La vacuna contra la insensatez
Una lectura imprescindible de José Antonio Marina
Esta semana ha sido intensa. He trabajado mucho —sesiones del programa, clases, preparación de propuestas, …—. Una semana de esas de no parar. Jornadas largas, reuniones encadenadas, la mente a mil… se han acumulado demasiados temas en pocos días. Por suerte, ya llegó el fin de semana para recargar las pilas y bajar revoluciones. Y hoy mi reflexión en el blog llega en forma de libro. Esta vez, “La vacuna contra la insensatez. Tratado de inmunología mental.”, la última publicación del filósofo José Antonio Marina.
“Si somos tan inteligentes, ¿por qué caemos en tantas estupideces y atrocidades? ¿Por qué nos dejamos manipular por falsas creencias, teorías conspirativas y prejuicios?”
Así escribe el propio Marina. Vivimos rodeados de desinformación, polarización, clichés emocionales y mensajes virales diseñados más para activar nuestras emociones que nuestro pensamiento crítico. En este contexto, su propuesta es clara y ambiciosa: desarrollar una vacuna intelectual que nos proteja de la estupidez. Y no de la torpeza individual, sino de esa estupidez social, colectiva y estructural que condiciona nuestras decisiones, nuestras emociones, incluso nuestras formas de convivir.
¿De qué va esta vacuna?
José Antonio Marina diagnostica y también ofrece una cura. Lo hace desde su estilo tan característico: riguroso pero divulgativo, académico sin perder cercanía. La tesis central es que la estupidez no es una mera falta de inteligencia, sino una desconexión entre lo que sabemos y lo que hacemos. El problema no es la ignorancia, sino el mal uso del conocimiento. Y ante eso, propone reforzar el sistema inmunológico del pensamiento humano.
A lo largo de sus páginas, Marina recorre las distintas manifestaciones de la insensatez: la desinformación, el dogmatismo, la banalización de la opinión, el desprecio por la verdad, el secuestro emocional por parte de los algoritmos. Pero no se queda ahí: nos ofrece herramientas para identificar estos virus mentales y entrenar nuestro pensamiento crítico, ético y creativo.
Diez frases poderosas del libro
Aquí comparto diez frases de La vacuna contra la insensatez que me han hecho subrayar, parar y pensar. Cuando subrayo una frase siempre significa que me ha impactado, y este libro está repleto de fragmentos que te hacen pensar en profundidad.
- “La inteligencia no nos hace más sabios; solo más eficaces en lo que decidamos hacer.”
Esta frase nos recuerda que la inteligencia, por sí sola, no es garantía de decisiones éticas o sensatas. Podemos usarla para construir o para manipular, para comprender o para justificar. La sabiduría implica una orientación moral y práctica que va más allá del mero cálculo.
- “La estupidez es el divorcio entre lo que sabemos y lo que hacemos.”
Una definición brillante que apunta al núcleo del problema: no es que no sepamos lo que está bien, es que no lo aplicamos. La insensatez muchas veces no nace de la ignorancia, sino de la incoherencia entre conocimiento y acción.
- “Los patógenos mentales no son errores de razonamiento, son ataques a nuestra voluntad de pensar.”
No se trata de que nos equivoquemos, sino que perdemos el deseo de pensar con claridad. El peligro es dejarse llevar por la inercia, por lo fácil, por lo viral. Este tipo de virus no afecta al conocimiento, sino a la motivación para usarlo bien.
- “Vivimos en un entorno tóxico de información que premia la reacción emocional y castiga la reflexión pausada.”
Las redes, los titulares, la sobreexposició.. Todo nos empuja a reaccionar antes de entender. Pensar lleva tiempo, exige pausa, y eso hoy parece un lujo. Esta frase describe con precisión el caldo de cultivo donde prolifera la insensatez.
- “No hay salud mental sin ética.”
Una afirmación valiente que me encanta. Nuestra estabilidad emocional y mental no puede desligarse de nuestros valores, de cómo vivimos, de cómo tratamos a los demás y a nosotros mismos. La ética no es una asignatura, es una condición del bienestar profundo.
- “El pensamiento crítico no consiste en dudar de todo, sino en saber por qué creemos lo que creemos.”
