Uno de los mayores retos del profesional del siglo XXI no es anticiparse a un futuro incierto, sino asumir que vivirá siempre en la incertidumbre.
¿Cómo afrontarlo?
Vivimos en un entorno de incertidumbre. Los elementos de nuestro entorno son cambiantes de forma constante. Y éste es un aspecto que no parece que vaya a variar en los próximos años. Esta sensación de vértigo en la evolución de nuestra sociedad se va convirtiendo en algo habitual. Por ello, ante un entorno cambiante, ¿cómo debemos responder?

Las personas son un activo en bruto, que pueden crecer si invierten en sí mismas. ¿Cómo hacerlo? Podemos invertir en educación, formación, viajes, lectura, …. Las personas crecen con la formación, con la educación.

“Cuando un joven se encuentra en un mundo de incertidumbre tiene que pensar que sólo su formación le hará sentirse más seguro” en palabras de José Félix Pérez-Orive, esta idea es esencial, es una “lección imprescindible”. Creo que esta frase resume muy bien la necesidad de formación que tenemos hoy en día.

La educación y la formación para desarrollar aptitudes son un activo esencial para el crecimiento, tal y como señala la Comisión Europea en su documento sobre el nuevo concepto de educación de 20 de noviembre de 2012. La inversión en educación y formación para desarrollar las aptitudes de los ciudadanos es fundamental para impulsar el crecimiento y la competitividad de nuestra sociedad.

Los sistemas europeos de educación y formación siguen teniendo carencias en muchos aspectos. Los sistemas educativos en muchos países del mundo se encuentran el proceso de cambio, porque el mundo se está dando cuenta de que la educación es el futuro.
Invertir en ti mismo es lo mejor que puedes hacer, porque no sólo lograrás mejorar tu vida sino también la de los que te rodean.