La felicidad ha pasado a ser protagonista y objeto de análisis en muchos ámbitos.
Nos preguntamos qué nos hace felices. Y las redes sociales no se han cansado de repetir, estos últimos días, el resultado del estudio realizado por el psicólogo Dan Gilbert, según el cual el secreto para ser feliz es simple: sexo, ejercicio, música y charla. Parece que, según Gilbert, deberíamos complicarnos menos la vida y disfrutar más.
También las empresas se preocupan por la felicidad. Cada día más empresas miden la felicidad de sus empleados. Los empleados felices permanecen el doble de tiempo en sus tareas, tienen un 65% más de energía y su vinculación a la empresa es mayor.
Y el mundo de la educación no escapa a este tema, ¿debería entrar la felicidad en las aulas?. Personalmente, creo que la felicidad también debería tener un sitio en la escuela, como escribía en mi artículo en INED21 «Clases de felicidad«.
Al filo de ello, creo que resulta útil recordar a uno de los grandes autores contemporáneos que estudia y escribe sobre felicidad: Tal Ben-Shahar.
Probablemente ya has leído a Tal Ben-Shahar, es un autor imprescindible. Profesor en Wharton, anteriormente en Harvard -graduado en Psicología y Filosofía en Harvard, y doctorado por la misma Universidad-.   Es autor de los libros Ganar felicidad (RBA Integral, 2008), Practicar la felicidad (Plataforma Editorial, 2011), La búsqueda de la felicidad (Alienta Editorial, 2011) y Elige la vida que quieres (Alienta Editorial, 2014). Sus libros giran alrededor de su trabajo sobre Psicología Positiva y resultan tremendamente interesantes para profundizar en cómo podemos construir nuestra propia felicidad.
«Elige la vida que quieres»

En su último libro «Elige la vida que quieres. 101 claves para no amargarse y ser feliz», Shahar nos empuja hacia la acción de  E L E G I R .
La elección en nuestra vida es fundamental, debemos ser conscientes de ello y actuar coherentemente. Nos resulta muy difícil tomar decisiones, mucho más de lo que solemos admitir. Sin embargo, Shahar nos muestra que  siempre podemos elegir.  Y de las elecciones que tomemos va a depender una parte importante de nuestro bienestar: las investigaciones psicológicas demuestran que un 40 % de la felicidad depende de las decisiones que tomamos. La felicidad no se busca, sino que se construye conscientemente.  Así nos lo muestra Sonja  Lyubomirsky: un 50% del nivel de felicidad en una persona está determinado genéticamente (o por lo experimentado en los primeros años de vida), un 10% lo determina la situación y circunstancias de la vida y el restante 40% es voluntario.
La vida no es fácil.  Hay momentos difíciles en los que sentimos una presión enorme e intensa,  que parece ser capaz de acabar con nuestra energía y con nuestra motivación, y nos podemos llegar a sentir incapacitados para tomar decisiones o buscar soluciones. Sin embargo, la salida a este tipo de situaciones dependen de un@ mism@: optar por el camino del sufrimiento u optar por el camino alternativo. Para sacar el máximo partido a la vida, debemos optar por E L E G I R .   Interiorizar la idea de que existen más posibilidades de las que podemos ver de entrada, hacer un esfuerzo por encontrarlas, pedir ayuda si es necesario, decidir cuál es la mejor opción e ir a por ella.
Con nuestra elección creamos nuestra realidad. Por ello, el libro nos plantea una serie de claves ante las cuales podemos elegir. De todas las claves del libro, me quedo con estas:
– Invertir en las debilidades ayuda a sobrevivir, mientras que invertir en las fortalezas ayuda a progresar.
– Puedes limitarte a vivir la vida u optar por elegir.  A menudo, la escapatoria al estrés es dejarte llevar por la vida. Con esta actitud, te dejas arrastrar por las elecciones de los demás y estás renunciando a tu derecho a elegir.
– Puedes reproducir obsesivamente un escenario o pensar y actuar para salir de él.  A menudo, la cavilación y dar vueltas a un problema forma parte del propio problema y el mejor modo de salir de él es decidir qué medidas puedes tomar para alcanzar tus objetivos.
– Es importante prestar atención al lenguaje corporal. Con nuestra postura y nuestros gestos enviamos mensajes al mundo, aunque no seamos conscientes de ello.
– Puedes elegir ver tu trabajo como una condena o como un «empleo» de tu talento que te permite aportar a los demás , crecer y sentirte bien. No importa en qué trabajes, la perspectiva sobre tu trabajo la pones tú:

