A veces, anhelamos conseguir algo durante mucho tiempo. Aspiramos llegar a un objetivo muy deseado, a algo que es realmente difícil, que nos ilusiona tremendamente, que lo buscamos y lo luchamos… Y cuando lo conseguimos, en ese momento, con frecuencia… no lo saboreamos, pasamos por allí demasiado deprisa, pasa… y se nos olvida muy rápido el valor que tiene.

LO QUE TENEMOS…

No valoramos lo que tenemos

No, no lo valoramos… ya lo comenté en INED21No valoramos lo que tenemos. Nos lo muestra la neurociencia. Nuestro cerebro nos juega malas pasadas. Percibimos el mundo que nos rodea a través de los sentidos, que pasan la información que reciben al cerebro, y es el cerebro quien se encarga de interpretarla a su manera, aunque no siempre se corresponda fielmente con la realidad.
Los neurólogos explican que nuestro cerebro se acostumbra muy rápidamente a lo que tenemos y deja de valorarlo al poco tiempo. Lo da ya por hecho. Y empieza, entonces, a pensar, a buscar y a desear otras cosas. Es un modo de complicar la realidad que se produce de un modo muy generalizado.

Y es que parece que tendemos siempre a infravalorar lo que tenemos y a sobrevalorar lo que no tenemos. Y ese es un modo muy peligroso de complicar nuestra vida.

No le damos el valor que tiene a lo que tenemos cerca, a nuestro entorno ni a aquello que aparece como simple en nuestra vida.

Es como una espiral por crear complejidad en aquello que no lo necesita. Es como si muchas personas pensaran «si es sencillo… no merece la pena».
Lo curioso es que no valoramos el presente, no valoramos el momento
Le damos más importancia a nuestro pasado y a nuestro futuro que al presente. Estamos acostumbrados a mirar dónde vamos a pisar, en vez de fijarnos en nuestras propias huellas y en sentir lo que estamos viviendo en este preciso momento

Este preciso momento, el que está sucediendo ahora, es, tal vez, uno de los conceptos que se nos hace más difíciles de asimilar.

SE NOS ESCAPA

El tiempo se nos escapa entre las manos

Se nos escapa el tiempo entre las manos. Y me hago más consciente de ello en una semana en la que he estado dando justamente una sesión sobre gestión del tiempo y organización, donde recordaba cómo se nos escapa el tiempo entre las manos. ¡Qué mal gestionamos el tiempo a veces! Hay que ir con cuidado con hábitos que interiorizamos sin querer y que se convierten en hábitos «ladrones de tiempo».

LADRONES DE TIEMPO

El tiempo se nos escapa entre las manos y nos quejamos de que nos faltan horas… Pero deberíamos analizar el por qué sucede eso, el primer paso para solucionar un problema es siempre ser conscientes del mismo. En nuestro día a día permitimos que se instalen hábitos que nos roban tiempo y que deberíamos combatir.
En este grupo de ladrones de tiempo podríamos incluir diferentes hábitos cleptómanos, pero sin duda los principales pueden sintetizarse en estos cinco grupos:

1

Las interrupciones

Estás haciendo algo que debes terminar hoy, empiezas a trabajar en ello y… oyes una notificación de whatsapp, que te lleva a mirar el móvil para ver qué sucede, al coger el móvil, te das cuenta de las notificaciones que tienes en pantalla, es el cumpleaños de una amiga tuya y decides mandarle un mensaje de felicitación, mientras ves que tienes nuevos mails que te han entrado justamente ahora,… y ya no recuerdas ni lo que estabas haciendo, ni te concentras en nada.
Las interrupciones son el primer motivo de desconcentración y dispersión en tu día a día. Cada interrupción te supone un freno a lo que estabas haciendo y cambiar tu atención desde eso a lo que te están proponiendo desde fuera. Es importante limitarlas al máximo, desconectar las notificaciones no prioritarias y establecer bloques de trabajo de un tiempo determinado -aconsejable de unos 45 minutos- para concentrarte en una sola tarea.

2

El e-mail

El mail es uno de los protagonistas de nuestra vida. Trabajes en lo que trabajes, lo utilizas todos los días. Creo que no he tenido nunca un grupo de trabajo en el que exploremos problemas de nuestro día a día, en el que no surja el “calvario de los emails”. Recibimos una media de 90 a 100 mails diarios, muchos de los cuales no tienen ninguna importancia para nuestro trabajo, pero nos obliga a abrirlos y a responder muchos de ellos. Atención con este ladrón de tiempo.

Tener permanentemente abierto el email desvía tu atención y, en consecuencia, repercute negativamente en tu trabajo. Establecer una rutina de uso del mail funciona mucho mejor:

Consultarlo solo tres veces al día: mañana, mediodía y tarde (o la frecuencia que a ti te vaya mejor).
No responder mails a horas intempestivas: si te entra un mail por la noche, lo ves y lo contestas, mejor no lo envíes en ese mismo momento, puedes dejarlo programado para que salga a primera hora de la mañana del día siguiente. Con ello, desacostumbras a la gente a que te escriban a cualquier hora.
Escribe mensajes breves y directos, indica bien el asunto de que se trata para facilitar el trabajo de leerlo a quién lo recibe.
Pide que te eliminen de listas o grupos en los que no deberías estar y evitarás muchosemails innecesarios.

