Un día festivo más…

Fin de semana largo. Y parece que, cuando se acerca, todo el mundo tiene la dichosa manía de preguntar¿dónde vas este fin de semana?, como si fuera imprescindible irse cuando tenemos más de dos días libres… No me he ido, me he quedado tranquilamente en casa, disfrutando de tener un día festivo más.
Jueves noche, terminar las clases en la universidad y quedar con un amigo. No marcharse el fin de semana tiene estas cosas buenas, puedes encontrar tiempo para ratos así. La calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestras relaciones, nos lo cuenta el profesor Robert Waldinger en el estudio más extenso que se ha hecho nunca sobre felicidad, como te comenté en el post «Abrazos y felicidad».

Me encantó el encuentro, tomar una copa y hablar sobre nuestras vidas, sobre nuestros objetivos y sobrelo que nos hace felices. Es curioso lo bien que nos podemos sentir al lado de alguien, ver cuánto tenemos en común… Y es que, a veces, coincides con una persona que te hace sentir menos diferente de lo que te sientes normalmente.
Alguien con muchos puntos en común, con intereses similares y que nos gusta mirar la vida más allá de lo material –es curioso como nuestras carreras profesionales no han estado determinadas por lo económico, sino más por lo que sentimos que debían ser–. Nos une la pasión por la música, él es un crack en eso, de esas pocas personas que tienen un súper-poder con la música y que es capaz de encontrar la canción perfecta para cada momento.

O sea que una conversación con él en un local con buena música no es casualidad… Ya sabes que hace tiempo que dejé de creer en las casualidades… una casualidad es una causalidad que todavía no conocemos.


Y en la conversación, hablando de trabajo, de música y de cómo nos marca nuestra familia. Un hecho innegable, que no me canso de repetir, y de recordar en las palabras de James Heckman y sus estudios sobre el mundo de la Educación.
Solemos recordar siempre el ambiente familiar en el que crecimos y de lo que tal vez no somos tan conscientes es de cómo nos marca. Algo que me recuerda, justamente, un tema que escribí hace un tiempo para el blog de mi amigo Óscar González, y que vuelvo a traer aquí hoy.

DESARROLLO FUTURO

La importancia de la confianza

La confianza en los niños y niñas es un arma muy poderosa para educar. El mundo científico ha demostrado que la confianza en los más pequeños influye en su desarrollo futuro.
Es importante confiar y ser capaz de transmitir a un niño que crees firmemente que va a conseguir aquello que se propone. ¿Por qué? Por la simple razón de que esa confianza es una fuente de motivación muy potente para que el niño canalice sus esfuerzos hacia los objetivos que quiere lograr.

Confiar en los demás no es algo fácil. Mucha gente suele partir de la base de la desconfianza. En el ámbito educativo, es probable que sea más fácil desconfiar de los alumnos o de los hijos y actuar bajo las premisas de que no se van a esforzar por hacer lo que se les indica.


¿Por qué deberíamos confiar en l@s alumn@s, o en l@s hij@s? Es necesario confiar en ell@s porque la confianza les ayudará a desarrollar su autoestima y les hará crecer. La afirmación no es gratuita. Existen estudios científicos que demuestran la correlación entre el hecho de tener confianza en un niño y el desarrollo futuro que va a tener ese niño.
A mayor confianza en un niño, mayor probabilidad de éxito en conseguir sus metas. El neurocientíficoJoaquín Fuster comenta, además, la importancia de la relación entre el alumno y su profesor para la formación, dado que la aceptación que recibe el alumno del profesor refuerza más la necesidad de recibir información, le estimula a querer aprender más.
Confiar en los niños es promover en ellos una seguridad necesaria para su desarrollo. Los educadores, profesores y padres, podemos ayudar a los niños si les animamos a esforzarse por conseguir aquello que quieren. Es positivo confiar en ellos y demostrarlo. ¿De qué forma? No es complicado.

Cinco consejos que pueden servir para demostrar que confías en tu hij@:

1

Dale cariño

La autoestima en l@s niñ@s aparece como resultado de sentir cariño de su entorno, desentirse queridos. Es el primer peldaño imprescindible para demostrar confianza.

2

Dedícale atención

Dedícale tiempo y con atención completa. Pocas acciones tienen un retorno tan alto como la atención a los niños. Invertir tiempo en compartir juegos, conversaciones o risas … demuestra que son importantes en tu vida.

3

Permítele cometer errores

Deja que tenga iniciativa para atreverse con temas nuevos, para poner en práctica sus ideas. Y si se equivoca… no pasa nada. Es preferible que se equivoque y aprenda de sus errores a tener la actitud de «deja que yo lo haga» o «eso que quieres hacer es imposible».

4

Felicítale por lo positivo que consigue

Cuando alcanza un logro, es importante hacerles sentir hábiles y capaces. Ello les dará confianza para perseguir su siguiente logro.

5

Hazle sentir que estás seguro/a de que lo conseguirá

Los niños saben muy bien cuando alguien cree en su potencial. Este es un elemento de satisfacción para ellos y a la vez de presión que les empuja a conseguir su objetivo, para no defraudar a esa persona que cree en él.

ACTITUD SINCERA

A base de darles oportunidades, preparación, paciencia y confianza, los educadores podemos no sólo conseguir que los niños dominen las habilidades básicas, sino también que sean capaces de superar retos y lograr sus aspiraciones en la vida con su esfuerzo… ¡siempre necesario el esfuerzo!
Conseguir que l@s niñ@s tengan seguridad en sí mismos es un proceso. No se consigue de un día para otro. Demostrar confianza debe ser una actitud sincera y permanente. Confianza… tan fácil como decir sinceramente «tú puedes».  Porque cuando alguien cree en ti, puedes conseguir mucho más.
Creo que siempre recordaré la confianza que tenía mi padre en mí cuando era pequeña. Él estaba convencido de que yo era una crack que podía hacerlo todo… y yo no entendía por qué me veía así. Me miraba, y con su mirada, yo sabía que él confiaba absolutamente en mí. Y eso era un estímulo brutal que hacía que me esforzara en hacer las cosas lo mejor que era capaz de hacer, porque no quería decepcionarle.
Estaba acostumbrado a mis buenas notas y no imaginaba que yo pudiera suspender nada. Recuerdo el día que me suspendieron el examen práctico del carnet de conducir, al llegar a casa, cuando me preguntó qué tal y le dije que no había aprobado, no se lo creía, me costó una hora convencerle de que no era una broma. Él me veía así… y eso marca. Cuando alguien confía en ti, sinceramente, te empuja a sacar lo mejor de ti.

La confianza es la forma más elevada de

motivación humana


Estoy convencida de que el poder de la confianza es extraordinario. «La confianza es la forma más elevada de motivación humana», la frase es de Juan Carlos Cubeiro en su magnífico libro «La sensación de fluidez» y creo que no se puede resumir mejor.

Al confiar en alguien, le damos alas para conseguir aquello a lo que aspira.

Cuando confían en ti, te impulsan.

La confianza es pura magia.

Y es que, aunque no nos demos cuenta, muchas veces,

tu libertad termina donde acaba la confianza en ti mism@.

Será cuestión de confiar más,

y de compartir más ratos así con buenos amigos

eso sí, siempre con música…

la vida sin música sería un error…

Y esta es una de las canciones que sonaba la noche del jueves, preciosa versión del Careless whisper de George Michael.

Lo reconozco…

me gusta la banda sonora de mi vida.

Artículo publicado en INED21