DE MENOS A MÁS

Me entusiasman los inicios. Me encantan los nuevos proyectos, admito que me ilusiono con los principios… Empezar algo nuevo es ilusionante, estimulante y energético.

A punto de empezar un nuevo año.

Absolutamente preparada.

Con ganas de terminar 2018. Cada cual hará su balance del año y sabrá qué tal le ha ido. Mi año no empezó demasiado bien, arrancó con muchas incógnitas, algunas dudas y reconozco que ha tenidomomentos complicados.
Sin embargo, es increíble cómo ha ido evolucionando, cómo los proyectos se han ido consolidando, cómo ha aparecido la magia, cómo todo ha ido encajando donde tenía que encajar… para terminar el año de una forma maravillosa.

Ha sido un año de menos a más, de temas extraordinarios, especialmente a partir de septiembre –ese mes en que much@s empezamos nuevo año– y que me ha demostrado que hay que dejarse llevar un poco, que debemos esforzarnos en hacer lo que consideramos necesario, pero que no debemos ser impacientes.

Lo que tiene que llegar, llega. Y es bonito disfrutar de este momento en el que todo se va poniendo en su lugar y todo va encajando como un puzle, a veces distinto de cómo lo imaginabas, para ofrecer sorpresas maravillosas y hacerte sentir sencillamente feliz.

CINCUENTA Y DOS SEMANAS

Ha sido un año intenso. Con 52 semanas en las que he estado escribiendo ininterrumpidamente cada semana en INED21. Con mis dudas siempre a la hora de escoger sobre qué tema escribir, pensando que el siguiente artículo ‘seguro que no gustará tanto como el anterior’ y preparándome por si algún domingo mi post sencillamente no gustaba… porque escribo desde una visión muy personal, de temas que a mí me parecen importantes y de cosas que pasan en mi vida, intentando siempre aportar algo nuevo a quien me lee, pero con la duda permanente de si voy a acertar en el tema o en el enfoque de esa semana.
Sin embargo, durante 52 semanas, cuando ha llegado domingo, he tenido la suerte de ver cómo la edición de mis artículos en INED21 aparecía preciosa a primera hora –es mi ilusión de cada mañana de domingo–, cómo tenía la suerte de tener a maravillos@s lector@s fieles cada semana, de ver cómo habéis compartido lo que escribo y me habéis contado lo que os he hecho sentir… No se puede tener un domingo más fantástico que el que me regaláis semana a semana.

Debo decir, además, que tenéis un instinto especial. Cuando escribo sobre algo que me ha ocurrido y que me ha afectado especialmente, cuando escribo más desde el corazón… lo notáis al instante. Mis artículos más leídos han sido los más emocionales, los más personales. Es curioso cómo podéis notar la sinceridad, los sentimientos… a través de unas cuantas palabras. Conectar con vosotr@s es lo que me impulsa a escribir y lo que me da energía para encontrar ese ratito para escribir, aunque parezca imposible.
En estos últimos meses del año he terminado el que va a ser mi próximo libro, estoy feliz y entusiasmada con él, ya os contaré mi nueva aventura, que espero que en los próximos meses vea la luz. ¡Qué ganas de empezar el nuevo año!

MAGIA

La magia de un nuevo inicio…


A punto de iniciar un nuevo año. Una especie de magia que envuelve cada nuevo inicio. Aquí lo celebramos con una cena en buena compañía, con las 12 uvas de la suerte y las 12 campanadas –y los famosos cuartos que hacen que nos confundamos a la hora de empezar con las uvas–. Y, en cada parte del mundo, tienen su ritual para ese nuevo inicio.
Recuerdo mi fin de año más mágico, hace unos años, en un viaje a Laponia. No fue una noche de vestidos de fiesta y zapatos de tacón, no… fue una noche con ropa térmica y con botas de nieve. Maravillosa una nochevieja en el Polo Norte. A pesar de celebrarla a 20 grados bajo cero, fue una experiencia inolvidable.

La celebración, después de cenar –prontito allí–, fue sobre un lago helado, bajo una aurora boreal que me pareció el espectáculo más bonito que he visto en mi vida, con fuegos artificiales que se elevaban por encima del bosque que rodeaba el lago y con unas botellas de cava que trajimos desde Barcelona, que se habían congelado.

