Lo mejor está por llegar

El poder del optimismo

 

Sabes que soy defensora del optimismo.

No porque sea optimista por naturaleza (¡qué va!), sino porque, con los años, me he dado cuenta de la importancia de mantenerte optimista para conseguir lo que deseas.

He escrito varias veces sobre el optimismo en este blog. Y, en alguna ocasión, la vida me ha dado una sorpresa al hacerlo, como cuando escribí “El poder del optimismo, y el post me llevó a los estudios de Catalunya Ràdio para hablar con Gaspar Hernández sobre el tema en “L’ ofici de viure”, un programa que siempre ha sido un referente para mi -por cierto, mi enhorabuena a Gaspar por su nuevo libro “El radiofonista”, que ya está siendo un éxito-. Está claro que cuando tienes una actitud optimista te predispones a que te sucedan cosas buenas -no es garantía, pero lo facilitas-.

Puedes escuchar en este link el programa “L’ofici de viure” sobre el optimismo (en catalán)

 

Acabando una semana, de nuevo, muy intensa. Con coachings, clases en la universidad y cerrando un proyecto muy especial para mí, que espero vea la luz en otoño.

Esta semana me quedo con las palabras que me han dedicado algunas de mis queridas profesionales al finalizar sus sesiones de coaching conmigo. Escuchar lo que les ha aportado trabajar conmigo y saber el efecto que tiene mi programa en ellas es el mejor regalo que puedo tener. Es bonito cuando todo toma forma y las piezas encajan como en un puzle.

Al escribir esto, soy consciente de que, externamente, puede parecer que la vida de los demás es fácil. Que les ha resultado sencillo hacer lo que han hecho, que han tenido suerte, que les ha resultado simple, elemental, … esa es la apariencia. La realidad suele ser muy distinta.

 

La vida no es de color de rosa

La vida no es de color de rosa. La vida suele estar llena de problemas, retos y vivencias duras por las que te toca pasar. Esa es la realidad. Sin embargo, aunque no tienes el poder de escoger lo que te ocurre, sí tienes el poder de gestionarlo.

Las circunstancias que no quisieras vivir pueden venir en múltiples formas: imprevistos que cambian tus planes,  problemas de salud -esa es una lotería, y hay que agradecer cuando estamos bien-, pérdidas -desgraciadamente he hablado en más de una ocasión sobre pérdidas, como en “Nunca te olvidaré” o en “El dolor te cambia, el amor te transforma”- y también el sentir que no vives la vida que desearías vivir, sentir que estás en el lugar equivocado. También escribí sobre estar “en el lugar equivocado”, lo escribí hace casi 4 años y hoy lo traigo al blog de nuevo para recordar la importancia de actuar y de fomentar tu actitud optimista ante la vida.

 

Cuando no estás donde desearías estar

Fragmento de mi post “En el lugar equivocado

 

A veces, tardamos en darnos cuenta de que estamos en el lugar equivocado. En el lugar equivocado en el trabajo, en una relación, en la ciudad en la que vives, en tu entorno, en un grupo…

Y te das cuenta en el momento más inesperado. Lo sientes en mitad de una reunión absurda, en la que piensas “¿qué estoy haciendo yo aquí?”, o cuando despiertas por la mañana y se abre un abismo ante ti. Es algo que se siente.

A veces, no estamos en el lugar adecuado. Algo por dentro te lo hace notar. Por circunstancias, por decisiones tomadas anteriormente, por trabajo, por estudios, por azar… o –simplemente– porque hay motivos lo suficientemente poderosos para anclarte a un contexto que no es el tuyo.

Lo sabes: no es tu sitio.

Y, sin embargo, no puedes irte. O, al menos, no inmediatamente.

Debes aceptar vivir fuera de contexto. Y eso es algo duro.

Quien lo ha experimentado, lo sabe.

Es en estas circunstancias cuando empiezas a notar el verdadero significado de la palabra ‘distancia’. La distancia entre dónde estás y dónde deberías estar, donde te sientes verdaderamente tú.

