Esta semana he tenido el placer de participar en la jornada solidaria en favor del Banc de Aliments de Lleida, bajo el lema «Misión, visión y valores».  Mi conferencia trató sobre la competencia emprendedora, esta nueva competencia que se ha incorporado como al mundo de la educación pero que todavía no todo el mundo conoce…
¿Qué es la competencia emprendedora?
La Comisión Europea define la competencia emprendedora de una forma muy simple y precisa:

«la habilidad de las personas para convertir las ideas en actos»

 
No estamos hablando, por tanto, de desarrollar una competencia empresarial, sino de una competencia personal muy necesaria en el mundo en que vivimos.
Y para explicarlo, me pareció oportuno contar un cuento… una apuesta arriesgada ante un púbico adulto -esperaba que no les molestara esa licencia algo infantil que me tomaba…  –

Emprender en el país de la magia…
La leyenda del trébol mágico es, en mi opinión, la historia más bonita y más clara para explicar qué significa tener iniciativa y espíritu emprendedor….  y, así, hablé de gnomos, de hadas, de nenúfares, de rocas que  hablan… para narrar las aventuras del caballero Sid y el caballero Nott.
En un reino muy lejano, un mago llamado Merlín retó a todos los caballeros del reino a encontrar un trébol mágico de 4 hojas que brotaría en 6 noches en algún lugar del Bosque Encantado, y concedería la buena suerte para siempre a quién lo encontrara.
La gran mayoría de caballeros se mostraron entusiasmados con la idea de encontrar el trébol mágico, pero cuando empezaron a pensar en lo extenso que era el Bosque Encantado y lo difícil que podía ser encontrar un simple trébol decidieron no salir en su búsqueda. Solo dos caballeros aceptaron el reto: Nott el caballero de la capa negra y Sid el caballero de la capa blanca.
En su búsqueda por el bosque, fueron preguntando a los distintos habitantes si habían visto tréboles o si sabían dónde podían estar…  pero las respuestas siempre eran un  «no, en este bosque no crecen tréboles de 4 hojas«.
Y ante estas respuestas, el caballero Nott se iba desmoralizando y enfadando porque no encontraba el trébol.
Sin embargo, el caballero Sid reaccionaba a cada «no» haciendo algo para intentar cambiar las circunstancias…
Si le decían que la tierra del bosque no era buena para que brotaran tréboles… traía tierra de otro lugar.
Si el problema era que no llegaba agua… él cavaba un arroyo para traerla.
O si le decían que dónde había piedras no crecían tréboles… él trabajaba incansablemente hasta retirar todas las piedras.
Y, así, fue como el caballero Sid consiguió encontrar el trébol de 4 hojas. Aunque ya ves que  el encuentro no fue fruto de la casualidad, sino que fue consecuencia de mucho esfuerzo para «crear las circunstancias» adecuadas que hicieron brotar el trébol.
Y es que el libro «La buena suerte» de Alex Rovira y Fernando Trías de Bes nos da las reglas de la Buena Suerte:

  1. La suerte no dura demasiado tiempo, porque no depende de ti.
  2. Muchos son los que quieren tener Buena Suerte, pero pocos los que deciden ir a por ella.
  3. Si ahora no tienes Buena Suerte, tal vez sea porque las circunstancias son las de siempre. Para que la Buena Suerte llegue, es conveniente crear nuevas circunstancias.
  4. Preparar circunstancias para la Buena Suerte no significa buscar sólo el propio beneficio. Crear circunstancias para que otros también ganen atrae la Buena Suerte.
  5. Si “dejas para mañana” la preparación de las circunstancias, la Buena Suerte quizá nunca llegue. Crear las circunstancias requiere dar un primer paso…¡Dalo hoy!
  6. Aun bajo las circunstancias aparentemente necesarias, a veces la Buena Suerte no llega. Busca en los pequeños detalles circunstancias aparentemente innecesarias…, pero ¡imprescindibles!
  7. A los que solo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo. A los que se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa.
  8. Nadie puede vender suerte. La Buena Suerte no se vende. Desconfía de los vendedores de suerte.
  9. Cuando ya hayas creado todas las circunstancias, ten paciencia, no abandones. Para que la Buena Suerte llegue, confía.
  10. Crear Buena Suerte es preparar las circunstancias a la oportunidad. Pero la oportunidad no es cuestión de suerte o azar: ¡siempre está ahí!

Si buscamos «la buena suerte» o si buscamos conseguir nuestros objetivos, debemos aplicar estas reglas.
Si quieres conseguir algo, no te conformes con esperar a que suceda por que sí… crea las circunstancias y haz que las cosas pasen.
 
 
Mi felicitación más sincera a los organizadores del acto, por su implicación, por el buen ambiente que consiguieron crear y por hacer que el acto fuera un éxito.