Siempre pensarás que debiste empezar antes,

pero el mejor momento es hoy

 

Semana intensa de trabajo en mi programa, centrada en desarrollar nuevos contenidos y avanzar en temas estratégicos.
El fin de semana, en cambio, ha sido tranquilo: salidas, desconexión y algo de deporte.
Me resulta curioso ver cómo ahora entreno cuatro o cinco días a la semana, cuando hace unos años no hacía absolutamente nada. Durante mucho tiempo pensé que no era para mí, que no tenía tiempo, que ya era tarde para empezar desde cero.
Hasta que decidí que había llegado el momento de cambiarlo, y simplemente empecé.
Entonces creí que era tarde… hoy, con perspectiva, sé que era el momento perfecto.

Es un tema de esos que te invitan a pensar.

Muchas veces cuesta empezar algo.

Hasta que decides hacerlo y vencer esa resistencia, sin esperar el momento perfecto.
Porque ese momento no existe. Se crea.

Incluso en lo cotidiano, en los pequeños cambios —como cuidar más el descanso, dedicar un rato a desconectar—, he comprobado que el pensamiento “ojalá hubiera empezado antes” siempre llega… justo después de haber empezado.

 

La necesidad de un cambio

Nos pasa a todos.
Hay momentos en los que sientes que algo en tu vida necesita cambiar.
Me ha pasado a mí, y le ocurre a muchísima gente, tanto en lo profesional como en lo personal.

¿Quién puede decir que acertó a la primera al elegir el estilo de vida que deseaba o el trabajo de sus sueños?
Según el informe de Gallup State of the Global Workplace, el 85% de los trabajadores en todo el mundo reconoce, cuando se les pregunta de forma anónima, que su trabajo no les satisface y que no se sienten comprometidos ni identificados con él.
“El mundo está lleno de personas que odian su trabajo, y especialmente a su jefe”, señala el estudio.

Estos datos coinciden con lo que muchos psicólogos observan en consulta: personas que, desde fuera, parecen tener el trabajo ideal y, sin embargo, no son felices. Existe un nivel alto de insatisfacción, tanto profesional como personal.

Y, aun así, el cambio cuesta.
Superar la presión social de hacer lo que “se supone” que debemos hacer —y además en el momento en que debemos hacerlo— no es sencillo.
A muchas personas les condiciona el qué dirán y terminan viviendo más pendientes de la imagen externa que de lo que realmente sienten por dentro.
Esa presión social hace que no se atrevan a perseguir lo que desean, porque temen salirse de los patrones aceptados… o porque simplemente creen que ya es tarde.

 

¿Descubrir tu verdadera vocación a los 30 es tarde?

¿Crear tu propio proyecto a los 40 es tarde?

¿Enamorarte a los 50 es tarde?

¿Quién decide cuándo es tarde?

  

¿Cuándo es tarde?

En la vida no vas a tener lo que quieras.
Vas a tener lo que construyas.

Por eso, más que desear, se trata de decidir.
De tener claro hacia dónde quieres ir y empezar a construir ese camino, paso a paso.

No importa si parece tarde.
Importa que empieces.

Feliz inicio.

 

 

Esta ha sido mi canción de la semana -me encanta- y te la dejo para darte las gracias por leerme un día más y desearte una feliz semana

 

You were dancing through the lightning strikesSleepless in the onyx nightBut now the sky is opalite

 

 

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