No hay ascensor para el éxito.
Tienes que tomar las escaleras.

 

Semana maravillosa sin parar, en la que he empezado una nueva edición de mi programa con una gran organización en Madrid, y he seguido con la gira por España del programa “Generali for Women”, con un evento mágico en Gran Canaria.

En el marco inigualable del Gabinete Literario de Las Palmas -un edificio que emana historia y cultura, desde su impresionante fachada hasta los rincones más recónditos- sentí cómo me enamoraba al instante de su grandiosa y luminosa entrada, con su imponente escalera de mármol.
Subir por la escalera era sentir que cada peldaño resonaba, bajo esa luz del sol canario, recordándome en su majestuosidad que los logros más bellos e importantes en la vida son fruto de un esfuerzo continuo y paciente. Todo lo bonito requiere esfuerzo.

La vida no suele darte lo que tú le pides,

tú planificas, esperas que sucedan determinadas cosas…

pero te llegan circunstancias inesperadas,

momentos sorprendentes

alegrías, penas…

y toca gestionar tu realidad.

 

Tu realidad puede no ser la que esperabas

Tu realidad no siempre coincide con lo que tú esperabas.

Planificar algo… que finalmente no puede ser

es más habitual de lo que nos gustaría.

Nos pasa en nuestra vida profesional, en proyectos que habíamos preparado con ilusión y se quedan por el camino. Sucede también en las relaciones, personas que necesitas en tu vida, que forman parte de ti, que amas… pero que no puedes tener a tu lado porque ya no están. Aplica a tantas y tantas circunstancias que esperabas que fueran de un modo, y que la vida decide que sean de otro.

En esos momentos complicados, es fácil instalarte en la queja. Lamentarte de lo que no puede ser, pensar en todo lo que te falta para ser feliz, darle vueltas y vueltas en tu cabeza, … aunque la queja no te lleva a nada.

La queja es el gran enemigo de tu bienestar. Siempre va a faltar algo en tu vida. Y no puedes permitir que ese “algo” que te falta te impida ver todo lo que sí tienes, ni que te pare en tu esfuerzo por seguir avanzando.

Las circunstancias inesperadas, las pérdidas, los ‘desastres’ que aparecen en tu vida… te llevan a situaciones de crisis.

 

Crisis

Etimológicamente, la palabra crisis deriva del griego krísis ‘decisión’, del verbo kríno ‘yo decido, separo, juzgo’ y designa el momento en que se produce un cambio muy marcado en algo.

Las crisis forman parte de la vida y siempre entrañan un determinado riesgo, un momento de inestabilidad, un punto de inflexión en tu vida. Ciertamente que no son algo querido, pero el gran peligro ante una crisis en tu vida es que no hagas nada. El verdadero problema es que una crisis se prolongue sin resolverla.

A lo largo de la vida, experimentamos distintas crisis. La conocida ‘crisis de la adolescencia’, cuando se supera la infancia, o la famosa ‘crisis de los 40’ o de la mediana edad. Son momentos de transición, en los que pasamos a una nueva etapa. Si una persona no puede superar estas transiciones y se queda estancada en la crisis, en la indecisión ante el desarrollo de su vida, corre el peligro de enfermar de una psicosis.

Aprender a aceptar lo inesperado, aprender a renunciar o aprender a vivir el dolor por alguna circunstancia es algo que hay que hacer.

Aceptar no es resignarse, como me recuerda mi querido amigo Juan Carlos.

No se trata de resignarte, sino de todo lo contrario. Para salir de una crisis es preciso que te adaptes a lo nuevo que ha surgido y que lo integres en tu vida.

Cualquier momento de cambio por crecimiento viene precedido por una crisis.

Vivimos circunstancias que suponen vivir retos en mayúsculas. Circunstancias que cambian muchas cosas y fuerzan a un cambio de planes.

Hay que buscar otro modo de hacer lo que querías hacer, un modo adaptado a la nueva situación. Cambiar de planes en tu proyecto, en tu trabajo o en tu vida.

No poder hacer algo como tú querías hacerlo, no significa que no sea posible. Que no exista un camino directo a lo que tú deseas no te impide llegar. Puede que no haya ascensor para subir donde tú quieres, pero siempre encontrarás los peldaños de la escalera que te permite llegar paso a paso… Cambian las circunstancias, no son las que tú esperabas, pero tus objetivos y tus ilusiones no se convierten en imposibles.

La diferencia entre lo posible e imposible
muchas veces radica en la determinación humana.

Aunque no te gusten las circunstancias que te toca vivir en determinados momentos, es algo que deberás hacer muchas veces en tu vida, y es mejor que te lo plantees en positivo, como algo que te llevará a crecer -aunque no sea del modo que te habría gustado-.

Conseguir hacer de cada reto una nueva oportunidad,

lograr ir hacia donde tú quieres ir,

madurar, crecer, …

terminan siendo temas que dependen de ti

y ese es justo mi trabajo

en programas como “Generali for Women”.

 

Y es que no hay ascensor para el éxito, tienes que tomar las escaleras.

La escalera hacia el éxito…

recordando que, siempre,

el éxito es

estar dónde quieres estar

y ser quién quieres ser.

 

Hoy la canción es un precioso tema con un título muy sugerente…. para darte las gracias por leerme y desearte una feliz semana,

y gracias de corazón a todas las personas que habéis estado cerca de mí estos días y habéis hecho mi vida más bonita

Up Where We Belong

 

 

The road is long
there are mountains in our way
but we climb a step every day

 

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