La vida duele

 

Nadie está preparado para perder a alguien a quién quiere…

nadie está preparado para un golpe tan duro, y menos en determinadas circunstancias, que te roban la posibilidad de estar con esa persona en esos últimos momentos. Dolor que se te clava y resuena mil veces en tu cabeza.

Y es mucho más difícil si la persona que se va es una persona especial, con un corazón lleno de bondad, con amor incondicional por su familia, a quién siempre encontrabas con una sonrisa en la boca y haciendo algo divertido. Alguien con quién siempre se estaba a gusto. Así era mi cuñado Enric, una persona extraordinaria de quién nos hemos tenido que despedir demasiado pronto… entre una multitud de personas llorando, que no se lo creían. Es impresionante cómo todo el mundo quería a Enric, nunca había visto tantas flores en un funeral, ni tantas muestras de cariño, …  lo cual demuestra la persona única que era

Es demasiado pronto para que podamos asimilar lo que ha ocurrido, especialmente para su mujer -mi hermana- y para sus hijos… y no sé cómo lo haremos.

Porque solo nos gustaría volverle a oír, a abrazar, a reírnos con él, … y, de repente, te das cuenta de que ya no. Y tienes que acostumbrarte a vivir con ese dolor… el dolor de extrañarle cada día de tu vida.

Sin palabras que acierten a describirlo, me quedo con un texto que escribió  Risto Mejide, lo que duele no es el dolor.

Lo que duele no es el dolor

Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es la ausencia. El hueco que deja alguien que ya no está. Echar de menos con contrato indefinido. Y saber que quería llevársela y se la ha llevado, que ya está, que le han ganado la vida esas malditas seis letras que no pienso volver a juntar en mi boca nunca más.

Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es conocer un vivo menos. Borrar su número del móvil. Tener que frenarme cuando la iba a llamar y recordarme a mí mismo que ya no puedo, que un día pude, que lo hice menos de lo que debía y que ya nadie podrá.

Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es recoger los pedazos de quien se queda. No saber consolar a quien más quieres en este mundo. Tratar de estirarle los labios. Con una broma, un chascarrillo, una tontería. Fracasar.

Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es la distancia. Este saberse lejos de ti, este llevarte conmigo, ese llevarme contigo y, aun así, ser incapaces de llevarnos más.

Risto Mejide

 

Lo que duele es la ausencia.

Y no tiene vuelta atrás.

No toca otra que aceptar nuestra vulnerabilidad,

hacer un esfuerzo enorme por no caer en la rabia…

extrañar sobremanera a esa persona maravillosa

y dar gracias a la vida por haberla tenido.

Vivir implica aceptar y no esquivar todo lo que te va llegando: disfrutar los buenos momentos, encajar golpes inesperados, luchar contra problemas que, a veces, son gigantes, pensar que no vas a poder cruzar esa montaña que tienes delante, llorar  –más veces de las que quisieras–, dar gracias por las personas que te quieren, valorar cada pequeño detalle que te regala la vida, … y aceptar que a veces la vida duele.

 

Close your eyes…

 

And if my love is blind …
I don’t want to see the light

 

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