Y tú, ¿en qué te enfocas?

 

Semana intensa, con consejo, clases y trabajando en los nuevos proyectos de este año. Termino la semana cansada, pero feliz, porque todo va encajando dentro del plan que preparé en su día. Con el tiempo, los planes se convierten en realidad.

 

Algo nos mueve …

Todos tenemos algo que nos mueve, algo que queremos, algo que deseamos apasionadamente,  algo a lo que aspiramos…. Y sentimos que es difícil alcanzarlo.

Alcanzar objetivos, conseguir sueños, conquistar algo tiene mucho que ver con el esfuerzo que le dedicas y con el tiempo que inviertes en ello.

 

Lo que tiene precio

se compra,

lo que tiene valor…

se conquista

 

Conseguir un objetivo pasa por poner la atención en lo importante. La atención es una capacidad mental que influye poderosamente en nuestro modo de movernos por la vida y en la consecución de nuestros objetivos.

La práctica de la atención y de focalizar es como un músculo. Si no lo utilizamos se debilita, si lo ejercitamos, se desarrolla y fortalece.

 

FOCO

Extracto del capítulo 9 de mi libro Vamos

 

Las personas que logran un máximo rendimiento –en cualquier ámbito de su vida– utilizan intuitivamente formas de focalización y de atención plena. Conseguir llegar a focalizar la atención de forma efectiva no es sencillo y requiere ser muy conscientes de en qué queremos concentrar nuestra atención.

Daniel Goleman, reconocido profesor de Psicología en Harvard, analizó en su libro «Focus. The Hidden Driver of Excellence» la importancia que tiene focalizar la atención.

Goleman advierte sobre los riesgos de las distracciones y señala que el concepto de trabajo multitarea es engañoso y no sirve, ya que pretender ‘dividir’ la atención es ineficaz, puesto que la atención es un canal estrecho y fijo que no podemos escindir.

La concentración en medio del ruido –del tipo que sea– es una muestra del poder de la atención selectiva, dirigiendo la atención hacia un solo objetivo e ignorando otras señales que podamos recibir. Para Goleman, ser capaces de enfocar adecuadamente en nuestros objetivos es un determinante de éxito.

Para poner foco, es necesario ser capaces de evitar las distracciones. Existen dos tipos de distracciones:

la distracción sensorial

y la distracción emocional.

Resulta especialmente difícil escapar a los distractores emocionales, por lo que es todo un reto mantenerse concentrado cuando, por ejemplo, oímos que alguien pronuncia nuestro nombre. Como la atención nos obliga a desconectar de las distracciones emocionales, los circuitos de atención deben inhibir la emoción. Según Goleman, el distractor más poderoso es el diálogo interior de nuestra mente.

El cerebro tiene dos sistemas separados y relativamente independientes de atención:

La actividad mental ascendente, propia del cerebro inferior y cuyos circuitos son los que se aplican a la atención reflexiva, el impulso y los hábitos rutinarios.

La actividad mental descendente, de origen neocortical, que se dedica a la atención voluntaria, a la voluntad y la decisión intencional. Son los circuitos que permiten la reflexión, la deliberación y la planificación.

La sobrecarga de mensajes, información, correos, llamadas, avisos de las redes sociales… exigen a nuestra mente un enorme esfuerzo de concentración. El hecho de concentrarnos en un foco de atención supone descartar otros, por lo que la mente debe resistirse a muchos impulsos y saber discernir lo que es relevante de lo que no.

También existen distracciones menos inmediatas, pero igualmente potentes. Las urgencias en el trabajo, las rutinas del día a día, los hábitos adquiridos… nos llevan a organizar nuestro día y nuestra agenda más por inercia que de una forma estructurada y enfocada a objetivos.

Para conseguir resultados, es necesario dirigir la atención hacia lo importante y centrar el foco adecuadamente.

 

En un océano de distracciones,

quien sabe estar atento, triunfa.

 

Es cuestión de concentración y de saber mantenerla. Algo que no resulta sencillo. En la actualidad, se ha producido un empobrecimiento enorme de la atención.

 

El bombardeo de información actual

consume la atención de sus receptores,

de ahí que el exceso de información

vaya necesariamente acompañado

de una pobreza de atención

 

Herbert Simon, Premio Nobel de Economía 1978

 

Necesitamos enfocar la atención y concentrarnos en medio de las distracciones a que estamos sometidos. Mejorar su capacidad de atención y concentración es algo que se puede ejercitar y mejorar.

 

Y tú… ¿en qué te enfocas?

En lo profesional, como en lo personal, es fundamental enfocarse a lo importante. Y solemos caer en el error de confundir lo importante con lo urgente, o en el error de olvidar nuestros grandes objetivos en la vida para centrarnos en los pequeños del día a día.

Si tienes un proyecto ilusionante ante ti y realmente quieres que funcione… pon el foco en él, dedícale tiempo y hazlo crecer.

Hace mucho tiempo que dejé de creer en lo que dicen las personas y empecé a fijarme en lo que realmente hacen… existe una disonancia importante en muchos (demasiados) casos. Personas que dicen que lo importante para ellas es una cosa, y, en realidad, a lo que dedican tiempo es a otra cosa.

Una organización que dice que quiere impulsar un proyecto y después no le dedica recursos no es creíble. Una persona que dice que quiere algo, pero no le dedica tiempo ni esfuerzo, tampoco.

 

Es bueno parar un poco y reflexionar… 

¿qué es lo realmente importante para ti?

¿le dedicas tiempo?

¿Está ya en tu agenda…

o lo vas postergando para más adelante?

 

Mi objetivo estos días va a ser dedicar tiempo a lo que tengo como prioridad, aunque te confieso que debo recordármelo de vez en cuando porque el día a día me distrae de ello…

Es necesario tenerlo claro. Porque reflexionar sobre la importancia de priorizar lo que de verdad importa en tu vida te lleva a reconocer la brecha que existe entre tus intenciones y tus acciones. Recapacitar sobre lo que valoras es el primer paso crucial, pero es sólo a través de tus acciones donde tus verdaderas prioridades se demuestran y cobran vida. 

 

 

Hoy te comparto una canción de Jeremy Zucker -que ha vuelto a sonar esta semana en mi móvil- para darte las gracias por leerme y para desearte una semana maravillosa 😉

 

 

 

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