La sorprendente conexión (real) entre
corazón y emociones
Semana intensa de trabajo, y es que se acerca ya el período del año en que tengo más compromisos profesionales y se nota. En el mes de marzo empieza la locura de viajes, publicaciones, entrevistas, conferencias y sesiones de mi programa de liderazgo con mujeres que me tendrá unos meses viajando sin parar. Y me siento feliz.
También algo de tiempo para mí, porque más allá de la vida profesional – que me llena y me entusiasma- hay que cuidar también la vida personal. Es necesario estar bien para poder ofrecer tu mejor versión.
Nuestra dimensión emocional es una parte fundamental de nuestra salud, aunque con frecuencia la descuidamos.
El ritmo acelerado de la vida, el estrés laboral, las preocupaciones … pueden afectar no sólo tu estado de ánimo, sino también tu salud física de manera profunda. A lo largo de la historia, se ha asociado las emociones con el corazón de forma simbólica, pero la ciencia confirma que esta relación es más real de lo que imaginas. Tu bienestar emocional influye directamente en tu corazón.
«Casualmente» este jueves, 13 de febrero, leía en La Vanguardia “la Contra” dedicada al cardiólogo y divulgador científico Sandeep Jauhar, una entrevista tremendamente interesante que me encantó.
Cómo tus emociones pueden fortalecer (o debilitar) tu corazón
A través de sus estudios y experiencias médicas, el Dr. Jahuar explica cómo el dolor emocional, el estrés y la falta de afecto pueden modificar físicamente el corazón, incluso llevándolo a fallar. La compartí enseguida y hoy me gustaría resaltar cuatro puntos clave que me llamaron especialmente la atención, sobre cómo tus emociones afectan a tu corazón, y lo pueden fortalecer o debilitar.
1.
El corazón refleja nuestras emociones
El cardiólogo Sandeep Jauhar nos explica que el corazón no es sólo una bomba biomecánica, sino que está probado que es un órgano que responde a nuestras emociones. Un dolor intenso, una alegría desbordante o demasiado estrés pueden modificar su forma y funcionamiento.
Su charla TED y su libro “Heart: A History” destacan cómo nuestras experiencias emocionales dejan huella en la salud cardíaca.
2.
El síndrome del corazón roto: cuando la tristeza cambia su forma
El síndrome del corazón roto existe.
Una pena profunda, como la pérdida de un ser querido, puede provocar insuficiencia cardíaca e incluso la muerte. El Dr. Jahuar nos cuenta que, en algunos casos, el corazón adopta una forma anómala conocida como takotsubo, similar a una vasija japonesa. Aunque la ciencia aún no comprende del todo este fenómeno, está clínicamente documentado y demuestra la conexión entre emociones y salud cardiovascular.
3.
El estrés y la falta de afecto dañan el corazón
El estrés crónico también impacta la forma y función del corazón. Personas con trabajos exigentes y con poco control sobre su entorno laboral tienen más riesgo de daño cardíaco. Además, estudios con animales han demostrado que aquellos que reciben afecto desarrollan menos enfermedades cardiovasculares que los que viven en aislamiento, lo que refuerza la importancia de la conexión emocional en la salud.
4.
Cuidar el corazón es necesario
Cuidar el corazón es más que controlar el colesterol
Más allá de la dieta y la presión arterial (muy importantes), la salud del corazón depende también del bienestar emocional. El estrés social y la angustia psicológica pueden provocar efectos físicos graves, como en el caso de personas convencidas de haber recibido una maldición. Todo ello demuestra que nuestras creencias y emociones pueden influir directamente en la fisiología cardíaca.
La conexión entre el corazón y las emociones es más que una metáfora, es una realidad respaldada por la ciencia. No se trata únicamente de «sentir algo en el pecho» cuando vivimos una experiencia intensa, sino de cambios físicos y funcionales que pueden ocurrir en el corazón debido al estrés, la tristeza profunda o un sentimiento intenso.
Lo que sentimos no se queda sólo en nuestra mente, nuestro cuerpo también lo experimenta.
Cuidado con el dolor. Aunque la buena noticia es que, al igual que el daño emocional puede afectar el corazón, las emociones positivas y el bienestar psicológico pueden protegerlo y fortalecerlo.
Cuídate y cuida tu corazón
Por ello, cuidar tu salud emocional es una inversión directa en tu salud física. Y siempre puedes hacer algo para cuidarla.
Cuida tu salud emocional con sencillas acciones, que puedes empezar a practicar hoy mismo:
Gestiona el estrés con técnicas como la meditación, la respiración consciente o simplemente haciendo pausas en tu día para desconectar.
Rodéate de personas bonitas. Cultiva conexiones positivas, prioriza relaciones que te aporten bienestar y evita entornos tóxicos que aumentan tu ansiedad. Pasa más tiempo con las personas que te hacen sentir bien.
Escucha a tu corazón, no ignores las señales de agotamiento o de cansancio que te envía a veces… cuídate y busca apoyo cuando lo necesites.
Tu bienestar emocional importa tanto como tu alimentación o el ejercicio.
Cuidarlo es también cuidar tu corazón.
En la semana de San Valentín, puede ser un buen momento para recordar la importancia de tu corazón. Aunque yo no celebro el día de San Valentín -ya sabes que en Cataluña tenemos una maravillosa celebración el día de Sant Jordi-, muchas felicidades a todos los enamorados y a aquellos que quieren estarlo… el amor es el motor de la vida.
Te dejo una canción -que me encantó cuando me llegó por whatsapp- para darte las gracias por leerme y desearte una feliz semana, en la que te acuerdes de cuidar tu corazón.
Contigo
No hay nada más bonito que una historia contigoy despertarme con tu voz al oído
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