Contra el reloj
El miedo a la edad
Semana relativamente tranquila, sin viajar, con sesiones de coaching y con tiempo para escribir. Cómo se agradece tener algunos días de vida tranquila.
Ayer escuché el discurso de Emma Vilarasau al recoger un premio por su interpretación en “Casa en flames” y me encantó.
Te comparto el link a su discurso: “envejecer no puede ser tan terrible”
Tiene razón. No se cuentan historias de mujeres de más de 60 años en el cine. ¿Qué pasa con las personas al hacernos mayores? ¿Por qué no se habla de ellas? ¿Por qué en la publicidad casi siempre aparecen personas jóvenes?
La falta de representación de personas mayores en el cine y en la publicidad es un reflejo de una sociedad que idolatra la juventud, y a la vez una manifestación de una cultura que teme al envejecimiento. Nos da miedo el paso del tiempo, y vivimos en una sociedad donde las arrugas y las canas son vistas como algo terrible, en vez de muestras de experiencia y vida vivida.
Edadismo: un prejuicio contra el tiempo
Vivimos en una sociedad que idolatra la juventud, pero, paradójicamente, todos caminamos hacia la vejez. Este choque entre realidad y aspiraciones ha dado lugar a una forma de discriminación menos visible pero igual de perniciosa: el edadismo. Este concepto, acuñado por el gerontólogo Robert Butler en 1969, se refiere a los prejuicios, estereotipos y discriminación hacia las personas debido a su edad. Aunque afecta a diferentes grupos etarios, es particularmente evidente en el trato hacia los mayores, a quienes se les considera muchas veces como una carga, invisibilizándolos o relegándolos a papeles secundarios en la vida social y cultural.
El edadismo se manifiesta en distintos ámbitos: desde el lenguaje cotidiano, cargado de expresiones peyorativas sobre la vejez, hasta la representación en los medios, donde las historias de personas mayores son escasas o estereotipadas. Esta discriminación tiene un impacto profundo, hace que las personas nos sintamos mal al hacernos mayores y también impacta en nuestra capacidad como sociedad de valorar el conocimiento, la experiencia y la diversidad.
La tragedia de envejecer: un miedo cultural
¿Por qué nuestra sociedad percibe el envejecimiento como una tragedia?
La respuesta es compleja.
El miedo a envejecer está vinculado a una visión distorsionada de la vejez, que se reduce a la fragilidad, la enfermedad y la soledad. Esta narrativa simplista olvida que la vejez es una etapa diversa, con tantos matices como cualquier otra fase de la vida.
La publicidad y los medios refuerzan ese mensaje al mostrar casi exclusivamente a personas jóvenes como símbolos de éxito y felicidad.
¿Cómo cambiar esta perspectiva?
Cambiar la percepción social del envejecimiento requiere un esfuerzo colectivo y una transformación cultural que no es fácil.
1 . Cuestiona tus propios prejuicios. ¿Cuántas veces hemos hecho comentarios despectivos sobre nuestra edad o la de otros? Identificar estas actitudes es el primer paso para erradicarlas.
2 . Es necesario fomentar una representación más realista y positiva de las personas mayores en los medios y la publicidad. Mostrar historias que destaquen su diversidad, logros y contribuciones puede ayudarnos a construir una narrativa más inclusiva y equilibrada. ¿Sólo suceden cosas bonitas a los jóvenes? ¿No existen historias maravillosas más allá de los 50?
3 . Debemos apoyar el acceso igualitario a oportunidades laborales, educativas y sociales para las personas mayores es esencial para demostrar que su valor no disminuye con los años.
Aunque es un reto de nuestra sociedad, cada uno de nosotros debemos pensar en qué podemos hacer para acabar con una perspectiva tan horrible como antinatural… porque envejecer es obligatorio.
Tres reflexiones para pensar
No podemos detener el tiempo, envejecer es obligatorio, y no tiene por qué ser algo negativo o dramático. Si, es verdad, el hecho de envejecer tiene sus consecuencias “poco atractivas”… como la aparición de arrugas, tener un metabolismo que se vuelve más lento, el desgaste natural de partes de nuestro cuerpo, ese horrible efecto de “la vista cansada” y una larga lista de impactos que me obligan a cuidarme más de lo que hacía y a tener más citas médicas que antes.
Pero, al mismo tiempo, el paso de los años es el que nos permite crecer, aprender, sorprendernos y evolucionar como personas.
Por ello, me niego a seguir esta corriente de pensamiento que considera envejecer como una tragedia y me gustaría poner mi granito de arena para hacerte pensar, compartiendo contigo las reflexiones de tres personas -muy diferentes entre sí- que me han encantado:
- Brad Pitt
discurso que arranca diciendo “I’m old” (“soy viejo”)
me gusta ese reconocimiento explícito de la edad, para ponerla en positivo
- Pablo O’DOnell
“La vejez no es una tragedia, es un desafío”
Una frase que lo dice todo, ¿no crees?
O’Donell es el autor de “La nueva vejez: ¿La mejor edad de nuestras vidas?”
- Lolita Flores
@_lucia_alvarez “Yo ya no estoy pa’ perder el tiempo. Yo estoy pa’ ganarle tiempo a mi vida”. Ole tú @LOLITAFLORESFANS #lolitaflores #vida #tiempo
“Yo ya no estoy para perder el tiempo, estoy para ganarle tiempo a mi vida”
Otra frase tremenda para pensar.
Envejecer no es una tragedia, sino un privilegio.
Cada etapa de la vida debe ser reconocida y celebrada por lo que realmente es: una oportunidad para vivir, ser y crecer. Ojalá seamos capaces de mejorar como sociedad y visibilicemos a las personas de más edad con toda su realidad.
Hoy te traigo una canción que ha sonado bastante en mi móvil esta semana, para darte las gracias por leerme y para desearte que te sucedan muchas cosas bonitas -en cualquier momento y a cualquier edad-
Entra en mi vida
Yo te abro la puerta
queda cerveza en la nevera
siento tener toda la casa del revés
pero… ya no te esperaba y creo
que eres el fin del bloqueo en mi cabeza
siento que tengo la certeza por una vez
.
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