Trabajar en Innovación desde las personas es un trabajo que puede parecer etéreo, vago o poco concreto.
No es fácil transmitir cómo es mi trabajo. Esta semana he empezado a trabajar con un grupo fantástico de profesionales y, como siempre, al inicio toca trabajar la parte de concienciación, de entender qué podemos hacer cada un@ de nostr@s para cambiar lo que hacemos y comprender el impacto que puede tener.
En general, la gente suele relacionar innovación con tecnología, y les resulta fácil entender la innovación desde el trabajo de un ingeniero, un científico o un técnico. Sin embargo, no resulta tan claro comprender cómo podemos conseguir innovar a través de las personas de una organización, a través de ti…
Al pensar en innovación, solemos pensar en nuevas tecnologías… cuando la realidad nos demuestra que tiene más que ver con las personas y con su forma de mirar el mundo. Sabes que lo he escrito muchas veces, porque soy una convencida de ello.
Y, si las empresas quieren innovar, deben tener muy presente el potencial innovador de sus personas. La economía digital está forzando a las empresas a plantearse nuevos modos de trabajar, a rediseñar sus esquemas organizativos y a la necesidad de buscar constantemente cómo mejorar. Las empresas necesitan ecosistemas diversos de innovación y talento para satisfacer mejor a sus clientes. Y, en ese proceso de cambio continuo, la diversidad es una de las claves.

Las empresas necesitan integrar distintos talentos, ya no sirve un modelo único, buscar un grupo uniforme. Hoy se mide a los líderes por el hecho de haber ayudado a otras personas a crecer, a desarrollar su potencial y por haber conseguido crear verdaderos equipos. Se necesitan a personas que lideren con el ejemplo, que despierten la pasión en sus equipos y que tengan empatía con las personas. Cualidades que son muy femeninas. Y no me refiero

Las empresas buscan la receta del cambio

Las organizaciones buscan la fórmula que les lleve a innovar, a mejorar de forma continua.

LA RECETA DE LAS PERSONAS

Tod@s buscamos la receta del cambio

Las personas también. ¿Qué hacer para mejorar? ¿Cómo adaptarnos constantemente a todo eso que se transforma a nuestro alrededor? Hagas lo que hagas, sabes que vas a necesitar evolucionar, y que en unos años, probablemente, estarás haciendo cosas nuevas, o las mismas pero de un modo distinto.
No existe una fórmula mágica para innovar, pero sí que existen un par de claves que te pueden ayudar en un proceso de cambio y que, en muchas ocasiones, utilizo en mis programas. No son claves complejas ni difíciles de seguir, simplemente dos conceptos a introducir en tu día a día.

No hagas lo mismo que has hecho siempre

Sin darnos cuenta, los hábitos se instalan en nuestra vida. Repetimos muchas acciones de forma inconsciente. Se calcula que cada día tenemos unos 60.000 pensamientos, de los cuales el 90% son exactamente iguales a los del día anterior o de la semana anterior. Respecto a nuestros actos, el 40% son rutinas que se han ido integrando en nuestro comportamiento, según estudios de la Duke University.
Repetimos, día tras día, la gran mayoría de nuestros pensamientos y también de nuestros actos. En resumen, vivimos en una especie de ‘día de la marmota’, sin ni siquiera ser conscientes de ello. Ello es así porque desarrollamos hábitos, acciones repetitivas que quedan muy arraigadas en nuestro cerebro.
Los hábitos tienen un poder extraordinario y hacen que el cerebro actúe en ‘modo automático’ y excluya todo lo demás, incluido el sentido común.
LA RECETA DE LAS PERSONAS

Si tienes los mismos pensamientos,

seguirás creando la misma realidad de siempre.

Si deseas cambiar algo en tu vida, ten en mente tu “yo” idealizado, ese modelo mejor al que aspiras… ten claro qué te gustaría que hiciera ese “yo” y camina hacia allí. Los cambios no se consiguen en un día, pero si con persistencia. Si ese “yo” quiere hacer algo nuevo, empieza a introducirlo en tu vida, no hace falta que sea de un modo fulminante, empieza con un poco… y deja que algo vaya cambiando en tu vida.
Lo mismo sucede en el trabajo. Pon en tu agenda aquello que es importante, aunque no sea urgente, y dedícale algo de tiempo. Poco a poco, irás haciendo cosas distintas a las que has hecho siempre.

El poder de aferrarte a un sueño

Tener objetivos ambiciosos te empuja. Sé que habrá a quién le parezca absurdo, pero yo estoy convencida de que los objetivos personales son una vía muy poderosa al cambio.
Tomo un texto de Joe Dispenza en Deja de ser tú:

“Es posible pensar trascendiendo tu realidad presente, y los libros de historia están llenos de nombres de personas que lo han hecho, de hombres y mujeres como Martin Luther King, William Wallace, Marie Curie, Mahatma Gandhi, Thomas Edison y Juana de Arco. Cada uno de ellos abrigaba en su mente una realidad futura que existía como posibilidad en el campo cuántico. Esa visión estaba viva en un mundo interior de posibilidades más allá de los sentidos y, con el paso del tiempo, todos hicieron realidad sus ideas.
Todos tienen en común que atesoraban un sueño, una visión o un objetivo mucho mayor que ellos. Todos creían en un destino que era tan real en su mente, que empezaron a vivir como si este sueño ya estuviera sucediendo”.

LA RECETA DE LAS PERSONAS
La neurociencia ha demostrado que modificamos nuestro cerebro. Nuestros pensamientos modifican nuestra realidad.
Si la motivación al cambio es suficientemente poderosa, se consigue ese cambio. Aunque no será inmediato, aunque no será fácil.
Nadie puede cambiarnos si no queremos hacerlo. El cambio proviene de dentro. Solo tú puedes decidir si quieres cambiar. Y, para ello, hay que tener un motivo.

Recetas para el cambio

Si buscamos recetas para cambiar, la gran receta está en las personas.

No está la vida para perder el tiempo, las oportunidades… ni a las personas valiosas.

Y eso aplica a las organizaciones… y a tu vida personal.

Que no te falte nunca un motivo

que guíe tu vida,

que no te falten nunca esas personas

con las que cada momento es especial.

Escuchando ahora mismo las “recetas” de Nil Moliner, y es que este fin de semana toca concierto de Nil en acústico, acompañada de una de esas personas con las que cada momento es especial…

Afortunad@… escribiéndote

Solo escuchar de cerca

todas las recetas

que me digan

cómo hacerte feliz…

Artículo publicado en INED21