Trabajo en innovación. Ayudo a las organizaciones a cambiar lo que hacen para mejorar, para aportar más valor. Y sé, por experiencia, que lo más difícil de cambiar son los paradigmas, cambiar lo preestablecido, lo que damos por hecho… Realmente hay muchos patrones que se repiten, muchas ideas preconcebidas, que marcan el modo en que hacemos las cosas.

Las ideas preconcebidas sobre cómo es el mundo, qué es lo que tiene valor y lo que no, cómo hay que hacer algo… muchas veces no nos permiten ver la realidad, ni entender que otro modo de hacer las cosas es posible.

Ayer tuve el honor de participar en la última edición de Top Women Talks . Viajar a Mallorca y compartir comida en Rialto Living con el equipo de TWT, liderado por Miriam Nogueira, fue maravilloso. Un programa en el que estuvimos como ponentes con Esperanza Loira, Susana Ivorra, Coco March, Marta Obrador, Raquel López, Xesca Vidal, Nieves Villena, María Gómez y yo misma, presentado y moderado por la periodista Paula Serra. Gracias, Miriam, por diseñar un evento desde el punto de vista femenino, donde aprender y crecer, y en el que la diversidad de puntos de vista y de temas tratados es uno de sus grandes puntos fuertes, y gracias a todas y todos los que os conectasteis por hacer que se convirtiera en una mañana tan especial. 

Porque son tiempos muy complicados, estos últimos meses han dejado en evidencia la necesidad de apostar por las mujeres, por un futuro mejor y por el desarrollo económico y social. Hay muchas cosas que sabemos:

Soportamos el 75% del trabajo no pagado en el mundo.

Desde este pasado miércoles, por la brecha salarial, estamos trabajando gratis.

Según datos del FMI las familias con al menos un hijo menor de 6 años es tres veces más probable que el padre vuelva al trabajo a que lo haga la madre.

Y sin embargo:

Entre los gobiernos que afrontaron la crisis del coronavirus con más aplomo, firmeza y sentido común hubo una sorprendente cantidad de mujeres al mando.

Las empresas que cuentan con mujeres en sus equipos directivos, consiguen un mayor rendimiento y aumentan hasta en un 20% su rentabilidad y su valor en el mercado.

En España, el 50% de los estudios para encontrar una vacuna o un tratamiento eficaz están liderados por mujeres, cuando solo son el 36%.

En nuestras casas, lideramos también la transformación hacia el consumo responsable, mostramos una mayor preocupación por el medio ambiente, y somos más sostenibles.

No se trata de erradicar a los hombres, para nada, se trata de poner en valor las capacidades, los valores y la energía femenina para crear un mundo mejor.

Pero para esto, necesitamos primero estar bien con nosotras mismas, ¿verdad?»

 

Y, en este marco, mi turno fue para hablar sobre “Maternidad y talento femenino”. Existe una tendencia muy clara a sentir culpabilidad a la hora de compaginar vida laboral con maternidad, que se une al hecho de que la maternidad dificulta el avance de la carrera profesional de muchas mujeres. Mi libro «¿Somos malas madres?» tiene un propósito muy claro: cambiar el paradigma negativo que existe sobre maternidad y trabajo, dar a conocer lo que nos muestran los estudios científicos sobre el tema y poner en valor el talento femenino.

El mundo necesita del mejor talento y las ventajas del Liderazgo Femenino son claras. Como escribía hace unas semanas, según el modelo de liderazgo de Zenger y Folkman (2011), de 16 competencias de Liderazgo las mujeres destacan en 12, especialmente en tomar la iniciativa, integridad, promover la obtención de resultados, inspirar y desarrollar a otros. El estudio se actualizó en 2019 y los resultados fueron prácticamente los mismos.  Sólo en perspectiva estratégica los hombres salían ligeramente mejor puntuados. Para McKinsey, las mujeres líderes sobresalen en cinco de los comportamientos esenciales: desarrollo de personas, expectativas, ejemplo, inspiración y toma de decisiones participativa. Está claro que determinadas habilidades femeninas: empatía, trabajo en equipo o desarrollo de personas, hoy se necesitan más que nunca.

¿No será que infravaloramos las habilidades femeninas?

¿No será que pensamos que hacer las cosas “como un hombre” es mejor que hacerlas “como una chica”?

 

Hacer las cosas «como una chica»

Una expresión muy curiosa “Hacer las cosas como una chica”.

Cuando alguien la pronuncia, ¿a qué se refiere?

Observa lo que sucedió al preguntarlo a diversas personas:

Creo que es una expresión que debería hacernos reflexionar, como indican en el video:

 

¿Cuándo se convirtió en un insulto hacer algo “como una niña”?

En algún momento, la expresión “hacer algo como una niña” se convirtió en un insulto.

Como dice una chica en el video: “tal vez es una manera de decirles que no son fuertes, que no conseguirán los mismos resultados que un hombre.”

Sin embargo, no importa lo que digan, importa que sigas haciendo las cosas como una chica.

Porque si, corro como una chica

camino como una chica

me despierto como una chica…

Haz las cosas como tú las harías, no como se espera que las hagas,

mostremos al mundo que hacer las cosas como una chica, como una niña, como una mujer es hacerlo extraordinariamente bien.

Y hoy me apetecía enseñaros la camiseta con la que viajé a Mallorca, chula ¿verdad?

Orgullosa de hacer las cosas “como una chica”.

 

Es momento de empezar a cambiar

Es momento, pues, de empezar a mirar de un modo distinto.

De empezar a hablar de un modo distinto.

Y de empezar a actuar de un modo distinto.

Ciertos patrones preestablecidos hacen mucho daño.

Tal vez mejorar el mundo tenga poco que ver con mantener determinados patrones y mucho que ver con poner en valor el verdadero talento… y ahí, el talento femenino tiene mucho que decir.

 

La canción, hoy, la de arranque de Top Women Talks…

Let’s go, girls…

 

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