Si la vida te saca a bailar…

acepta, aunque no sepas

 

 

Me gusta tener todo organizado. Soy de planificar para poder llegar a todo y que mi trabajo salga lo mejor posible. Quiénes me conocéis sabéis que soy de hacer listas de “to do’s”, de tener una agenda ordenada y de planificar.

Con un trabajo como el mío, es imprescindible el orden y la planificación -no tengo siempre el mismo horario, ni trabajo siempre en el mismo sitio, combino diferentes proyectos, … -. El orden y la planificación deben formar parte de mi vida. 

Pero, por mucho que planifiques, por muchas hojas que escribas, por muchos Excel que prepares… la vida te cambia de planes más veces de las que quisieras.

Mercè Roura, una de mis escritoras favoritas, lo describe de un modo maravilloso en “Cuando nada sale como esperas”:

“La vida no es una ciencia exacta, ni una palanca que accionas y mueve el mundo y puedes subirte o bajarte de él. Es un mecanismo que nadie sabe cómo funciona y que va por libre y te propone planes que tú no tenías previstos. Te rompe esquemas para que te des cuenta de que lo que crees que es inmutable, en realidad, cambia a cada instante y que aquello a lo que te agarras con fuerza no está sujeto a nada.”

 

Te cambia de planes. Cuando tú quisieras estar quiet@ y tranquil@, te saca a bailar.

Te propone un plan que no estaba en tus esquemas, que no es el que esperabas. En ese momento, tú decides qué hacer. Puedes decir que no, y quedarte quiet@. O puedes respirar, armarte de valentía y salir a bailar.  

 

“Por más que traces planes, por más que hagas listas, por más que tengas claros tus objetivos, muchas veces de nada sirve, porque en un instante te deja fuera de juego y tienes que volver a empezar. Tienes que replanteártelo todo… Es ahí donde descubres que es maravilloso saber qué deseas y trazar un plan para saber a dónde vas, pero que tienes que estar preparado para el zarandeo y el cambio. Para descubrir que lo que has pensado que querías en realidad necesita matices o que no va a suceder… O que tal vez sí pasará, pero antes necesitas que la vida te dé un meneo considerable para que dejes de aferrarte a algo que en realidad te frena y no te permite moverte. Nacemos y morimos tantas veces durante la vida… Nos volvemos a reinventar y para ello tenemos que decir adiós a lo que creíamos que éramos para poder dar la bienvenida a lo que realmente somos, lo que ha surgido gracias a quitarnos capas de miedo y comprender nuestra luz y nuestra oscuridad.”

Mercè Roura

 

En nuestra vida es importante planificar, pero la planificación por sí sola no es suficiente. También debes saber improvisar. Escuchar el ritmo que suena y adaptarte a él. Aunque no lo hayas hecho antes, aunque no sepas cuál va a ser el siguiente paso, aunque te mueras de miedo…

La vida da muchas vueltas. Por eso:

Planifica… pero deja sitio a lo imprevisto.

 

Porque la vida te sacará a bailar en el momento más inesperado.

Y en ese momento… acepta, aunque no sepas

Es necesario entrenar un nuevo arte: el de la improvisación. Porque todos somos actores en un teatro sin guion, donde la directora es la propia vida. Esta semana lo he visto claro.

Y en el escenario, en una obra sin guion, la vida te puede asombrar con la sorpresa más inesperada… y hacerte feliz.

Será cuestión de atreverse a improvisar… tal vez lo más bonito que nos depara la vida está detrás de lo no planificado.

 

 

Hoy te traigo la canción que escucho mientras escribo mi post, porque encaja genial con el tema de hoy y porque es una canción preciosa de “la Oreja de Van Gogh”. Espero que te guste y te deseo una semana sensacional, mil gracias por leerme.

Otra vez me has sacado a bailar

 

Otra vez la vida me ha sacado a bailar…

y quiero bailar

 

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