El desafío de confiar

La paranoia de la productividad

 

Llegó ya agosto, el momento de vacaciones para la mayoría. Unas fechas esperadas con muchas ganas, para poder disfrutar del tiempo libre, para poder ir dónde te apetece y, sobre todo, para poder pasar tiempo con las personas que quieres.

Lo escribí hace tiempo, y sigo convencida de ello, en vacaciones demuestras a quién quieres dedicándole tiempo. Así que disfruta mucho de la compañía de con quién has escogido estar ahora mismo…

Este año, una vez más, yo estoy “castigada” sin vacaciones, porque me coinciden varios temas que debo preparar, para empezar el mes de septiembre al 100% y porque el tiempo libre que me queda he decidido no irme de vacaciones, sino dedicarlo justamente a estar con una persona a la que quiero mucho. Es un verano distinto al tuyo, muy probablemente, pero me siento feliz de poder compartir tiempo con quien quiero, en un momento delicado.

Tan solo una pequeña escapada a Milán, que me ha dejado enamorada de esa maravillosa ciudad. He pasado unos días admirando la belleza de sus calles, observando cada detalle. Caminar, descubrir nuevos rincones, saborear un latte macchiato, admirar la belleza de la Catedral de Duomo, pasear por las galerías Vittorio Emanuele, callejear por la zona de Navigli, … La belleza de Italia. la mejor compañía y los momentos especiales han sido un bálsamo increíble.

 

Vida y trabajo

Todos necesitamos algún momento de desconexión, por pequeño o breve que sea. El trabajo absorbe gran parte de nuestra vida y es necesario organizarlo debidamente. Y, aunque el modo de trabajar ha evolucionado estos últimos años, no todas las organizaciones están por la labor.

Justamente hace unos días, en una conversación surgió el tema del teletrabajo. Me comentaban cómo muchas empresas han vuelto a una situación de cierta desconfianza con el teletrabajo y han reducido drásticamente las posibilidades de trabajar en remoto. Parecía que la pandemia nos había hecho avanzar en este aspecto, y flexibilizar el modo de trabajo de las personas, pero la realidad nos demuestra que no.

Sigue existiendo un recelo importante sobre el teletrabajo y, de hecho, se ha acuñado incluso un término para referirse a ello: “la paranoia de la productividad”.

Publiqué un post sobre ello en el blog de OBS Business School hace unas semanas, y hoy te comparto una parte del mismo. Encontrarás el post completo en este enlace: “La paranoia de la productividad. ¿Qué es y cómo combatirla?

 

 

No hay duda de que, en el mundo empresarial, en los últimos años han cambiado muchas cosas, se ha transformado nuestro modo de trabajo y nos hemos ido acostumbrando a nuevos conceptos, desconocidos hasta hace relativamente poco.

 

La pandemia marcó un antes y un después en la organización de nuestra vida profesional y obligó a aumentar la flexibilidad en las empresas. Sin embargo, esta transición hacia una mayor flexibilidad ha generado un problema conocido como la «paranoia de la productividad».

 

¿Qué es la paranoia de la productividad?

La paranoia de la productividad es un fenómeno en el cual los líderes de la organización experimentan una preocupación excesiva y desconfianza hacia el trabajo y la productividad de sus empleados. Se da, sobre todo, en el contexto de empresas con horarios flexibles y con posibilidades de trabajo en remoto y home office.

 

El hecho de trabajar en un entorno donde se permite cierta autonomía en los horarios laborales y con la opción a teletrabajo puede generar desconfianza en algunos líderes. La falta de supervisión directa suele ser un factor clave que contribuye a ese recelo, ya que los líderes pueden sentirse inseguros acerca del nivel de cumplimiento por parte de sus empleados.

 

Esta incertidumbre sobre cómo se está utilizando el tiempo y si los empleados realmente están cumpliendo con sus obligaciones puede generar una sensación de pérdida de control, lo cual alimenta la paranoia de la productividad y afecta negativamente la relación entre los líderes y sus equipos.

