La importancia de la educación en nuestra sociedad es un hecho. La educación es fundamental para el desarrollo de cada persona, pero es decisiva también en la configuración de la sociedad en su conjunto.
Por ello, aunque tradicionalmente, Economía y Educación habían avanzado por caminos diferentes, a partir de cierto momento, ante la importancia del impacto de la educación en la economía, aparece la rama científica de “Economía de la Educación”.
Esta potente relación entre economía y educación es un tema apasionante, en el que desarrollo mi trabajo de investigación de doctorado, analizando el impacto que tiene la educación en nuestro progreso económico y social. Y continuamente aparecen nuevos datos que corroboran esta interrelación.
Encuesta de Población Activa (EPA)
Se acaban de publicar los datos relativos a la Encuesta de Población Activa en España (EPA del 2º trimestre de 2015), lo cual está provocando muchos comentarios en torno a la evolución de la preocupante tasa de paro, que sigue disminuyendo lentamente. En esta última información del INE, la tasa de paro en España se sitúa en el 22,37%.
Sin embargo, creo que es necesario profundizar en un análisis que la prensa especializada no hace sobre los datos de la EPA: la relación entre el nivel de educación y la tasa de paro.
En la propia página web del Instituto Nacional de Estadística se pueden obtener los datos actualizados y consultar cuál es la tasa de paro en función del nivel formativo de las personas. De este sencillo ejercicio podemos obtener los % de paro de la población en función de su nivel educativo:

La tasa de paro se distribuye de forma desigual entre la población en función de su nivel educativo. Así, podemos comprobar que la tasa de paro entre los analfabetos es del 46,15%, en el grupo con un nivel formativo de primaria se sitúa en el 36,34%, en el grupo que posee la secundaria en un 21,01% y las personas con educación superior se sitúa en un 13,29%. Esta es la clasificación de grupos en función de nivel formativo que establece el Instituto Nacional de Estadística.
Si bien es cierto que el paro ha afectado a todos los grupos sociales -también a las personas con mayor formación y sabemos que hoy tener un título universitario ya no es garantía de tener un trabajo-, puede comprobarse como a mayor formación los  % de tasa de paro son sensiblemente inferiores.
Los datos son muy claros: mayor educación, menos paro.

Un nuevo modelo de crecimiento económico: la sociedad del aprendizaje
Por ello, las teorías económicas actuales van un paso más allá y señalan que hemos entrado en la sociedad del aprendizaje. La expresión de “sociedad del aprendizaje” fue formulada en 1970 por Robert M. Hutchins, y se ha convertido en fundamental en la filosofía educativa de la OCDE y de la UNESCO. Considera el aprendizaje como motor del desarrollo económico de una nación. Un modelo económico que sigue ganando adeptos, con figuras tan relevantes como el premio Nobel Joseph Stiglitz.
Inmersos en una situación económica difícil, es frecuente escuchar que hay que investigar, innovar, reinventarse… pero para hacerlo no basta con decirlo. Para poder inventar, innovar y crear nuevos proyectos, la educación se convierte en un pilar básico.
La educación es fundamental para la realización personal, para la prosperidad económica, el progreso y el bienestar social. La educación está adquiriendo una importancia sin precedentes en nuestra sociedad. Por este motivo es básico el modo en que se aborda la educación: cómo se estructura, el modo en que se imparte, y los contenidos. Aspectos que muchos países ya están tratando con toda la profundidad que requiere. El crecimiento de cada país va a depender en gran medida de la calidad de su educación. Y para conseguir calidad educativa es necesario invertir en educación con criterios sólidos y una implicación de toda la sociedad en este proceso.
La realidad sitúa a la educación como una necesidad estratégica para nuestra sociedad. Medidas de inversión en educación constituyen inversiones a medio y largo plazo, a escala generacional, que convierten a los países en más competitivos, con una mayor calidad de vida de sus habitantes y capaces de generar más valor. Frente a otros enfoques estratégicos que se están adoptando, creo que la educación como estrategia nos permitiría conseguir una sociedad con mayor igualdad de oportunidades y con mayor proyección de futuro.
La educación como estrategia… porque invertir en educación es invertir en futuro. Estadísticamente demostrado.
Artículo publicado en INED21