanciarte del problema.
Intenta distanciarte del problema, de la situación que te angustia. Para poner distancia, empieza por poner palabras a lo que te ocurre… al verbalizarlo, empezarás a verlo un poco desde fuera y te dará una nueva perspectiva.
Sé que al principio parece difícil distanciarte del problema, pero es necesario esforzarte en hacerlo. Escribe lo que te ocurre y lo verás de un modo distinto.
3
Piensa en qué debería pasar para que se solucionara la situación que vives o para que se aliviara el dolor por una situación que no puedes cambiar.
Sé que la respuesta instintiva es que nada ni nadie puede solucionar lo que te ocurre pero, si profundizas, vas a encontrar ideas.
De todo eso que debería pasar, descarta lo que no depende de ti y céntrate en lo que sí depende de ti
4
Con todo ello, crea tu plan de acción.
Si llegas a este punto, habrás sido capaz de visualizar que tú puedes hacer algo para mejorar la situación en la que te encuentras. No puedes conseguir imposibles, pero puedes hacer pequeños pasos para salir de dónde estás.
Establece tu plan de acción y comprométete con él.
El optimismo te ayuda no desde un pensamiento ingenuo de que todo va a ir bien, de confiar en el destino… te ayuda cuando eres capaz de ver dónde quieres llegar y eres capaz también de pasar a la acción para conseguirlo. La persona optimista es consciente de la situación difícil que vive, a la vez que tiene una mentalidad de que puede influir en lo que le sucede, puede mejorar su situación y trabaja por conseguirlo.
Siempre puedes elegir
Soy una convencida de que la elección en nuestra vida es fundamental, debemos ser muy conscientes de ello y actuar coherentemente. Nos resulta muy difícil tomar decisiones, mucho más de lo que solemos admitir. Sin embargo, siempre puedes elegir. Y de las elecciones que tú tomes va a depender una parte importante de tu bienestar.
La vida no es fácil. Hay momentos difíciles en los que sientes una presión enorme e intensa, momentos en los que las cosas no van como desearías, momentos de dolor insoportable, situaciones que parecen ser capaces de acabar con tu energía y con tu motivación…
Sin embargo, la salida a este tipo de situaciones depende de ti, siempre.
Siempre puedes E L E G I R . Elegir cómo lo afrontas. Interiorizar la idea de que existen más posibilidades de las que puedes ver de entrada, hacer un esfuerzo por encontrarlas, pedir ayuda si es necesario, decidir cuál es la mejor opción e ir a por ella.
Este es el resumen de lo que expliqué en la entrevista de “L’ofici de viure”, me encantó participar en el programa y ojalá te aporte un poquito a tu vida… nada me gusta más que poder ayudarte y acercarte herramientas que te sirvan en tu día a día. Recuerda que tú decides con qué actitud afrontas la vida.
Con tu elección creas tu realidad.
Tu vida depende, en parte, de tu actitud.
Activa tu actitud optimista ante la vida, también en momentos difíciles -cuando más te cuesta, pero justamente cuando más la necesitas-.
Caminar,
poner sonrisa a cada paso
y respirar…
.
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