Cosas que nos sorprenden
Es curioso como determinadas cosas nos sorprenden tanto… cuando no deberían hacerlo.
Voy con una pregunta inocente:
¿Cuántas mujeres debería haber en puestos de responsabilidad?
Una pregunta que nos deberíamos plantear y atrever a responder. En un momento y en una sociedad en la que la presencia femenina en puestos de responsabilidad no es paritaria -ni de lejos- y, sin embargo, pronunciar la palabra “cuotas” para el mundo femenino es saber que te van a saltar a la yugular, y que te van a decir que son injustas… bien, pues, no hablemos de cuotas -no caigamos en la trampa-, y sigamos con la pregunta ¿cuántas mujeres debería haber?
A la jueza norteamericana Ruth Bader Ginsburg, 86 años, le preguntaron en una ocasión cuál sería el número ideal de jueces mujeres en el Tribunal Supremo de EEUU y ella respondió “nueve de nueve”.
¿Te sorprende la respuesta? Piénsalo por un segundo… A la mayoría, si: la respuesta les escandaliza. Es curioso… ella decía “vienen siendo nueve de nueve hombres durante décadas y décadas y nadie ha tenido nunca ningún problema, con lo cual yo pongo el target en nueve de nueve y sí es un problema”.
La respuesta 9 hombres de 9 no escandaliza a nadie. La respuesta 9 mujeres de 9 resulta escandalosa. ¿Por qué?
Buscamos nuevos modelos y nuevos mundos
Nunca como ahora habíamos tenido tan claro que necesitamos nuevos modelos, que debemos encontrar modos mejores de hacer las cosas, que debemos cambiar…
Si ya teníamos claro que la incertidumbre estaba en nuestro día a día, hoy la incertidumbre ha aumentado exponencialmente. Así que ya no servirán las fórmulas conocidas, y hay que explorar nuevas vías. La innovación va a ser necesaria en todas las organizaciones. Ante la incertidumbre, no sirve trabajar como autómatas, y pasa a ser necesario trabajar con “mentalidad startup”, para detectar oportunidades en esa incertidumbre.
Las organizaciones experimentan cambios en sus modelos de negocio de un modo muy rápido, hay que encontrar nuevas maneras de hacer las cosas, nuevas soluciones, … hay que descubrir nuevas opciones y nuevos mundos. La pandemia ha puesto todavía más presión a esta realidad.
Y, para ello, es necesario hacer las cosas de otro modo… tal vez incorporando también el componente femenino.
¿Por qué debería haber más mujeres en puestos de responsabilidad?
Es obvia la incorporación de la mujer al mundo del trabajo, como lo es que -a pesar de ello- en los puestos de responsabilidad estamos infra-representadas.
¿Por qué hacen falta más mujeres en puestos de responsabilidad?
Creo que sobran razones…
porque representan el 51% de la población del planeta
porque toman el 80% de decisiones de compra
porque una organización necesita diversidad de visiones y experiencia
porque las empresas que tienen a mujeres en posiciones directivas son más rentables: a mayor implicación en materia de género, mayor probabilidad de haber crecido a ritmos superiores al 5%, según el último informe «Women In Business 2019: hacia un avance real» de Grant Thornton
porque de las 16 competencias de Liderazgo que establece el modelo de Zenger y Folkman (2011), las mujeres destacan en 12, especialmente en tomar la iniciativa, integridad, promover la obtención de resultados, inspirar y desarrollar a otros.
La peor amenaza ante una situación injusta es que no haya consciencia de esa injusticia.
El primer paso está en concienciar de que no hemos alcanzado una situación de igualdad. Que muchas de las cosas que vemos como “normales”, realmente no lo son. Si no somos conscientes de ello, no va a ser posible avanzar.
Por todo ello, y por una cuestión de justicia, debería haber más mujeres en puestos de responsabilidad. Y, para conseguirlo, será necesario mejorar las políticas de conciliación de hombres y mujeres, y trabajar en la educación en todos los niveles, para generar un cambio cultural en el que se vea con normalidad y se promueva activamente la presencia de la mujer en los puestos más representativos y de poder. Se debe generar una cultura realmente inclusiva, que genere valor a partir de la diversidad, algo en lo que algunos países nos llevan mucha ventaja.
No tendremos un mundo mejor si no cambiamos el chip
Reflexiono sobre ello en una semana en la que he tenido el honor de haber sido nombrada consejera independiente en el Consejo de la entidad financiera Caixa Guissona, una entidad con una extraordinaria profesionalidad que, desde hace años ha apostado por un modelo de negocio propio, con el cliente siempre en el centro. Ya solo pendiente de la inscripción en el Registro de Consejeros del Banco de España y se iniciará esta nueva etapa profesional en mi vida, con mucha ilusión, agradecida por la confianza y con muchas ganas de poder aportar, ofrecer una visión externa y, por supuesto, de seguir aprendiendo siempre.
Cada día son más las organizaciones que creen en ello y que promueven la presencia femenina en sus consejos y en los puestos de responsabilidad. Que creen en la importancia de la diversidad, de la diferencia de opinión, la importancia de escuchar, de empatizar y de entender el mundo si quieren mejorar.
Queremos avanzar y descubrir un mundo nuevo.
No se puede descubrir un mundo nuevo con un mapa antiguo.
No podemos quedarnos con un mapa que no refleja toda la realidad.
No podemos quedarnos a medias, sin llegar realmente a la igualdad.
No podemos quedarnos a medias…
Si queremos cambiar y mejorar, no podemos quedarnos a medias. No podemos prescindir de la mitad de la población ni relegarlas solo a determinados trabajos y a determinados ámbitos -en gran parte porque «siempre se ha hecho así»-.
Una organización innovadora, responsable y creíble no se queda medias, y suma a todas las personas.
A medias… no, gracias
A estas alturas de mi vida, no entiendo nada a medias…
La canción hoy de Michael Bublé “when I fall in love, it will be forever… or I’ll never fall in love”
In a restless world like this is…
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