CAMBIAR PARADIGMAS

Cambios al alcance de tu mano

 

Queremos que algunas cosas cambien. Vemos cosas que no son justas y desearíamos que fuesen distintas. Lo tenemos claro.

Sin embargo, es raro que nos decidamos a hacer algo por cambiarlas.

¿Qué te gustaría cambiar? El mundo está repleto de problemas, de abusos y de injusticias… y algunos nos tocan de cerca. Situaciones que nos gustaría cambiar y que parece imposible conseguirlo, ¿por qué? Pues justamente porque creemos que va a ser muy muy difícil, o imposible, modificar el ‘statu quo’. Vivimos marcados por los paradigmas.

Los paradigmas tienen un poder extraordinario en nuestras vidas.

La palabra paradigma proviene del griego παράδειγμα, y significa modelo o ejemplo. Es una especie de marco de referencia, un mapa mental que nos sirve para interpretar la realidad.

Los interiorizamos casi sin darnos cuenta, porque están culturalmente muy arraigados en cada sociedad. Y pasan a ser nuestro mapa para caminar por la vida. Pero ¿y si ese mapa mental no es correcto, no es preciso?

 

A veces, hay que cambiar paradigmas

Cuando ese ‘mapa mental’ no es correcto, toca cambiarlo. 

Y, para cambiar lo que no te gusta, es necesario pasar a la acción.

¿Yo? ¿Cómo? La verdad, no creo que esté en mi mano…

Esa es la respuesta más generalizada, nadie cree poder cambiar el mundo.

Y, sin embargo, siempre podemos hacer algo. Tenemos herramientas, tenemos modos de que el mundo nos escuche, podemos impulsar pequeñas acciones para promover cambios. Recuerdo una frase épica del «Capità Enciam» -un superhéroe ecologista que salía hace años en la tele-, que decía:

«los pequeños cambios son poderosos».

Para cambiar, hay que pasar a la acción.

Me gustan las personas de acción, las que deciden hacer algo, son las que marcan la diferencia.

Una de las personas a la que admiro por pasar siempre a la acción es Natalia Ruiz. Natalia es socia del Instituto Actitudes Positivas, directora de programas formativos y experta en Conciliación y Gestión del Tiempo. Esta semana he tenido el honor de ser su invitada en Instagram para hablar de talento y maternidad (queríamos hablar también de emprendimiento, pero se nos pasó el tiempo volando y ya no pudimos entrar ahí).

 

 

Natalia me comentaba de la fuerza que tiene esa pequeña ventana al mundo que es Instagram. Y, ciertamente, es así. Podemos compartir desde allí, invirtiendo solo un poco de tiempo y, eso sí, mucho entusiasmo.

Así fue como el pasado jueves, en su cuenta de Instagram, pudimos conversar sobre algunas claves para mantener a raya el sentimiento de culpa por compatibilizar maternidad y trabajo, y sobre la importancia de poner en valor el talento femenino.

A mi me gustaría cambiar uno de los paradigmas de nuestra sociedad: el que asocia maternidad y trabajo a algo negativo -la maternidad es un problema en el trabajo, el trabajo de la madre es algo negativo para sus hij@s…-. Cuando descubrí los estudios científicos que demuestran los beneficios para l@s hij@s de tener una madre que trabaja dentro y fuera de casa, me propuse enseguida escribir mi libro “¿Somos malas madres? … lo hice con un claro propósito: ayudar a erradicar el sentimiento de culpabilidad de muchas madres, convencida de que yo puedo colaborar, con mi pequeña aportación, a configurar un nuevo paradigma en la relación entre maternidad y trabajo. Lo escribía en “Maternidad en positivo”. Nos han condicionado a ver la maternidad en negativo… y hay que darle la vuelta. Es hora de acabar con los complejos de «malas madres». Es hora de configurar un nuevo paradigma positivo en la relación entre maternidad y trabajo.

Compartiendo en ‘petit comité‘ nuestra conversación, con asistentes de lujo -a l@s que os agradecemos de corazón vuestro tiempo y vuestro interés-, una conversación que luego va sumando más visualizaciones y va llegando a más personas. 

Así de fácil es poder contarle al mundo un poco de tu trabajo, de tu pensamiento y de tu propósito. 

Tienes herramientas al alcance de tu mano que te permiten hacer mucho.

No hay excusa.

Y nosotras, Natalia y yo, somos dos convencidas de que podemos activar el cambio desde nuestras acciones.

El mundo necesita el talento femenino

Necesitamos cambiar el mundo.

Y cambiar el mundo, tal vez,
tenga poco que ver con mantener determinados patrones
y tenga mucho que ver con poner en valor el verdadero talento…
y ahí el talento femenino tiene mucho que decir.

El mundo necesita del mejor talento y las ventajas del Liderazgo Femenino son claras. Según el modelo de liderazgo de Zenger y Folkman (2011), de 16 competencias de Liderazgo las mujeres destacan en 12, especialmente en tomar la iniciativa, integridad, promover la obtención de resultados, inspirar y desarrollar a otros.
El estudio se actualizó en 2019 y los resultados fueron prácticamente los mismos. Sólo en perspectiva estratégica los hombres salían ligeramente mejor puntuados.
Para McKinsey, las mujeres líderes sobresalen en cinco de los comportamientos esenciales: desarrollo de personas, expectativas, ejemplo, inspiración y toma de decisiones participativa. Está claro que determinadas habilidades femeninas: empatía, trabajo en equipo o desarrollo de personas, hoy se necesitan más que nunca.
¿No será que infravaloramos las habilidades femeninas?

Mucho por hacer

Así que, ya sabes, es hora de ponerte en acción si quieres cambiar algo. Sea cual sea tu batalla, sea cual sea tu objetivo… muévete para conseguir el cambio.

La llave del cambio está justamente en lo que cada uno de nosotros haga por cambiar lo que no está bien.

Cambiar paradigmas es posible… tal vez tenemos el cambio al alcance de nuestra mano.

Y si, es verdad, no lograrás un cambio radical de hoy para mañana, pero cada paso te acercará un poco más a él.

Un deseo no cambia nada… una acción puede cambiar mucho.

 

Hoy he escogido la canción que compartió Natalia en Instagram como banda sonora de nuestra charla, una canción que no conocía y que me encantó…

Woman

All these battles

yes they made

the best of me

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