Nuestra sociedad tiene el gran reto de lograr la igualdad entre mujeres y hombres. Si bien es verdad que se avanza en este sentido, también lo es que el ritmo de avance no es el que necesitamos, puesto que los avances en materia de igualdad son tan débiles que, si se mantiene la misma velocidad, necesitaremos 170 años para conseguir un mundo en igualdad. Son los resultados que nos ofrece el informe Global Gender Gan Report 2016 del Foro Económico Mundial, a partir del análisis que hace de cuatro factores determinantes: la educación, la salud, las oportunidades económicas y el poder político.
Por ello, es necesario el trabajo y el esfuerzo de tod@s en conseguir esta legítima igualdad en cualquier ámbito. No solo es un objetivo moralmente deseable, también tiene su impacto en la economía. «Tal y como señala el McKinsey Global Institute, si hubiera paridad de sexos en el ámbito laboral, el PIB mundial se incrementaría en un 26% en los próximos 10 años. Y es que cuando las mujeres y los hombres tienen igualdad de oportunidades y derechos, el crecimiento económico y el desarrollo social se aceleran y las tasas de pobreza caen más rápidamente.»
Se acaba de presentar en ESADE el informe «Mujeres con impacto«, que analiza la situación de el ecosistema de mujeres emprendedoras sociales en España, con el apoyo de la Fundación EY y la Fundación Abertis. La sesión fue sumamente interesante, en la que se presentaron las conclusiones del informe, junto con experiencias reales de emprendedoras sociales, que entusiasmaron a la audiencia por tratarse de proyectos necesarios socialmente y por el grado de pasión de sus impulsoras.
Se presentaron proyectos como Soulem, una empresa de inserción social que ayuda a mujeres a encontrar trabajo y que presentó Macarena López, el centro para personas mayores Saraiba que ha creado Lucía Saborido y el proyecto Mujeres Tech impulsado por Cristina Aranda, una iniciativa que, sin duda, hay que seguir, que tiene como objetivo salvar la brecha digital y la brecha de género. Cristina nos ofreció una fotografía de cómo actuamos las mujeres absolutamente real, de las diferencias entre mujeres y hombres y cómo se etiqueta de «mandonas» a las niñas que tienen más capacidad de liderazgo, temas que hay que superar (las niñas no deben ser princesas, sino «queen doers»). «Mujeres Tech» busca reunir los recursos posibles para hacer que las niñas quieran jugar con la tecnología y trabajar en ella, para aumentar la presencia femenina en el sector TIC.

El informe «Mujeres con impacto» resulta sumamente interesante y presenta datos necesarios para comprender la situación actual de las mujeres emprendedoras en España.
¿Cuáles son las principales barreras al emprendimiento de las mujeres?

– Las responsabilidades familiares

– El contexto socio-cultural, en el que se ha tendido a motivar al varón a competir y a asumir riesgos, y a la mujer a cooperar y evitarlos

– Menos redes de contactos y menos visibilidad

– Mayor dificultad para acceder a la financiación (por cada mujer que consigue financiación para su empresa, 9 hombres lo hacen)

– El modelo empresarial refleja valores masculinos

¿Por qué las mujeres parecen sentirse más atraídas por el emprendimiento social? 

Aunque las motivaciones son siempre absolutamente personales, puede señalarse, en general, un mayor carácter altruista de la mujer, que justifica la preferencia de las mujeres por el ámbito social.

¿Hay diferencia entre hombres y mujeres que emprenden en Europa? 

Los resultados del estudio SELUSI en Europa muestran que:

 – No se observan diferencias significativas en el nivel educativo entre hombre y mujeres que dirigen una empresa social.

 – Las emprendedoras sociales son algo más jóvenes que los emprendedores sociales.

 – La edad media de las empresas sociales dirigidas por mujeres es ligeramente inferior a la de las empresas dirigidas por hombres (13 años frente a 16 años)

 – Encontramos más mujeres que hombres al frente de empresas sociales en el ámbito de los servicios sociales y la salud.

El estudio hace también una radiografía de las emprendedoras sociales en España, señalando que el promedio de edad es de 40 años, con pareja, hijos y estudios de nivel superior, procedencia mayoritariamente urbana (68%), sin experiencia previa como emprendedoras (59%) y con experiencia en algún tipo de trabajo voluntario o comunitario.
Señala aspectos curiosos como que las mujeres dan mayor importancia al salario emocional que los hombres, o que cuando se consulta directamente a las mujeres si sufren discriminación suelen contestar que no, pero cuando se analiza los factores objetivos se llega a la conclusión de que si se produce, entre otros muchos aspectos que ha analizado a través de encuestas y el análisis de casos de éxito.
Analizar la realidad de lo que está ocurriendo es siempre necesario, aporta información sobre la situación actual y permite decidir sobre medidas a tomar sobre datos reales. Soy una firme convencida de la necesidad de medir los impactos de las acciones, «lo que no se mide, no se puede controlar«. Por ello, aunque los resultados de informe no son para que podamos sentirnos satisfech@s, es importante conocerlos, así como plantear medidas en positivo para mejorar el ecosistema de mujeres emprendedoras.
Las mujeres todavía afrontan mayores barreras que los hombres en ámbitos como el económico o el político, como consecuencia de una discriminación sistemática en muchas áreas, que hace falta superar a través de medidas positivas y de la visibilización de role models. Iniciativas como esta deberían ser más frecuentes y deberían contar con más presencia masculina de la que vimos en la sala, porque es necesario el esfuerzo de tod@s para poder cambiar el mundo.

Mucha gente pequeña
en lugares pequeños,
haciendo cosas pequeñas
pueden cambiar el mundo
Eduardo Galeano
 

Una inspiradora frase final que nos recordó Cristina Aranda…