Las vacaciones son para aprovecharlas…
Descansar, hacer actividades distintas a las del resto del año, cuidarte, darte algún capricho, ser feliz…. para eso están las vacaciones.
Sin embargo, leo una entrevista al psiquiatra Luis Rojas: «En Europa la felicidad no está bien vista«.   Por supuesto, tiene razón. Vivimos en una cultura en la que predomina la queja, en la que pocos se atreven a decir en público que son felices o que aspiran a serlo… Rojas plantea las diferencias entre la cultura europea y la norteamericana:  «la felicidad en Europa está mal vista, como ingenuidad o ignorancia. En Estados Unidos, no: vas a una reunión, preguntas a alguien y dice que está feliz, tal cual. Aquí la cultura es la queja. Que no se nos note si somos optimistas o felices. Yo siempre hago un experimento en mis charlas, pregunto al público, no si son felices, sino si están satisfechos con la vida, no hoy, sino en general. De cero al diez. De media suele salir un siete, un ocho. Luego pregunto: ¿y al mundo qué le dais? Mucho menos, está muy mal. Pero es que yo voy a otros países, a ese mundo, y se dan un ocho, y a vosotros, un cuatro. El ser humano es optimista, tiene esperanza. Casi todos estamos programados para el optimismo
La aspiración a la felicidad no solo es lícita, sino que la considero necesaria. ¿Qué tiene de malo aspirar a ser feliz? La felicidad es positiva para la persona y para su entorno directo. El entorno emocional que creamos es fundamental, las emociones importan y, además, son contagiosas. Como nos cuenta Laura Chica en su libro «¿Quién eres tú?», somos emocionalmente influenciables, y los estudios sobre contagio emocional evidencian cómo podemos generar emociones -positivas y negativas- en los demás: N.Christakis y J.Fowler demostraron que las personas se inclinan de forma natural por sincronizar y copiar aspectos de la conducta que observan en otros y concluyen que las personas tenemos la capacidad de influir en la felicidad de otras personas, especialmente las cercanas. Por ello, nuestra felicidad debería ser casi una obligación…
 

La primera obligación de todo ser humano es ser feliz,

la segunda…  hacer felices a los demás

Mario Moreno – Cantinflas

 
Y las vacaciones son una vía de desconexión, un momento de descanso -vacaciones es el plural de vacación, un término que proviene del latín “vacans” (participio del verbo “vacare”, estar desocupado, vacante, de “vacuus”, vacío)  y que hace referencia al ‘descanso de la actividad habitual‘-  que debemos aprovechar para cargar pilas, para compartir buenos momentos, para activar nuestro optimismo y para crear un entorno emocional feliz, que es el que afecta directamente a tus seres queridos.
 

5 Motivos científicos para hacer vacaciones

Las vacaciones son necesarias. Y no se trata de una opinión,  está científicamente demostrado.

1. Las vacaciones mejoran la salud

Algunas investigaciones han analizado el impacto de las vacaciones en la salud. Las vacaciones previenen las enfermedades cardíacas, según un estudio de la Universidad de Pittsburgh, realizado a lo largo de 9 años, en el cual probaron que las personas que no tenían la costumbre de tomarse unos días de vacaciones al año, presentaban un 32% más de riesgo de morir de un ataque al corazón -se eligió esta enfermedad por su elevada correlación con el estrés- y 21% mayor de morir por cualquier otra enfermedad.

2.El cerebro necesita descansar para ser más creativo

Si, las pausas son necesarias para nuestro cerebro.  Necesitamos «hacer nada» para encontrar soluciones a nuestros problemas, publicaba esta semana «el País»: «es absurdo sentirse culpable por no hacer nada y permitir que la mente vague tranquilamente. Necesitamos poner el cerebro en ‘modo avión’ y aparcar el móvil y todo aquello que nos robe nuestra atención. Además, como ha demostrado la ciencia, cuando ‘hacemos nada’, estamos poniendo la base para encontrar soluciones a problemas que nos cuestan, conocernos más a nosotros mismos y ser más creativos«.

