Internet ha pasado a formar parte de nuestra vida,  una potente herramienta en nuestra vida profesional y un medio que nos permite estar conectad@s en nuestra vida personal, de una forma que no se había producido nunca antes.
Su desarrollo es imparable, y en un mundo en el que los cambios son cada más acelerados, creo que es inevitable preguntarse hacia dónde irá internet. Y, en mi aspiración por descubrir cuáles son las previsiones sobre su evolución, me ha resultado muy interesante la lectura del libro «La tercera ola. El futuro de internet según uno de sus máximos impulsores»  (publicado en noviembre de 2016), de Steve Case, creador de America On Line AOL, una de las empresas clave en el proceso de masificación de internet en la década de los 90.
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En pocos años hemos asistido a un gran desarrollo de internet, un avance que, sin embargo, no ha sido lineal, sino que ha llegado en forma de “olas”.
La primera y la segunda ola
La primera ola fue la que llevo a crear las infraestructuras necesarias para que todo el mundo pudiera estar conectado a Internet. Fue la época de trabajar en los equipos, la programación y las redes que harían posible que la gente pudiera conectarse a Internet y entre sí y las principales empresas que lo hicieron fueron Hewlett-Packard, Cisco Systems o America Online (AOL), que de manera conjunta construyeron las rampas de acceso a la autopista de la información. En esa época existían muchas restricciones para conectarse a internet, era una primera etapa en la que gran parte del trabajo de las empresas consistía en explicar a la gente qué era internet y qué ventajas aportaba.

Una vez asentados los cimientos, se dio paso a la segunda ola (a principios del s. XXI), que consistió en crear el software necesario para poder conectar a la gente, a través de aplicaciones tan conocidas como Facebook o WhatsApp. En ese momento, buscadores como Google hicieron más fácil explorar la enorme cantidad de información que existía en la Red. Además, las redes sociales consiguieron atraer a millones de usuarios y sacaron provecho de la llegada de los smartphone.
En la actualidad, la segunda ola está llegando a su fin y una nueva etapa está comenzando. En ella, Internet impactará de una forma más directa en cada faceta de nuestra vida, transformando por completo campos como el de la sanidad, la educación o el transporte.
La tercera ola

La tercera ola es aquella en la que Internet deja de pertenecer a las empresas de Internet, en la que los productos necesitarán Internet para sobrevivir y en la que la expresión “con acceso a Internet” empezará a sonar tan ridícula como “con posibilidad de conexión a la red eléctrica”. En esta etapa se tratará de humanizar Internet, de acercarla a la vida de las personas.

La capacidad para transmitir emoción
es lo más importante
en un mundo dominado por la tecnología
Tom Peters

 
En esta época se van a crear un tipo de empresas distintas a las que se han creado hasta ahora y, en muchos casos, tendrán que establecer conexiones entre distintos sectores.
Según Case, en esta tercera ola, se deberán volver a aplicar algunos de los principios que se aplicaron en la primera ola, en el sentido que se deberá hacer un esfuerzo por introducir internet en algunos ámbitos. Los impulsores de la tercera ola deberán dedicar gran parte de su tiempo a temas distintos a la tecnología en sí, puesto que necesitarán una estrategia para crear una infraestructura de Internet en sectores económicos escépticos, y que tienen guardianes poderosos. El trabajo por conectar Internet a todo lo demás será una experiencia que guardará mayores similitudes con la primera ola que con la segunda.

Mientras estos cambios van adquiriendo fuerza, muchas organizaciones líderes en sus sectores corren el riesgo de verse alteradas y desplazadas por otras. El tema clave estará en ver si serán capaces de evolucionar y adaptarse, nunca antes había sido tan necesaria la adaptación.
El mantra de la tercera ola tiene que ver con lo personal, con lo individualizado, y se basa en gran medida en datos, mucho más que en etapas anteriores. Por ello, sectores como el de la Sanidad, la Alimentación, el Transporte y el de la Educación van a experimentar grandes cambios. La clave ahora se encuentra en sustituir la cultura de la uniformidad por la de la personalización.
Sabemos que no todos los alumnos aprenden al mismo ritmo ni de la misma forma, por lo que internet ofrece grandes posibilidades de personalizar el aprendizaje. La evolución de la educación exige un enfoque multidimensional. Por supuesto, la base de este enfoque estará en el contenido que se aprende en las aulas, pero habrá que tener en cuenta también el contexto y la comunidad (son básicas las «3 C» en educación: contenido, contexto y comunidad). Por supuesto, se necesitan buen@s profesor@s que enseñen el contenido a los alumnos, pero que al mismo tiempo sean capaces de crear un contexto y una comunidad en torno a ese contenido que permita a los estudiantes aprender los unos de los otros y mantener relaciones positivas, formando una red de contactos.