3

El teléfono

Es bueno conocer qué tipo de uso le das al teléfono. Un día cualquiera, puedes coger un papel en blanco y registrar las llamadas entrantes que atiendes y las llamadas que realizas, indicando el tiempo y el motivo de cada llamada.
Al terminar el día, serás consciente de cómo utilizas el teléfono y cuánto tiempo te ocupa. Si el uso es razonable, nada que hacer. Si estás demasiado tiempo al teléfono en temas no importantes, deberás corregir ese hábito y, tal vez, dejar períodos de tiempo en los que no contestes el teléfono (no estás obligad@ a estar siempre disponible) o marcar tiempos límite por llamada.

4

Internet

Estamos siempre a un click de la distracción.
Internet tiene el poder de llevarnos de un lado a otro de un modo asombroso. Por ello, es importante cuidar cómo nos movemos ahí, y establecer algunas normas como:

Desinstalar notificaciones y avisos, dejar solo los realmente importantes.
Atención a la navegación inconsciente, ten siempre muy claro el porqué de cada tarea.
Cuidado con la mensajería instantánea, no es obligatorio responder al instante, puedes dejarla para determinados momentos del día. Si estás chateando, sé consciente de lo que haces, con cada tecleo, hay una consecuencia: los minutos pasan y estás invirtiendo tu tiempo allí.
Y atención también a las redes sociales, es mejor tener un «momento redes» que ir entrando y saliendo todo el día, controla el tiempo que les dedicas –ahora te lo indica tu teléfono– y optimízalo al máximo.

5

Las reuniones improductivas

Las reuniones son uno de los ladrones de tiempo más importante. Reuniones que no acaban nunca, y de las que se sale con pocos puntos clarificados y solucionados. Las reuniones deben planificarse mejor, al más puro estilo «Agile», con una respuesta clara a las preguntas:

Tiempo que creemos que vamos a invertir en esa reunión.
Objetivo claro de la reuniónTener preparado el contenido.
Orden del día perfectamente establecido, y que se respeta desde el principio al fin de la reunión.
Plan de acción claro y específico como cierre de la reunión, para conseguir el objetivo para el que se ha convocado la reunión.

Deberíamos conseguir poner el foco en lo que hacemos, y reducir estos hábitos ladrones de tiempo al máximo, para poder dedicar un recurso tan valioso como es el tiempo a lo que de verdad importa. La gestión del tiempo es un factor diferencial de las personas que consiguen hacer lo que realmente quieren hacer.

UN MOMENTO

Lo mucho que vale un momento…

Todos tenemos algo que nos mueve, algo que queremos, algo que deseamos apasionadamente, algo a lo que aspiramos… Y sentimos que es difícil alcanzarlo.
Alcanzar objetivos, conseguir sueños, conquistar algo tiene mucho que ver con el esfuerzo que le dedicas y con el tiempo que inviertes en ello.

Lo que tiene precio

se compra,

lo que tiene valor…

se conquista

Y, ¿qué sucede en el momento en que lo conquistas? Piénsalo, ¿lo saboreas? Sé consciente de ese momento, acuérdate de disfrutarlo

CÉNTRATE EN EL MOMENTO

Si has recorrido un largo un camino para conquistar este momento… permítete disfrutarlo.
El secreto para que tu vida adquiera significado… es que tú le permitas tenerlo.
Cuando alcanzas aquello que deseabas… disfrútalo, saboréalo, esfuérzate por retenerlo en tu memoria… graba en tu mente lo que sientes en ese momento y recuérdalo de vez en cuando. El valor de ese momento es ENORME
¿Sabes? He pasado mucho tiempo luchando por el momento que estoy viviendo justo ahora, viendo montañas infranqueables ante mí, que pensaba que no podría superar, contando un proyecto en el que nadie creía, despertando con abismos ante mí que me paralizaban, dudando sobre si merecía la pena continuar o no… y hoy, cuando despierto, sin abismos –y con una nueva canción– no puedo evitar disfrutar de ese momento y quiero que se quede en mi memoria
Piensa en lo que vives en este momento… sé consciente de lo que has alcanzado, de lo que has conseguido y disfruta de esa pequeña gran victoria privada.

TU VICTORIA PRIVADA


Stephen Covey lo denomina el primer componente: tu victoria privada… el momento en que pasas de ser dependiente a ser independiente. Para conseguir tu victoria privada debes transitar por los tres primeros hábitos:

Ser proactivo: El hábito de ser responsable de tus decisiones y acciones. Ser protagonista y no víctima, ser responsable es la habilidad para escoger las respuestas que damos. Elegir la actitud que tomas ante la vida.
Empezar con un fin en mente: El hábito de saber dónde quieres ir, cuál es tu objetivo, a que puerto te encaminas; el hábito del autoconocimiento. Primero está la creación mental (piensa en que quieres hacer) y después vendrá la creación física (lo haces).
Poner primero lo primero: El momento de la verdad, de decir qué voy a hacer aquí y ahora… el momento de priorizar, de empezar por lo urgente o por lo importante…

Acuérdate de disfrutar de aquello que consigues…

tu cerebro no lo hará por ti.

Graba los momentos bonitos en tu memoria.

Valora tu tiempo,

no sabes cuánto tiempo vas a tener…

y valora a las personas importantes que están en tu vida.

Ya que no sabes con cuánto tiempo cuentas…

haz que cada momento cuente.

Te debo este sueño

Hoy es esta la canción de mi post, me gustan las canciones que me llegan cada mañana –confieso que ya las espero nada más despertar–… yo que creía que conocía un montón de canciones, y alguien va… y me descubre todas las que me quedan por conocer…

Le vamos robando

trocitos al tiempo

y así comprendemos…

lo mucho que vale un momento…