Una persona pasó por delante de una obra
y preguntó a tres obreros qué estaban haciendo.
El primero le respondió que estaban poniendo ladrillos.
El segundo le dijo que que estaban haciendo un muro.
Y el tercero contestó que estaban construyendo una catedral para venerar a Dios.
 

– Ante las dificultades, puedes aprender las lecciones: ser más consciente de las propias limitaciones, desarrollar más empatía, tener más paciencia o desarrollar resiliencia. Una dificultad o un problema siempre trae tras de sí una lección.
– Puedes dejar pasar las oportunidades o puedes crear la propia suerte.
– Ir a por todas o concentrarte en lo realmente importante. A veces, dispersamos en vez de concentrarnos en lo que de verdad importa. La forma de conseguir plenitud emocional y felicidad es identificar qué es lo más importante para ti  y concentrarte en ello, independientemente de lo que de lo que tu entorno te diga.
– Ser pesimista u optimista. Ya sabes: activa el optimismo.  El optimismo no es un sentimiento, sino un modo de actuar. Y ser optimista no es ser ingenuo. El optimismo no consiste en cerrar los ojos ante los problemas, sino que consiste en mantener una actitud consciente y voluntariamente positiva y constructiva.
– Vivir en el pasado o en el futuro, o vivir en el presente. Adoptar la decisión de no dejarse esclavizar por el pasado o por el futuro y vivir plenamente lo que el presente te está ofreciendo.
– Rendirse a la negatividad o transmitir energía positiva.
– Evitar los desafíos o comprometerse a superar las dificultades.
– Concentrarte en lo negativo o concentrarte en lo positivo.
– Abandonar cuando se pone difícil o tratar de hacer realidad los sueños.
– Ser mezquin@ o ser generos@.
– Puedes pasar por alto los tesoros de la vida o prestarles atención. Ante una misma realidad, las interpretaciones pueden ser muy distintas…
Recuerda la película Up. La escena en la que Carl, sumido en la tristeza por la pérdida de su esposa Ellie, se lamenta pensando que Ellie no había cumplido sus sueños, que ella no había vivido las aventuras que deseaba… hasta que encuentra un álbum de fotografías..
 

 
y descubre cómo veía Ellie su vida:  feliz, el álbum acaba con una nota
«Gracias por esta bella aventura. Ahora ve a por una nueva. Te quiero, Ellie»
 
Un libro que ofrece un cambio de perspectiva para que desempeñes un papel mucho más activo en la creación del tipo de vida que quieres vivir. No se trata de una visión ingenua o simple de que solo con querer algo se consigue, es evidente que no es así… se trata de interiorizar tu poder para decidir hacia dónde ir, para diseñar cuál debe ser tu plan de ruta y para poner tu determinación en cumplirlo.  Como dice el autor:

En ocasiones, los sueños y las expectativas
pueden parecer demasiado elevados,
pero quienes los poseen
están más cerca de alcanzarlos
que quienes tienen una visión pesimista constante.

 
Personalmente, elijo ser feliz… en un mundo de dificultades y problemas, sabiendo que no es ni fácil ni rápido. La elección no me libera de los malos momentos, que siguen estando ahí, pero me empuja a perseguir algo que va más allá.  Elegir ser feliz no es fácil:  exige coraje, reflexión, esfuerzo y valentía para explorar nuevos caminos. La elección es la que desata el potencial de cada momento, y estoy convencida de que merece la pena. Como dice Tal Ben-Shahar lo más importante es ser consciente de que la vida es una constante decisión.
Elige ser feliz…