Envejecer es obligatorio,

crecer es opcional.

 

 

Hoy es mi cumpleaños. Adelanto mi post semanal un día para hacerlo coincidir con una fecha tan especial para mí.

Además, estreno web.

 

Nueva web

Han sucedido tantas cosas este último año, que era imprescindible actualizar mi web. Me siento feliz de compartirla contigo, en un día singular como hoy, esta es mi nueva ventana profesional al mundo.

Con mi sonrisa de 2022 y toda la ilusión de mis nuevos proyectos, esta es mi nueva imagen -capturada por Susana Martínez, que es capaz de “parar la vida en un instante y crear imágenes para recordar” -, en una web que Núria ha sido capaz de diseñar maravillosamente en tiempo récord, y con mi nuevo lema:

 

 

Y este es el link a la web, por si puedes / quieres darle una mirada: martagrano.com

Es increíble todo lo que puede suceder en un año…

Realmente el tiempo pasa volando. Un año más de mi vida, con muchos cambios desde que aterricé en Barcelona en septiembre de 2021. Admito que, en el fondo de mí, sabía que sería un año de transformación, pero no podía ni imaginar muchas de las cosas que han sucedido este año.

Hoy empieza un nuevo año, con la misma ilusión y las mismas ganas. Cumplir un año más me ilusiona. Aunque ya sé que cumplir un año más puede verse desde distintas perspectivas…

 

Envejecer es obligatorio

crecer es opcional

 

Creo que es difícil expresar mejor las dos formas con las que se puede afrontar el paso del tiempo. Hoy es mi cumpleaños, y me resulta casi inevitable detenerme a reflexionar sobre ello.

Para algunas personas cumplir años significa envejecer. Ciertamente envejecer es obligatorio. Pero, ¿de qué forma? Existe una diferencia enorme entre envejecer y hacerse viejo. Envejecer supone una serie de cambios biológicos que se producen con el paso del tiempo. El ritmo de envejecimiento biológico varía de una persona a otra, y actualmente sabemos que la mejora en la calidad de vida retrasa la edad de envejecimiento. En cambio, hacerse viejo es un concepto personal y social que provoca sentimientos distintos al proceso biológico de envejecer.

 

Envejecer

        ≠

Hacerse viejo

 

Cumplir años tiene un significado distinto para unas personas o para otras. Para un niño, cumplir años… significa crecer. Crecer es una palabra maravillosa. Sin duda la palabra que mejor define la actitud positiva de cumplir años. Crecer es un modo de avanzar en tu vida, de haber conseguido superar retos, de conocer a personas importantes en tu vida, también de acumular algunas tristezas más –claro– pero, en definitiva, creo que los años suman a tu vida. Y no solo los niños crecen con los años, también los adultos crecemos. Aunque crecer es opcional. Debes poner de tu parte para crecer día a día.

 

Crecer es una palabra maravillosa

No podemos detener el tiempo, envejecer es obligatorio, y no tiene por qué ser algo negativo o dramático. El paso del tiempo es el que nos permite aprender, sorprendernos, crecer y evolucionar.

Siempre he sentido admiración por las personas que saben crecer. Cuando descubro a un/a joven de más de 60 años, me muero de admiración y se acumulan preguntas en mi mente, porque quiero saber cómo lo han hecho, porque yo también quiero. Es una fascinación muy dentro de mi… creo que desde siempre. Escuchar a personas que saben crecer a lo largo de su vida, en el sentido más profundo de la palabra, es una maravilla.

Vivimos en una sociedad que parece que te obliga a desempeñar un determinado rol en cada edad. Y tiene predeterminados los momentos en los que una persona debe cambiar sus pautas de comportamiento. A los 18 años, la persona pasa a ser un adulto. A los 30, deja de ser joven, a los 40 debe pasar a asumir un comportamiento de persona mayor y a los 65 se presupone que debe finalizar su vida activa.

Me revelo contra estos clichés. No estoy en absoluto de acuerdo con ellos. No creo que estos saltos en el tiempo te transformen… estoy convencida de que los cambios solo suceden de este modo a las personas crédulas, conformistas y que asumen que ese debe ser su papel.

Tengo la enorme suerte de tener amigas y amigos de todas las edades y comparto mucho con ellos, con los de cualquier edad.