Durante la primera ola, los innovadores de la educación se centraron en gran medida en la tecnología y, en la segunda, en el contenido. Los triunfadores de la tercera ola aprovecharán la tecnología y se centrarán en grandes contenidos, pero también comprenderán y potenciarán la importancia del contexto y de la comunidad.

Los 3 principios de éxito en la tercera ola

Las empresas emergentes de la tercera ola darán forma colectivamente al que puede llegar a constituirse como uno de los capítulos más emocionantes de la historia del espíritu emprendedor.
Según Cage, para que un proyecto tenga éxito en esta tercera ola deberá seguir 3 principios:
Colaboración
El éxito de una empresa dependerá en gran medidas de las alianzas y los acuerdos de colaboración que consiga establecer. Será necesario que un emprendedor sea capaz de establecer una colaboración constructiva y solidaria con otras organizaciones, e incidir sobre quién toma decisiones. Para las empresas, actuar solas no será una opción. Se necesitan socios que puedan sumar valor, aportar credibilidad y proporcionar impulso. Aunque un producto o servicio de una empresa pueda ser fantástico, su capacidad para establecer alianzas y colaboraciones va a pasar a ser decisivo.

Marco normativo
Los emprendedores de esta tercera ola deberán enfrentarse a estrictos marcos normativos en sus sectores respectivos. Los nuevos proyectos surgen en cualquier sector, en muchas ocasiones de forma transversal en varios sectores, y suelen hacer planteamientos absolutamente disruptivos que pueden chocar con el marco normativo.
El modo en que se gestiona este ámbito es básico. Es un tema que, de hecho, ya estamos viendo en la actualidad con proyectos que están transformando totalmente sus sectores, como es el caso de Uber o el de Airbnb.
Perseverancia

Cualquier nueva idea que se impulse en esta tercera ola va a enfrentarse con multitud de obstáculos: la competencia, la logística, las alianzas, las normas, …  Y cualquiera de esos obstáculos puede suponer el fracaso del proyecto. El éxito se consigue solo si los impulsores del proyecto son capaces de insistir. Y, en el proceso de perseverar, es necesario tener u elevado grado de flexibilidad y capacidad de adaptación.
La tercera ola exigirá un alto grado de adaptabilidad: puede ser que la primera versión de un producto no sobreviva al primer contacto con el mercado o con las autoridades reguladoras, por lo que habrá que ir haciendo ajustes y modificaciones para conseguir el éxito.
Perseverar, probar y adaptar. Algo que, por supuesto, me recuerda el más puro espíritu «Lean Satrtup» de Eric Ries.
 

Y, de entre las previsiones de futuro inmediato que incluye Steve Case en el libro, creo que son especialmente significativos dos mensajes que lanza a la sociedad:

  1. es necesario que l@s emprendedor@s sean consientes de que el mundo va a depender de ell@s. Tienen la responsabilidad de hacer algo más que fabricar productos de buena calidad, apps populares o servicios innovadores, no porque todo ello no sea valioso, sino porque, en un momento en el que las soluciones inteligentes son un bien escaso, el recurso más importante (el talento de las personas) debe estar dirigido a los grandes desafíos;
  2. en cuanto a las empresas, deben ser muy conscientes de que están en constante evolución y que la adaptabilidad ha pasado a ser algo fundamental. El grupo de los competidores de una empresa ya no se limita solo a las  empresas de su sector, sino que este grupo se ha ampliado -y más que se ampliará- para incluir empresas de cualquier otro sector que buscan revolucionar otros sectores. Los límites entre los distintos sectores se están modificando a gran velocidad. Por ello, es necesario crear red tanto dentro como fuera de la empresa, y estar siempre alerta de nuevas oportunidades.

Internet acaba de empezar. No sabemos cómo será el futuro, pero esta incertidumbre puede convertirse en una oportunidad. El mensaje de Steve Case es un mensaje de optimismo, recordando que los emprendedores tienen la responsabilidad de dedicar su talento a mejorar la sociedad, a producir un impacto duradero y positivo. La tercera ola va a suponer un crecimiento en el uso de internet, y va a requerir otro modo de mirar las cosas y otro modo de construir el futuro, que va a impactar en las empresas, que deben estar dispuestas a revolucionarse a sí mismas, para poder hacer frente a la ola. Y va a suponer un reto también para las personas, que debemos estar también siempre dispuestas a aprender, a ver el mundo de otro modo y a pensar en nuevas opciones.

El futuro no se predice
se construye
Antoine Saint Exupéry