En un entorno cambiante como el actual, no sirve repetir modelos. El proceso de cambio constante nos obliga a plantearnos las organizaciones de otro modo. Lo único que sabemos del futuro es que será diferente. Por tanto, el futuro de las personas, organizaciones, instituciones y países del mundo de hoy va a necesitar una alta dosis de capacidad de adaptación. El principio de la evolución de Darwin aplicado a los nuevos desafíos del siglo XXI.
En este nuevo escenario la educación va a resultar más vital que nunca. Y la educación debe fomentar nuevas habilidades y competencias que, tal vez, en anteriores generaciones no habían sido tan necesarias como en el momento actual.
Tras una etapa en la que educación y formación se han basado en transmitir conceptos, datos, información,… sin preocuparse por conocer lo que las personas piensan, preguntando en muy pocas ocasiones a quien está delante y premiando al que responde con exactitud a lo que el profesor pregunta, ha llegado el momento de cambiar el enfoque.
Estimular la creatividad
Ken Robinson, experto mundial en el desarrollo del potencial humano, afirma que, en educación, la creatividad es tan importante como la alfabetización. Señala que existe el mito de creer que las personas son creativas o no lo son. Pero la realidad es que la creatividad se puede estimular y desarrollar.
Creatividad es «el proceso de tener ideas originales que tengan valor”. La creatividad es imaginación aplicada. Se puede ser creativo en cualquier área y, para ello, es necesario aplicar la inteligencia.
Estimular la creatividad consiste en abrir la mente, en buscar nuevos enfoques para ver las cosas desde nuevos puntos de vista y desde diferentes perspectivas. Se puede estimular la creatividad a través de diversas técnicas y es algo que resulta
… necesario para la innovación
Resulta básico descubrir nuevas ideas. Mirar con más intensidad, plantearse el por qué de muchas cosas e imaginar más allá. Ello nos conducirá a la posibilidad de innovar.
Porque para saber de un tema y poder innovar, es necesario saber pensar y no simplemente conocer datos y memorizar información. Porque es necesario re-plantearse continuamente cómo hacemos las cosas. Para aprender algo es necesario entenderlo … la importancia está ahí y no en memorizarlo. Cuando se entiende el concepto, se profundiza en el mismo, puede despertar el interés de la persona y es entonces cuando aparecen las posibilidades de mejora.
En un momento en que ya muchas instituciones educativas y organizaciones están trabajando en potenciar la creatividad y la innovación, podemos encontrar fórmulas de desarrollarlas altamente efectivas y que resultan de gran utilidad.
Una de las nuevas fórmulas de ver los temas, analizarlos y buscar soluciones es el «Visual Thinking«. A través del trabajo desarrollado por Dan Roam, es posible plantear los temas con pensamiento visual: exponer, analizar y resolver problemas mediante dibujos. Una fórmula de trabajo creativo e innovador que resulta interesante para los retos planteados -que analizaremos en otro post ya que, por su importancia, requiere de mayor extensión-.
Porque nos encontramos en un momento en el que las personas deben adquirir nuevas competencias para poder desenvolverse con éxito en nuestra sociedad, y sin duda la creatividad y la innovación forman parte de estas necesarias capacidades.
Del mismo modo, las organizaciones empresariales deben promover estas habilidades dentro de su ámbito. Es necesario utilizar el talento de las personas que trabajan en las organizaciones para conseguir detectar hacia dónde van las tendencias, ser innovadores y conseguir ofrecer lo que realmente el cliente percibe como valor. Las organizaciones deben desarrollar y alinear talento, creatividad, innovación y negocio para poder sobrevivir en el entorno actual.
La consecuencia de todo ello es que si ha cambiado el mundo en el que vivimos y debemos instalarnos en el cambio … es necesario aprender de otra manera. Para poder ser creativos e innovar es necesario aprender, desaprender y reaprender … siempre.
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