...aprenderLa importancia de la educación en nuestra sociedad es un hecho. La educación es importante en el desarrollo de cada una de las personas, pero es decisiva también en la configuración de la sociedad en su conjunto.
Aunque tradicionalmente, Economía y Educación habían avanzado por caminos diferentes, a partir de cierto momento, ante la importancia del impacto de la educación en la economía, aparece la rama científica de «Economía de la Educación».

La relación entre educación y nivel de renta

La relación entre educación y nivel de renta fue demostrada por primera vez en 1961 por Theodore W. Schultz, quien formuló la «teoría del capital humano». Por primera vez en la historia, consideró la educación como una forma de inversión. Estableció un modelo económico con el que demostraba que la educación de las personas les conduce a mejorar su nivel de renta y su calidad de vida.

A partir de T.W. Schultz, se multiplicaron el número de estudios científicos relacionados con el valor económico de la educación. En el mismo sentido, Gary S. Becker  (1) -premio Nobel de Economía en 1992- continuó con los trabajos de investigación para analizar el efecto de la inversión en capital humano. Otro de los grandes investigadores ha sido Robert Barro, quien constató que los países que habían invertido más en educación primaria y secundaria habían experimentado unas tasas de crecimiento económico más altas que otros países. Y destacar también, entre otros tantos,  a James Heckman, premio Nobel de Economía en el 2000 por sus trabajos en econometría y que concluyó en sus estudios que «es más rentable invertir en párvulos que en Bolsa».
Un nuevo modelo de crecimiento económico: la sociedad del aprendizaje
Pero, una vez demostrada la relación entre la inversión en educación y los niveles de renta conseguidos, las teorías económicas actuales van un paso más allá y señalan que hemos entrado en la sociedad del aprendizaje. La expresión de “sociedad del aprendizaje” fue formulada en 1970 por Robert M. Hutchins, y se ha convertido en fundamental en la filosofía educativa de la OCDE y de la UNESCO. Considera el aprendizaje como motor del desarrollo económico de una nación.
Inmersos en una situación económica difícil, nos hemos cansado de escuchar que hay que investigar, innovar, reinventarse… como si estas actividades surgieran sólo con decirlo. No basta con decirlo. Para poder inventar o crear nuevos proyectos, primero hay que aprender a hacerlo, y para ello hace falta crear un entorno de aprendizaje eficaz. Aprender siempre va a ser imprescindible para progresar y mejorar. Aprender ya no es un ámbito exclusivo de los jóvenes. El aprendizaje debe acompañarnos a lo largo de toda la vida.
El aprendizaje es fundamental para la realización personal, para la prosperidad económica, el progreso y el bienestar social. El aprendizaje está adquiriendo una importancia sin precedentes en nuestra sociedad. Por este motivo se debe rediseñar por completo la forma en que se aborda el aprendizaje: cómo se estructura, el modo en que se imparte, la financiación y los contenidos. Aspectos que muchos países ya están tratando con toda la profundidad que requieren. El crecimiento de cada país va a depender en gran medida de la calidad de su educación. Y para conseguir calidad educativa es necesario invertir en educación y una implicación de toda la sociedad en este proceso.
Se debe aprovechar la potencia de las nuevas tecnologías, que aumentan las posibilidades de aprender, tienen el potencial para mejorar el acceso y permiten difundir de un modo muy potente. Educación y tecnología son dos importantes pilares de igualdad. Si disponemos de los medios para aprender, es cuestión de utilizarlos adecuadamente. Debemos trabajar de forma global para construir la sociedad del aprendizaje. El factor determinante puede ser cómo respondamos colectivamente a un mundo en constante cambio. Las sociedades sólo lograrán resultados de éxito si desarrollan y aprovechan las innovaciones en el aprendizaje, si se muestran permeables a las nuevas ideas, potencian a las personas innovadoras e impulsan cambios.
El aprendizaje es un proceso que no se puede entender de forma aislada.El futuro de la educación está en red. Las sociedades del aprendizaje requieren de una mayor variedad de proveedores educativos.  Para impulsar la innovación, la sociedad del aprendizaje debe fomentar la transversalidad, el compartir conocimientos, el trabajo colaborativo y fomentar el placer de aprender.
Fomentar el placer de aprender, en palabras de José Antonio Marina:  «estudiar puede ser duro, pero aprender es hermoso. Es una de las experiencias cumbres de la condición humana. Somos curiosos y activos por naturaleza. Nuestros sistemas educativos olvidan con frecuencia que hay que fomentar la satisfacción de aprender, de descubrir, de explorar, de conocer. Hay un momento triste en la evolución educativa de todos los niños cuando sustituyen el deseo de saber por el deseo de aprobar. El primer paso para constituir una sociedad del aprendizaje es recuperar la pasión de aprender con la que nacemos».
Aprender para crecer… porque invertir en educación es invertir en futuro.
 
 
 
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[1] Becker, G.S. (1964)  “Human Capital: A Theorical and Empirical Analysys, with Spaecial References to Education”.  National Bureau of Economic Research. New York.