3.Las vacaciones son necesarias para cubrir una serie de necesidades básicas

En 2013 Harvard Business Review  realizó un estudio conjuntamente con Tony Schwartz -CEO de The Energy Project-, analizando a más de 12.0000 profesionales de distintas empresas e industrias. Los resultados que arrojó el estudio  es que  los empleados, sin importar la industria o la empresa,  están mucho más satisfechos y productivos cuando cubren sus “cuatro necesidades básicas”:

  1. Necesidades físicas, a través de oportunidades para renovar y recargar regularmente energía en el trabajo.
  2. Necesidades emocionales,  sintiéndose valorados y apreciados por sus contribuciones, y teniendo un entorno emocional adecuado.
  3. Necesidades mentales, cuando tienen la oportunidad de enfocarse en las tareas más importantes y definir cuándo y dónde hacen su trabajo.
  4. Necesidades espirituales, haciendo más de lo que hacen mejor y disfrutan más, y sintiéndose conectados a un propósito más elevado en el trabajo.

Las cuatro necesidades básicas se recargan en vacaciones, físicamente es un modo de renovar energía, emocionalmente por la vía de compartirlas con tu entorno más querido, mentalmente cuando dedicas tiempo a aquello que te interesa y en lo que normalmente no puedes invertir tiempo y espiritualmente al disfrutar de esos momentos.

4.Las vacaciones mejoran el rendimiento

Un motivo centrado en el trabajo: las personas que hacen vacaciones consiguen niveles de rendimiento superiores cuando regresan al trabajo. Se ha probado a través de estudios como, por ejemplo, el que realizó Ernst & Young con sus propios empleados, en el que demostró que por cada diez horas adicionales de vacaciones, las evaluaciones anuales del rendimiento de sus empleados mejoraban 8%, también encontró correlación entre tomar vacaciones y lealtad a la empresa -aquellos empleados que tomaban vacaciones regularmente  permanecían más tiempo en la empresa-.  La relación entre productividad y descanso no es extraña,  si le damos al cuerpo el descanso necesario, entonces todo el sistema descansa y podrá funcionar mejor después.

5. Las vacaciones nos hacen felices

La simple actitud de planificar las vacaciones nos hace felices, en ocasiones incluso más que llevarlas a cabo. Así se desprende de una investigación publicada en Applied Research in Quality of Life, según la cual el hecho de preparar un viaje o unas vacaciones incrementa nuestra felicidad durante las 8 semanas previas a la partida.

 
Motivos de peso para disfrutar de las vacaciones y hacerlo con la conciencia tranquila. Y, para aprovecharlas de verdad, Juan Carlos Cubeiro te propone 20 consejos para aprovecharlas al máximo en un post que ha sido un éxito esta semana y que ha circulado sin parar por las redes sociales. Tal y como nos indica su autor: «en la nueva era en la que el talento es más valioso que el capital, las vacaciones deben ser una ‘plataforma’, un trampolín para nuestro talento, para aprender y ser más empleables, además de descansar«.
Lamento discrepar de la media europea… esta semana la he dedicado a la felicidad.  Termino una semana de vacaciones fantástica,  levantándome todos los días pronto, para poder disfrutar de uno de los grandes placeres de la vida: comprar la prensa del día y desayunar leyéndola, un paseo después hasta el club náutico, un ratito de piscina, comida en la terraza de un ático con vistas al mar -además, con una temperatura perfecta-, tarde de playa o escapada a la ciudad y noche de terracita en el paseo marítimo. Risas, abrazos, fotos de amig@s vía whatsapp que también están de vacaciones, bronceado, buenas vibraciones… Una auténtica gozada. Una semana de felicidad.
Habrá que hacer caso a los estudios que defienden la necesidad de las vacaciones…
para mejorar la salud,
para ser más creativ@s
para ser más productiv@s ,
y para ser más felices.
 
Mi banda sonora de esta semana, sonando frente al mar…  Bruno Mars