 

Efectos negativos de la paranoia de la productividad

Cuando en una organización entra la paranoia de la productividad, su efecto no es neutro. El impacto negativo que tiene en el trabajo es muy significativo y podríamos resumir sus principales efectos en tres:

 

Ambiente laboral tóxico

La desconfianza hacia las personas suele generar un ambiente tenso y desmotivador en la empresa. Los empleados se sienten cuestionados, lo cual conduce a la desmotivación, afectan a la colaboración entre personas y empeora la comunicación entre los miembros del equipo.

Disminución del rendimiento

Ante la paranoia de la productividad, los empleados se sienten desmotivados y menos comprometidos con su trabajo, puesto que perciben que no se confía en ellos, lo cual conduce a una disminución en la productividad y el rendimiento.

Aumento de la rotación de personal

La paranoia de la productividad puede impulsar a los empleados -especialmente a los de mayor talento- a buscar oportunidades profesionales en otras empresas, en organizaciones que fomenten una cultura de mayor confianza.

 

Cómo combatir la paranoia de la productividad

Combatir la desconfianza de ciertos líderes no es sencillo. No es fácil porque tiene implícito un cierto componente cultural en algunos líderes, arraigado a lo largo de los años, que promueve la supervisión y el control constante de las personas.

Sin embargo, en un entorno como el actual, se precisa un estilo de liderazgo distinto, mucho más orientado a la consecución de objetivos que al control horario de las personas.

Los líderes deben ser capaces de generar y fomentar la confianza, para lo cual estas 5 pautas son imprescindibles:

 

Determinar unos objetivos claros y precisos.

Es imprescindible fijar los objetivos y comunicarlos de manera transparente, así como los indicadores de rendimiento que se van a utilizar para evaluar el trabajo de los empleados.

Fomentar una comunicación abierta.

Crear un ambiente en el que los empleados se sientan cómodos compartiendo sus progresos y desafíos, y donde los líderes les ofrezcan un feedback constructivo.

Medir resultados, no tiempo trabajado.

En lugar de enfocarse en las horas trabajadas, es necesario evaluar el desempeño en función de los resultados y logros alcanzados por cada empleado.

Ofrecer apoyo y recursos

El líder de un equipo tiene la responsabilidad de asegurarse de que los empleados disponen de los medios, las herramientas y el apoyo necesarios para realizar su trabajo de manera efectiva.

Reconocer y recompensar

La consecución de objetivos debe tener su reconocimiento. Celebrar los logros y esfuerzos de los empleados es fundamental para mejorar el clima de trabajo, potenciar el trabajo bien hecho y fomentar el sentido de pertenencia de las personas.

 

Puedes leer en este enlace el resto del artículo: “La paranoia de la productividad”.

 

El desafío de confiar

La confianza es un factor clave.

El actual debate sobre el modelo híbrido de trabajo y el recelo que despierta es una clara muestra de que la confianza será imprescindible para la gestión de personas y para conseguir resultados.

La esencia de un líder radica en su capacidad de generar confianza. Confianza en un proyecto, confianza en alcanzar los resultados y confianza en las personas.

Aquellos líderes que generan incertidumbre en cada reunión, desconfían de su equipo, no propician la transparencia y buscan el control directo sobre las personas, difícilmente lograrán éxito. La confianza es la base fundamental para construir relaciones cohesionadas y eficientes dentro de un equipo. Sin ella, la posibilidad de ser un verdadero equipo es muy remota.

La confianza actúa como un poderoso vínculo que fortalece la comunicación, facilita la resolución de conflictos y fomenta la colaboración efectiva. La confianza crea un ambiente de transparencia y, a la vez, genera un fuerte compromiso en las personas.

No se trata de controlar a las personas, sino de desplegar todo su potencial. Y eso es algo que solo se puede conseguir con confianza.

“Cuando te nombraron líder no te dieron una corona,

sino la responsabilidad de sacar lo mejor de las personas”

Jack Welch

 

En la vida profesional, como en la personal, la confianza es la base de una relación sólida y el camino para alcanzar los mejores resultados.

Confiar en las personas es un desafío que hay que aceptar.

Confiar es sólo para valientes. Es un salto hacia lo desconocido, una apuesta en la que no conoces el resultado… y, sin embargo, te atreves.

Cuando confías en una persona, liberas su potencial… y creas un vínculo muy poderoso. 

 

 

Disfruta mucho estos días, y mil gracias por leerme.

Heal the world

 

There’s a place in your heart …
and I know that it is love

 

 

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