Unos fuegos artificiales que, en Finlandia, solo están permitidos a partir de las seis de la tarde del 31 de diciembre, y hasta las dos de la madrugada del día siguiente. La mayor parte del año está prohibido, para no perturbar la tranquilidad de los animales salvajes.
La tradición allí el día de fin de año es fundir una herradura en el fuego y luego tirarla al agua. Es la forma que tienen para intentar predecir cómo será el próximo año. Cuentan que la forma que adquiera la herradura fundida te da pistas de cómo será tu siguiente año. Así que es cuestión de ponerle imaginación a esa forma extraña que adquiere tu herradura… para intentar «ver» qué sucederá. Una forma mágica –y helada– de iniciar el año.

Cada lugar del mundo tiene sus propias tradiciones. Sin duda, una de las más conocidas es la de nuestros vecinos italianos, que cenan lentejas en nochevieja, para que el nuevo año venga cargado de abundancia, riqueza y dinero.  Una costumbre que es imitada en otros lugares, en un intento de conseguir ese mismo deseo.
Otra tradición que practicamos en España y que es extensible a toda Latinoamérica es vestir ropa interior de color rojo la última noche del año. Según las creencias de muchos, este color atrae el amor, de ahí que se use para llamar a Cupido en el año nuevo.
EEstados Unidos se ponen muy románticos para entrar en un nuevo año. De hecho, en las típicas imágenes de Times Square en Nochevieja, cuando acaba la cuenta atrás con la que inician el nuevo año muchas personas se besan, ya que esas es su tradición, comenzar un nuevo ejercicio besando a alguien, con el mismo objetivo que otros de los rituales de fin de año: atraer el amor.

Y es que es impensable empezar el nuevo año sin besos y sin abrazos… en cualquier país, en cualquier lugar, se celebra la entrada en el nuevo año con besos y abrazos a las personas queridas. ¿Qué mejor manera de abrir un nuevo inicio?

ABRIR PRINCIPIOS

La magia de abrir principios…

Me ilusionan los nuevos principios. Estoy anhelando ya descubrir el 2019, empezar nuevos proyectos y descubrir qué tiene preparado para mí. Los principios saben a magia. El nuevo año pinta muy, pero que muy bien.

CERRAR FINALES

Y de cerrar finales…


Sin embargo, para poder arrancar realmente bien un nuevo principio, es cuestión también de cerrar bien lo que acaba, de darle un bonito final, aunque apetezca menos eso de cerrar finales.
Y no hay mejor manera de cerrar un final que agradecer, por todo lo que te aportó.
Aunque no todo haya sido cómo te habría gustado, aunque algunas experiencias duelan… todo lo que pasa por tu vida construye lo que eres. Será que también necesitamos errores y decepciones para crecer y para valorar lo que realmente vale la pena.

Caerse también tiene su lado positivo… aunque solo sea para ver quién te ayuda a levantarte. O para saber dónde no debes volver. O para descubrir que eres más fuerte de lo que creías. O para que aprendas a quererte tú. O para dejar que la vida te lleve dónde debes estar.

Estoy convencida de que lo grande en la vida es eso que encontramos sin querer… mientras buscamos lo que creemos necesitar.

DAR LAS GRACIAS

Será cuestión de dar las gracias

ti, muy especialmente, gracias siempre, por leerme.
INED21 por acompañarme los domingos con ediciones maravillosas y por ese apoyo.
todas las personas que tengo alrededor, por estar aquí, conmigo
Al año 2018 por todas esas sorpresas maravillosas que me ha traído, y por todo lo que se ha llevado y que no debía estar, por hacer mi vida más bonita, por ayudarme a descubrir qué es de verdad y qué es mentira por ese ir de menos a más

Gracias 2018, por todo lo bueno…

y por todo lo menos bueno.

Si, a pesar de todas las complicaciones,

los días grises y las decepciones,

los años pueden ser así de bonitos

vamos a por el siguiente…

Thank you, next…

Now, I’m so amazing …

Artículo publicado en INED21