LA ELEGANCIA SE LLEVA POR DENTRO

 

El tiempo pasa volando… terminando ya el curso. Ha llegado el verano, verbena de San Juan para inaugurarlo, se nota en el ambiente el cambio de estación.

Entre mis decenas de mails -esa tortura diaria a la que estamos sometidos-, esta semana han aparecido también los mails de rebajas, parece ser que ya han empezado y que “no te las puedes perder”. Aunque, en mi caso, siendo absolutamente sincera, puedo afirmar que sí me las voy a perder.

Mi visión sobre qué necesito y qué no, en cuanto a moda, ha cambiado mucho en unos años. Reconozco que en épocas pasadas compraba más ropa. Me interesaba la moda, conocía las tendencias de cada temporada, salía de compras en cada cambio de estación, me compraba ropa en rebajas, … No sé en qué momento cambió mi visión, pero fui perdiendo interés por la moda, fui evolucionando hacia un modo distinto de interpretar qué necesito y, probablemente, la pandemia ha puesto la guinda final al tema y ha hecho que mi interés en las rebajas y en la moda toque mínimos.

He reflexionado varias veces sobre ello en mi trabajo. Como tutora de proyectos emprendedores, he podido detectar un auge de proyectos relacionados con el reciclaje y con un uso más sostenible de las prendas de ropa. Últimamente, cada año he tenido mínimo un proyecto relacionado con moda sostenible, y este año no es la excepción. L@s emprendedores detectan que existe una necesidad clara en ‘moda sostenible’ o ‘moda ética’ y es que han cambiado los hábitos en el consumo de moda.

Alquiler de prendas de ropa (si solo lo vas a usar en una ocasión, ¿para qué quieres comprarlo?), fabricación de prendas con materiales reciclados, venta de prendas de segunda mano, … Una multitud de propuestas para hacer un buen uso de los recursos de que disponemos, para utilizar materiales que faciliten el reciclado, para buscar garantizar los derechos laborales, para impulsar el comercio local o para reducir residuos… Propuestas con valor añadido.

Nuestra visión de la moda ha cambiado.

 

La evolución del gasto en moda

El Instituto Nacional de Estadística nos muestra cuánto gastamos en moda.

 

La evolución entre 2007 y 2019 es claramente bajista, y los grupos con mayor consumo en 2007 son los que han experimentado una mayor reducción del gasto en estos años. El gasto en ropa y calzado volvió a caer en 2020, de un modo aún más significativo.

La situación en 2021 plantea un escenario de incertidumbre muy elevado.

Las preferencias de las personas han cambiado claramente en los últimos años. Y se impone otro modo de hacer las cosas. Los retos medioambientales y sociales tienen su impacto. Y es que la moda es uno de los sectores que más contamina a nivel planetario y es necesario tomar acciones para reducir esa contaminación. La industria de la moda es la segunda industria más contaminante del mundo, después de la energética. Solemos pensar que la sostenibilidad se vincula solo a determinados sectores, pero la realidad nos demuestra que se vincula absolutamente a cualquier sector.

 

Sostenibilidad como clave imprescindible

En cualquier proyecto, en el diseño de su modelo de negocio es fundamental la variable ‘sostenibilidad’. En una master class para el programa INJOY 2020 de la Universidad de Barcelona, estuve justamente hablando de “Business Models & Sustainability” (“Modelos de Negocio & Sostenibilidad), sobre la necesidad de añadir la sostenibilidad como una clave fundamental en cualquier modelo de negocio, en cualquier sector, sin excepciones.

 

La elegancia es fruto de la elección

En una sociedad cada vez más concienciada con los problemas medioambientales, vale la pena plantearse si los modelos en nuestro estilo de vida son los más adecuados. La respuesta a ese planteamiento, para una mayoría, está siendo clara: debemos cambiar determinados patrones y el modelo de consumo.

Tener 3 pares de jeans, en vez de 1 no nos convierte en más elegantes.

Preocuparnos por el impacto que tienen nuestras acciones en el entorno, sí suma a nuestro modo de ser, sí aporta valor y ayuda a crear un mundo más sostenible.

Cada vez más personas, más empresas y más instituciones se van concienciando de que la sostenibilidad ecológica y social es imprescindible. Ya no vale todo. Y el futuro de las compañías depende también de su política de sostenibilidad. Los consumidores presionan y, por ello, cada día son más los proyectos en ese ámbito: nuevas plataformas, nuevas tiendas o proyectos como ‘Veraluna’ de Oxfam Intermón, con tiendas de ropa de comercio justo.

La elegancia, para mí, tiene poco que ver con el gasto en prendas y artículos, y tiene mucho que ver con la capacidad de elegir lo más adecuado a las circunstancias de cada momento. La elegancia es fruto de la elección.

La elegancia no correlaciona con consumir, sino con escoger la opción más oportuna.

Reducir el consumo de moda y optar por la moda sostenible nos demuestran que es posible hacer un consumo responsable de ropa sin renunciar al estilo.

La elegancia se lleva por dentro… lo de fuera, es solo ropa

Style

Because we never go out of style
we never go out of style

 

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