Esta frase desmonta el falso escepticismo que a veces se confunde con inteligencia. No se trata de llevar la contraria, sino de fundamentar nuestras creencias con argumentos sólidos, abiertos y responsables.
- “Combatir la insensatez no es solo una tarea intelectual, es una responsabilidad ciudadana.”
Aquí Marina pone sobre la mesa el compromiso cí No basta con pensar bien para uno mismo. En un mundo interconectado, la calidad de nuestras decisiones individuales afecta al conjunto. Pensar mejor es también un acto de servicio público.
- “Estamos educando cerebros veloces pero no inteligentes.”
Esta crítica al sistema educativo (y a la cultura digital) es contundente. Aprendemos a procesar rápido, a hacer clic, a responder en segundos, pero no necesariamente a comprender, a matizar, a crear pensamiento profundo. Y eso tiene consecuencias.
- “Las redes sociales son máquinas de fabricar certezas sin argumentos.”
¿Cuántas opiniones leemos cada día sin saber de dónde vienen ni cómo se justifican? Esta frase resume un fenómeno peligroso: el reemplazo del pensamiento por la adhesión emocional. En redes, todo se cree o se rechaza con vehemencia, pero muchas veces sin reflexión.
- “La buena voluntad necesita buena información para ser verdaderamente buena.”
Las buenas intenciones no bastan. Sin información fiable, sin criterio, podemos actuar con generosidad pero provocar dañ Esta frase subraya la importancia de unir ética e inteligencia, bondad y conocimiento.
¿Y ahora qué?
Marina nos hace reflexionar una vez más. Y descubrir que no basta con saber más. Hay que saber y actuar mejor. Leer La vacuna contra la insensatez nos obliga a cuestionarnos, a revisar nuestras certezas, a entrenar nuestro sentido crítico y la empatía.
No podemos permitir que la pereza o la saturación emocional nos conviertan en cómplices pasivos de la insensatez. Necesitamos pensar con claridad, dudar con elegancia, argumentar con respeto y hablar con responsabilidad. Y eso se entrena. Se educa. Se contagia.
Así que este fin de semana, entre descanso y cafés, te invito a empezar a entrenar el músculo de la lucidez en lo cotidiano. Porque pensar bien es una práctica diaria. Y como toda práctica, necesita constancia y propósito. ¿Qué tal alguna de estas cuatro acciones para comenzar esa “vacunación” intelectual?
Selecciona con conciencia lo que consumes: antes de compartir una noticia, un tuit o un vídeo, detente unos segundos. Pregúntate: ¿de dónde viene?, ¿qué busca generar?, ¿qué me hace sentir y por qué?
Recupera el hábito de la lectura profunda: reserva al menos 20 minutos al día para leer sin interrupciones, sin pantallas paralelas. Libros como el de Marina nos ayudan a reeducar la atención.
Practica el desacuerdo respetuoso: la próxima vez que discrepes con alguien, dilo, formula tu opinión. Escucha con curiosidad. El diálogo es el mejor antídoto contra la estupidez colectiva.
Habla de estos temas con tu entorno: lleva esta conversación a la mesa, al café, al grupo de WhatsApp. Cuanto más hablemos de cómo pensamos, más conciencia colectiva generamos.
Porque inmunizarse contra la insensatez es necesario y un modo de crecer como personas, porque nos obliga a pensar con intención, a elegir con criterio y a actuar con coherencia. Es el camino de quienes no se conforman con repetir lo que escuchan, de quienes quieren tener sus propias opiniones y una mirada más clara sobre el mundo. En tiempos de ruido, prisa y saturación, cultivar la sensatez es un acto de valentía y de madurez.
Gracias a todas las personas con las que he compartido tiempo esta semana: por vuestras ideas, por los debates, por las preguntas que invitan a pensar y por la generosidad de abrir espacios donde es posible ser diferentes y construir desde esa diferencia. Gracias por las sesiones de trabajo, gracias por el tiempo de relax – en uno de los sitios más bonitos y con mejores vistas de Barcelona – y gracias a ti por leerme un día más.
Hoy te lo agradezco con una canción que sonó ayer por la noche y que me encanta. Te deseo una semana genial.
Comentarios recientes