La vida es póker
convivir con la suerte y decidir con valor
Semana de cierre de programas de liderazgo femenino, acompañando a un grupo extraordinario de mujeres profesionales de una empresa líder. Ha sido una semana intensa y bien aprovechada, combinada con reuniones de Consejo y con esa sensación de final de ciclo que invita a hacer balance -se acerca diciembre-.
Semana que termina con frío hibernal, que hace que se esté muy a gusto en casa, leyendo y haciendo vida hogareña. La entrevista a Annie Duke -doctora en Psicología Cognitiva – de la Contra de la Vanguardia de este sábado (22/11/2025) me ha parecido especialmente interesante, bajo el titular de “la vida no es ajedrez, la vida es póker”.
“En la vida, como en el póker, hay que tomar decisiones ante cartas escondidas y el azar convierte la mejor en peor y la peor en mejor…”
La vida no es ajedrez, la vida es póker
Hemos oído muchas veces metáforas de la vida, hablando de “estrategia”, “planificación” y “movimientos calculados”. Por eso, el ajedrez parece encajar tan bien: un juego donde todas las piezas están a la vista, donde el conocimiento y la preparación permiten anticipar, deducir y controlar.
Pero la vida real no funciona así. La vida se parece mucho más al póker: un juego donde algunas cartas se ven y otras no, donde el azar influye, donde las decisiones se toman con información incompleta y donde la intuición, la lectura del contexto y el valor tienen tanta influencia como la técnica.
La psicología conductual lleva décadas estudiando cómo decidimos en entornos inciertos. Daniel Kahneman, premio Nobel y padre de la economía conductual, mostró que nuestras decisiones están condicionadas por sesgos, percepción del riesgo y heurísticos cognitivos. En Thinking, Fast and Slow analiza cómo la mente tiende a buscar certezas incluso cuando no existen, y cómo esto nos puede llevar a sobre confianza o parálisis.
Pero lo más interesante es que los estudios coinciden: incluso cuando interviene la suerte, la forma en que decidimos cambia los resultados. Una investigación clásica de Hertwig y Erev (2009) sobre aprendizaje y probabilidad demuestra que las personas que actúan “como si el futuro fuera incierto” —porque lo es— desarrollan mejores estrategias que quienes intentan controlar lo incontrolable.
Por ello, me ha parecido muy ocurrente el planteamiento de Annie Duke. Si lo piensas, el póker combina tres elementos:
– lo que controlas (tus cartas)
– lo que no controlas (las cartas que no ves)
– y lo que decides hacer a pesar de lo anterior
Así es la vida: no tienes todas las piezas, no conoces todas las variables, y aun así debes moverte.
En este punto, quizá te estés preguntando de qué sirve saber todo esto.
¿Cómo se puede traducir en decisiones concretas conocer esta idea de que la vida es más póker que ajedrez? Las investigaciones en psicología del comportamiento muestran que aprendemos mejor cuando transformamos la teoría que conocemos en acciones cotidianas, pequeñas prácticas que podemos integrar casi sin darnos cuenta.
5 claves prácticas
Por eso, te propongo cinco claves sencillas —pero poderosas— para que empieces a jugar tus cartas con más consciencia y menos necesidad de control absoluto. Porque, aunque no podamos elegir las cartas que nos tocan, sí podemos elegir cómo las jugamos cada día.
1.
Acepta la incertidumbre sin paralizarte
La incertidumbre no es un fallo del sistema: es el sistema. Cuando aceptas que no lo vas a controlar todo, liberas energía mental para centrarte en lo que sí puedes influir.
2.
Evalúa tus cartas con honestidad
Tus capacidades, tu experiencia, tus recursos emocionales… son tus cartas. No las idealices ni las subestimes. Conocerlas te permite decidir mejor y evitar compararte con la “mesa” equivocada.
3.
Toma decisiones con valor, aunque no haya garantías
En póker, “pasar” siempre puede parecer seguro, pero no te lleva a ninguna parte. En la vida, decidir implica riesgo. La clave es decidir alineada con tus valores, no con la necesidad de acertar.
4.
Gestiona el riesgo como un jugador experto
Los buenos jugadores no apuestan a lo loco: analizan patrones, observan señales, calibran la probabilidad y avanzan paso a paso. Haz lo mismo: pequeñas decisiones valientes, repetidas en el tiempo, transforman destinos.
5.
Construye tu mesa: rodéate de personas que suman
En póker, la mesa importa tanto como las cartas. En la vida, tu entorno condiciona tu toma de decisiones. Elige comunidades, colegas y amistades que eleven tu criterio y tu coraje.
La vida nunca te dará las cartas que quieres
Está claro, la vida nunca te dará las cartas que tú quieres.
Ante una decisión, a menudo, pensamos que necesitamos más información para decidir. Pero la vida nunca nos mostrará todas las cartas.
El verdadero valor está en jugar bien incluso cuando no sabes qué hay del otro lado. Cuando decides avanzar sin la garantía de un resultado perfecto. Porque, aunque haya azar, tú sigues siendo la persona que elige cómo jugar.
Esta semana regálate el gesto más poderoso que puedes hacer: avanzar, aunque no veas todas las cartas sobre la mesa.
Ya sabes de qué se trata: esa idea que ronda, esa acción que sabes que toca, ese desafío que te llama, aunque te dé un poco de miedo.
La mano perfecta es un mito. Lo que transforma tu camino es atreverte a jugar la mano presente, la que tienes delante de ti. Hazlo con foco y con autenticidad, como tú eres.
Tu siguiente movimiento depende solo de ti.
Hoy te traigo la canción “Cuestión de suerte” para darte las gracias por leerme y desearte una feliz semana
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