Lo importante no es que sea perfecto

 

Semana de Reyes, con regalos que nos recuerdan lo bonito que es que se acuerden de ti, ese es el verdadero regalo siempre. Escribo con un paisaje poco habitual en mi despacho, todo cubierto por la nieve en un fin de semana gélido como pocos.  Me acaban de traer una nueva agenda para 2021, un precioso detalle con mi nombre grabado, que me hace recapacitar sobre los planes para este nuevo año.

Planes como sociedad. Tras diez meses conviviendo con la pandemia, y después de conseguir vacunas en tiempo récord, ha empezado la campaña de vacunación, en la que hay tantas esperanzas depositadas. Con una planificación específica en España, parece que, de momento, no va al ritmo previsto. Los datos, a fecha 7 de enero, facilitados por el Ministerio de Sanidad son que, de un total de 743.925 dosis de vacuna entregadas, únicamente se han administrado 207.323 – un 27,9% -. A este ritmo será difícil cumplir las previsiones que se hicieron en su momento.

Y planes personales, que cada un@ de nosotr@s tenemos ante el nuevo año.

 

Planificar es necesario, por supuesto. Pero la planificación no puede ser eterna y debemos ser muy conscientes de la probabilidad de que las cosas no salgan como habíamos previsto. Y, en ese momento, siempre habrá alguien dispuesto a criticar lo que haces.

 

No lo haces bien…

Porque siempre está quien te hace notar que no lo haces bien… ¿verdad?

Porque el mundo está lleno de “expertos” en todo.

Que te propones cuidarte y decides hacer deporte, en plan tranquilo, solo unas horas a la semana y de un modo regular… pues ‘no lo haces bien’, ‘deberías hacer más horas de deporte, deberías ir subiendo la intensidad cada día’… te dice alguien, criticando lo que haces. Entonces, le preguntas, cuántas horas de deporte haces tú y de qué modo y, sorprendentemente, te dice que no, que no practica deporte, ‘yo no tengo tiempo’. Sin comentarios.

Que tienes tu propia página web y tu blog, en el que publicas todos los domingos… ‘no lo haces bien’, ‘deberías publicar con más frecuencia para generar más impactos’, ‘la temática debería ser diferente ‘. Muchos consejos que venían de alguien con una web que no diría yo precisamente que admiro. En fin, sin palabras.

Hagas lo que hagas, siempre te cruzarás con supuestos ‘expertos’ que te van a decir que ‘no lo haces bien’. Pero no te preocupes, quien te dice ‘no lo haces bien’ y te da lecciones suele ser quien menos debería hacerlo, quien sencillamente no hace nada.

¿Hay que esperar a hacer algo perfecto para poder hacerlo?

Para mí, la respuesta es clara…

 

No esperes a tener algo perfecto para llevarlo a la práctica

En mi trabajo, cuando ayudo a personas a impulsar sus proyectos, siempre les repito que no esperen a tener algo perfecto para llevarlo a la práctica.

Cualquiera que sea el proyecto que quieras impulsar, no es necesario esperar a tener una definición perfecta, una planificación perfecta y el momento perfecto para empezar. Haz algo que funcione… y adáptalo después.

Si los procesos seguían antes una trayectoria lineal, lo que funciona en un entorno como el actual son los procesos iterativos. La capacidad de adaptación es fundamental y solo se consigue desarrollarla a través de la experimentación. Debes experimentar con tu proyecto. ¿Con qué objetivo? Justamente el de obtener información para comprobar qué es lo que funciona y qué es lo que no, y así poder modificarlo.

La adaptación es fundamental y constituye una de las bases más importantes del éxito de tu proyecto. Un mismo proyecto, adaptado adecuadamente o no a lo que funciona en la realidad, puede ser un éxito o puede ser un fracaso.

Es algo que nos ha demostrado la metodología Lean Startup. Es una metodología propuesta en 2008 por Eric Ries y basada en el ‘Lean Manufacturing’ de Toyota –la filosofía de producción ajustada desarrollada en los 80s–. Se basa en un ‘proceso de aprendizaje validado’.

El ‘proceso de aprendizaje validado’ permite reducir el riesgo a la hora de lanzar un producto o servicio innovador al mercado. El principio es que todo parte de una idea que se debe validar en el mercado, para lo cual se crea un prototipo denominado ‘producto mínimo viable’ para probarlo. El objetivo es medir los resultados para aprender, insistir en lo que funciona o pivotar e incluso abandonar lo que no funciona.

Lo expliqué hace un tiempo en mi artículo ‘Baila’.

No esperes a tener algo perfecto para llevarlo a la práctica.

Lo que funciona es probar, hacer y adaptar. Porque habrá cosas que no funcionarán como habías planificado y habrá que cambiarlas, pero solo serás capaz de identificarlas si has llevado tu proyecto a la práctica, si te has atrevido a probar… así que olvídate de las críticas y concéntrate en lo que quieres hacer.

 

Lo importante no es que sea perfecto…

Hace tiempo que asumí que no soy perfecta… no.

Hago deporte a mi ritmo, no aspiro a más que a mantenerme en forma. Escribo en mi web lo que a mí me parece adecuado, lo que creo que puede aportar, es verdad que no sigo las normas pautadas que siguen muchos. Y cuando quiero empujar un proyecto en el que creo, lo hago… aunque no lo haga de un modo perfecto.

Esperar el momento perfecto para hacerlo todo perfecto es… sencillamente imposible.

Y cuando hagas algo, te van a decir ‘no lo haces bien’… y, probablemente, sea cierto en parte. No lo vas a hacer perfecto. Pero no permitas que te frene el temor a lo que digan.

Lo que marca la diferencia, siempre, es la acción.

Lo importante no es que sea perfecto… lo importante es que sea.

 

Perfect… to me

Love every single part of my body
top to the bottom
I’m not a supermodel from a magazine… no
I’m okay with not being perfect

cause that’s perfect to me

 

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