CONSTRUYENDO EL FUTURO A TRAVÉS DE LA EDUCACIÓN

Una perspectiva económica

 

La foto del post de esta semana es una foto del año 2018. La foto es en un instituto de secundaria al que fui a dar una charla, algo que me encanta -aunque reconozco que últimamente mi agenda no me permite hacer este tipo de actividades tanto como yo quisiera-. Me hizo gracia encontrar esta foto. Era el principio de mi “segunda vida profesional”.

Cuando decidí cambiar del mundo corporativo al mundo de la educación, mi vida experimentó un “tsunami”. Los cambios nunca son fáciles. Y, entre todo lo que fue surgiendo, me encontré con que tenía que plantearme un tema de investigación para mi tesis doctoral. Lo tenía muy claro, quería trabajar sobre educación, y empecé a tantear a posibles directores de tesis que se movieran en el mundo educativo. Las personas a las que les pedí que me dirigieran mi trabajo de doctorado, todas me rechazaron. Ellos veían a una persona como yo, que venía del ámbito financiero, con una licenciatura en Administración y Dirección de Empresas y un MBA por ESADE, con experiencia profesional en auditoría financiera y como directiva en multinacionales, y no entendían que quisiera hacer mi tesis sobre educación. Me argumentaban mi baja experiencia profesional y académica en el ámbito educativo para darme un no como respuesta.

Lo que ellos no sabían es que soy muy testaruda cuando quiero algo.

Busqué y exploré por todas partes, hasta que encontré una rama científica en la que mi trabajo podía tener sentido. Descubrí la rama científica de “Economía de la Educación”, una rama que mide los impactos en la Economía que tienen las inversiones en Educación.

Educación y Economía son vasos comunicantes.

Las sociedades que invierten bien en educación tienen un crecimiento económico superior. Aunque es un crecimiento que se nota a largo plazo, son inversiones que necesitan años para ofrecer rentabilidad.

Así fue como decidí centrar mi trabajo en Economía de la Educación, y escogí analizar cómo se forma el capital humano y qué factores contribuyen a hacerlo crecer.

¿Qué es el capital humano? A mí me gusta describirlo como esa mochila que llevamos todas las personas, una mochila intangible en la que están nuestros conocimientos, competencias y habilidades, que nos hace más valiosas para las organizaciones y para la sociedad en su conjunto. 

Sé que puede sonar extraño trabajar en educación desde una perspectiva económica, pero no lo es. Tiene todo el sentido.

Quiénes habéis estado en mis formaciones, sabéis que me gusta recordar la importancia de invertir en educación y que suelo recurrir a los estudios de economistas que han sido Premio Nobel para destacar conceptos fundamentales de la educación desde una perspectiva económica.

 

“La educación es una inversión”

Theodore Schultz– Premio Nobel 1979

Theodore William Schultz fue el primer investigador que señaló que la educación no era un gasto sino una forma de inversión. Sus trabajos demostraron, por vez primera, que la educación conduce a las personas a mejorar su nivel de renta y su nivel de bienestar y recibió el Premio Nobel de Economía de 1979.

La teoría del capital humano señala que, para explicar ciertos fenómenos macroeconómicos como, por ejemplo, el crecimiento del PIB, es necesario incluir, además de los factores: capital y trabajo, un tercer factor: el capital humano, entendido como la acumulación de inversiones en educación, formación en el trabajo, salud y otros factores que permiten aumentar las capacidades de la persona.

Para Schultz, la inversión en conocimiento constituye un factor decisivo no solo a nivel económico, sino también cuando se trata de asegurar el bienestar humano. A partir del profesor Schultz, muchos investigadores han desarrollado sus trabajos en esta línea, para analizar el impacto del capital humano como un recurso estratégico.

 

“Es más rentable invertir en párvulos que en bolsa”

James Heckman – Premio Nobel 2000

James Heckman, premio Nobel de Economía del año 2000, ha demostrado con sus trabajos de investigación que es más rentable invertir en párvulos que en bolsa.

Los trabajos de James Heckman han concluido que la rentabilidad de invertir en educación de primera infancia es superior a otros tipos de inversión.

Las conclusiones de Heckman destacan que el entorno familiar condiciona mucho los resultados a los que puede aspirar un niño al alcanzar la edad adulta. En concreto, habla del “accidente del nacimiento”, para referirse a que el azar de nacer en una determinada familia constituye una fuente importante de desigualdad.

La diferencia de capacidades entre los niños desfavorecidos y los de familias acomodadas comienza a detectarse en una edad muy temprana. El contexto familiar de los párvulos es un factor que permite predecir con bastante precisión sus futuras capacidades cognitivas y socioemotivas.

Si una sociedad invierte en educación en edad temprana, fomenta la escolaridad, reduce la delincuencia, mejora las aptitudes de los niños y les conduce a obtener mejores niveles de renta en su vida profesional futura. Un mayor nivel de renta repercute en mejorar la vida de la persona y contribuir con un mayor nivel de impuestos a la sociedad y, por tanto, genera un mayor bienestar social. Invertir en medidas que palien las diferencias entre los párvulos es una inversión rentable.

El profesor Heckman señala que la formación que se va sumando a lo largo de la vida es dinámica. “Las competencias generan competencias y la motivación produce más motivación. Si un niño carece de motivación para aprender y emprender desde los primeros años, es muy difícil que en la edad adulta tenga éxito profesional y social”. Sus conclusiones indican que no se trata simplemente del nivel de ingresos de los padres. Lo más importante es la calidad del contexto familiar y social que los niños encuentran en su infancia.

La Educación es un activo estratégico fundamental para el crecimiento personal, social y económico.

 

Las personas son el tesoro de una sociedad

Las personas son el gran tesoro de cualquier sociedad.

Cualquier economía está basada en el conocimiento de los individuos. Por ello, muchos economistas han señalado la necesidad de invertir en educación. Theodore Schultz, creador de la teoría del capital humano, insistió en que se reconociera que la inversión en capital humano, concretamente en educación, constituía un motor fundamental del crecimiento económico.

Otras investigaciones han relacionado la acumulación de capital humano con un mayor nivel de innovación en esa sociedad. El capital humano es un factor de innovación, competitividad y crecimiento.

Y no podemos olvidar que, más allá del impacto de la educación sobre la retribución de las personas y de la generación de riqueza en la sociedad, la educación influye directamente en su vida personal.

Un mejor nivel de educación mejora la vida de las personas.

Varias investigaciones han demostrado los efectos no económicos que tiene la educación en la vida personal. Un mejor nivel de educación influye en aspectos como, por ejemplo, el nivel en que una persona disfruta de su trabajo – se ha demostrado que, a mayor educación, la persona alcanza un mayor nivel de satisfacción-. Se ha probado también que la educación puede conducir a las personas a tomar mejores decisiones en aspectos relacionados con su salud y con su estilo de vida.

Sobran motivos para invertir en Educación.

La educación es la inversión más rentable, como nos demostró Heckman.

Lo comento a menudo, estudios como estos dan sentido a mi trabajo y me recuerdan que un futuro mejor se construye a través de la educación.

 

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La canción de hoy es una cover de «Heal the world», para darte las gracias por leerme, desearte buena Pascua y una feliz semana

 

 

 

Heal the worldmake it a better place

 

 

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