Los peques son sensacionales, una conversación con ellos es entrar en otro mundo, son los grandes expertos en creatividad, espontaneidad y con una capacidad de comunicación enorme -que, curiosamente, en muchos casos la pierden al hacerse mayores-. ¡Adoro a los niños!

Los jóvenes poseen ese don especial de la frescura, de conocer lo que es actualidad y un grado de madurez que es mucho más elevado de lo que les atribuye la mayoría de la gente. Relacionarse con gente joven es fantástico porque descubres sus inquietudes, la grandeza de sus pensamientos y sus luchas diarias. Cuando alguien critica a los jóvenes -yo creo que por el mero hecho de ser jóvenes-, estoy convencida que lo hace porque habitualmente no habla con ellos. Y deberían. Aprenderían muchas cosas buenas.

Con los adultos es obvio que comparto muchísimas cosas.  

Escuché hace un tiempo, por casualidad, en la radio el final de una entrevista a Antonio Garrigues Walker. En ese momento, se estaba disculpando por haber hablado con tanta pasión. No pude escuchar la entrevista completa, pero me moría de sana envidia de escucharle hablar con pasión. He tenido la suerte de conocer a Antonio Garrigues y de compartir con él muchas sesiones de consejos de administración, y recuerdo perfectamente cómo brillaban sus aportaciones, con su espíritu inquieto, inteligente y locuaz, que le mantiene siempre activo. Una persona en mayúsculas, a la que adoro y que tiene la amabilidad de invitarme a veces a las representaciones teatrales que organiza cada verano. Trabajo en fundaciones, comisiones, consejos internacionales, aficiones, … Compartir reuniones de consejos de administración con él es un lujo que te ayuda a aprender que hay personas que no pierden la pasión por lo que hacen. Algunas personas empiezan pronto a desear su jubilación y no sienten pasión por casi nada…  Él no, sigue siendo joven.

Otro gran ejemplo. Soy asidua lectora de José Antonio Marina, quien sigue escribiendo de forma magistral libros, artículos y opiniones. Su visión desde la filosofía, a la que define como «el estudio de la inteligencia humana, de sus límites, sus posibilidades y sus creaciones, la reflexión sobre la evolución humana, de la misma manera que la educación es su puesta en práctica». Sigue publicando libros a una velocidad increíble. Leerle es siempre enriquecedor, porque ha sabido crecer de una manera impresionante.

Como Isabel Cabetas, doctora en psicología, una joven de más de 80 años que defiende que la edad no debe ser un pretexto para hacerse viejo. Y tiene toda la razón. Frente a esas personas que opinan que «a mi edad ya no…», yo me descubro ante las personas que no se dejan etiquetar por su edad y se mantienen jóvenes.

 

El secreto

Os aseguro que llevo años admirando a este tipo de jóvenes. Me encanta escucharles hablar, o leer sus libros. Me intriga saber qué tienen en común para mantener esta actitud. Y después de haberles escuchado y haberles tenido cerca, lo tengo claro. La diferencia la marca el anhelo de aprender.

Las ganas de saber cada día un poco más. La ilusión por tu vida y por tus proyectos. Es una actitud emprendedora ante la vida. Una actitud que no la marca la edad… la sientes o no la sientes.

Empiezo un nuevo año, y me siento absolutamente ilusionada con lo que está en mi vida. Mi agradecimiento de corazón a mis clientes, sois quiénes hacéis crecer mi proyecto profesional (tengo la suerte de tener a los mejores), gracias a mi familia, a mis amig@s y a las personas más especiales de mi vida por hacer mi día día más bonito, y a ti, mil gracias por leerme, mis lectores sois el motivo por el que escribo.

Los nuevos proyectos y las nuevas ilusiones no son patrimonio exclusivo de  los menores de 20 años. A cualquier edad puedes ilusionarte de nuevo y sentirte como un adolescente…

Un nuevo amanecer, un nuevo día, una nueva vida… y me siento bien.

Michael Bublé le pone la música perfecta a mi día 😉

 

 

It’s a new dawn,  it’s a new day,  it’s a new life… for me 

and I’m feeling good 

 

Y hoy otra canción, para bailar al ritmo de «September»….

 

 

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