Educación y Economía son vasos comunicantes. Lo he comentado en otras ocasiones porque estoy firmemente convencida de ello: invertir en educación es invertir en futuro.
Soy consciente de que para muchos puede parecer algo extraño analizar la rentabilidad de invertir en educación, porque consideran que los aspectos económicos no deberían mezclarse con la educación. Pero el hecho de hacerlo, ayuda a dar más motivos para invertir en educación. Y está demostrado científicamente: el dinero del contribuyente invertido en educación se le devuelve multiplicado en crecimiento económico.
Invertir en educación. Si, pero ¿cómo?
Sabemos que mejorar la educación estimula el crecimiento económico. Pero simplemente gastar más en educación no es suficiente. Se debe determinar cuál es la forma más eficiente de realizar estas inversiones.
Si algunos estudios económicos sobre educación habían centrado su atención en el nivel de escolaridad -es decir en la cantidad de educación-, hoy sabemos que no se trata de una cuestión de cantidad, sino que el reto está en determinar cómo mejorar la calidad de la educación.
Vivimos en un momento en que los niveles de escolarización son cercanos al 100%. Y sin embargo, ello no ha garantizado una mejor educación. Las tasas de repetición, abandono, fracaso escolar y absentismo son alarmantes, según ha denunciado Save the Children en su informe “Iluminando el futuro: invertir en educación es luchar contra la pobreza infantil.
Investigar en este campo resulta complejo. Analizar el impacto que tiene invertir en educación es necesario pero plantea serias dificultades. El principal problema con el que estoy topando en mi investigación doctoral es precisamente que analizar los resultados de una determinada medida implementada en educación tarda años en dar resultados. Invertir en educación es una inversión a largo plazo. Estoy convencida de que invertir en la mejora de la calidad educativa repercute en mejoras para la sociedad, pero es necesario demostrarlo empíricamente.
Objetivo: mejorar el nivel de calidad educativa
Diversas investigaciones han concluido que las inversiones deben ser dirigidas a conseguir mejorar el nivel de preparación de los estudiantes. Así, en este sentido, el catedrático de la Universidad de Standford Eric Hanushek se muestra contundente en su afirmación:
“Si evalúa a sus estudiantes hoy, sabrá su cifra de paro mañana”.
Para Hanushek es fundamental orientar las inversiones en educación a mejorar la calidad educativa y saber aplicar los recortes en educación, cuando se deban realizar, de manera eficiente. Expone  un ejemplo muy claro:
Si usted recorta mal, por ejemplo, echando a todos los interinos recién llegados sin distinciones o rebajando sin más el número de profesores de los centros… degrada la educación”.
Considera que la calidad de los profesores marca la diferencia en la calidad de los estudiantes.
La calidad educativa es fundamental para el profesor Hanushek. Para las personas y para la sociedad.
Invertir en capital humano
Diversos equipos de investigadores han buscado explicar los motivos que explican las diferencias en las tasas de crecimiento económico de los países, como han hecho las investigaciones de los profesores Barro y Sala i Martín (1). Estas investigaciones destacan invariablemente, junto con otros factores, la importancia del capital humano. Desarrollar el capital humano requiere de un sistema educativo sólido.
La educación supone un incremento en el nivel de bienestar de la persona que la recibe, pero a la vez ésta contribuye a la mejora del bienestar de toda la sociedad. Tiene un efecto multiplicador. Por este motivo es importante identificar claramente qué tipo de inversiones son las más adecuadas. Debemos comprender mejor qué funciona y qué no. Ello subraya la necesidad de la investigación en este ámbito, analizando la efectividad de nuevos programas educativos y de los programas vigentes.
A esta combinación ya solo le falta conseguir que la educación conecte con lo que necesita la sociedad. El mundo académico se encierra a veces en una burbuja que no ayuda a mejorar nuestra sociedad.
La misión de la educación es servir a la sociedad. Y la primera necesidad de la sociedad es crear prosperidad, ocupación y riqueza.
La evidencia científica reconoce que la educación tiene un valor incalculable como mecanismo preventivo en los procesos de pobreza y exclusión social. Es justamente en la infancia cuando tiene más sentido invertir en educación de forma prioritaria, aunque la formación hoy ya no se circunscribe solo a una etapa de la vida sino que estamos en un sistema de formación permanente. La educación es una inversión necesaria para lograr mejores resultados en el ámbito social y económico.
Por eso, las afirmaciones de Eric Hanushek tienen todo el sentido del mundo y no podemos obviarlas: “el nivel de educación hoy determina la cifra de paro de mañana”.
 
Artículo publicado en INED21
 
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  • (1) Barro, robert J., Sala i Martín, Xavier, 2003, “Economic Growth”, Cambridge, Massachussets, MIT Press