 

Dónde estás

La mayoría de nosotros nos desenvolvemos en la vida sin ser conscientes de que el entorno es el disparador más potente de nuestras vidas y de que no siempre nos beneficia. El entorno donde estás influye, e incluso determina, muchos aspectos de tu vida.

Seguro que has escuchado en más de una ocasión que “eres el promedio de las cinco personas con las que pasas más tiempo”. La frase es de Jim Rohn y ciertamente, estoy convencida de que cada persona está influida enormemente por las personas de las que se rodea.

Somos seres sociales, vivimos rodeados de personas y esas personas tienen impacto en tu vida. A algunas de esas personas las has elegido tú. Y otras, parece que llegan impuestas. Sin embargo, tú tienes el poder de decidir con quién pasas más tiempo, con quién compartir más de ti.

Muchas veces, las personas que no has elegido pero que forman parte de tu vida –familia, compañer@s de trabajo, vecin@s…–, parecen una imposición imposible de eludir. Ciertamente, no puedes decidir al 100% quién forma parte de tu vida, pero sí tienes la capacidad de minimizar su efecto, si crees que su influencia es negativa.

Relacionarse con gente buena, con gente positiva es una receta para la felicidad que no siempre tenemos en cuenta.

Marta Grañó – Instagram

 

El entorno puede llegar a determinar una parte muy significativa de nuestra conducta y hay que ser conscientes de ello. Distintos estudios científicos han demostrado que existe una tendencia natural inconsciente de las personas a sincronizar e imitar muchos aspectos de la conducta que observamos en otros a nuestro alrededor. Por tanto, hay que prestar atención a nuestro entorno y a nuestras relaciones personales y saber si es ese el entorno que queremos en nuestra vida.

Como dice también Jim Rohn “si no te gusta dónde estás, muévete… no eres un árbol”.

 

Actúa

Cuando sientas que ese lugar no es tu sitio… actúa.

Muchas veces, insistimos en mantenernos dónde estamos, en un lugar donde ya no nos sentimos cómodos o incluso, en ocasiones, en un sitio que nos hace sufrir. Tenemos la rara habilidad de resistirnos a aceptar que estamos en el lugar equivocado.

Creo que lo que realmente ocurre es que sentimos miedo, miedo al cambio. Nos paraliza la idea de tener que empezar de nuevo, la idea de aceptar que vivimos una situación insostenible con nuestra manera de ser, la idea de cambiar de entorno, de trabajo, de personas, de sentimientos…  nos aterra.

Y el miedo es algo que hay que gestionar

Nada ocurre por casualidad, si sientes que un sitio no es el tuyo o si tu corazón quiere salir volando a otro lugar… es que algo pasa, y sencillamente deberías reflexionar sobre esa señal, deberías escucharte y afrontar qué te pasa. No suele ser una buena idea esquivar los problemas, porque no van a desaparecer. Recuerda que todas las decisiones tienen consecuencias… las que tomas y las que no.

Y ahí vas a necesitar la fuerza del optimismo. Creer que otro modo de hacer las cosas, otro modo de vivir es posible.

 

¿De qué sirven las alas, sin el coraje de volar?

La vida te da las armas que necesitas para hacer aquello que quieres hacer…

sin embargo, muchas veces no nos atrevemos.

Todos nos hemos sentido así en alguna ocasión, a las puertas de hacer algo que deseas de verdad, pero sin el valor para dar el paso. Conozco muy bien el vértigo que te invade en ese momento… y sé que la decisión es complicada.

Para innovar en tu trabajo, al igual que para iniciar cambios en tu vida, es necesario que seas consciente de que ese cambio es posible. “El optimismo es la conciencia de la posibilidad”, como nos mostró José Antonio Marina. Cuestión de activar el optimismo.

Atrévete a activar el cambio desde el optimismo.

Sería una pena dejar dentro de tu cabeza todas esas ilusiones que tienes, haciendo ruido, recordándote que no te has atrevido… ¿no crees?

Lo mejor está por llegar.

Y el optimismo es casi un deber… el futuro está abierto y todos somos responsables de lo que sucederá.

 

Hoy la canción tiene que ser una de mis favoritas… «Lo mejor está por llegar»

gracias por leerme, te deseo una feliz semana.

 

 

No lo dudes más…

 

.