Sabemos que en la gran mayoría de casos, la innovación no se consigue a través del desarrollo de nuevas tecnologías, sino a través de conseguir una nueva mirada o un nuevo enfoque, de encontrar nuevas soluciones a problemas reales.
Si las empresas y las instituciones necesitan innovar constantemente, la cuestión es muchas veces cómo descubrir qué necesitan realmente las personas y cómo van evolucionando estas necesidades.
Una de las metodologías más utilizadas para este objetivo es el ‘Design Thinking’,  una metodología para generar ideas innovadoras que centra su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de las personas. Empecé a interesarme por el ‘design thinking’ hace unos años, y he podido comprobar en las sesiones desarrolladas que los resultados son excepcionales. Y no hace falta estar habituado a trabajar en temas de diseño, curiosamente, personas que no han trabajado nunca en ello, se desenvuelven extraordinariamente bien en el ámbito del ‘design thinking’. Sin duda, gran parte del éxito de esta metodología está en su enfoque, que pone a las personas en el centro.
El ‘design thinking’ se empezó a desarrollar de forma teórica en la Universidad de Stanford (California -EEUU) en los años 70, y su primera utilización práctica la realizó la consultora de diseño IDEO, que actualmente es su principal precursora. Tim Brown, actual CEO de Ideo es uno de los agentes más activos a favor de esta técnica.
 
Change by Design – Tim Brown
Tim Brown publicó en 2009 uno de los principales libros de referencia en la materia: «Change by Design. How Design Thinking Transforms Organizations and Inspires Innovation«.

En el libro, Brown expone cómo el ‘design thinking’ va mucho más allá del estilo y la estética, el design thinking busca la innovación a través de un análisis profundo del problema o el proceso que pretende mejorar y adopta un punto de vista centrado en la persona.
El design thinking explora las posibilidades de innovación a través de un proceso que pasa por 5 etapas:

 Empatizar: entender de forma empática cuál es el problema

 Definir posibles soluciones, de forma amplia, pensando en todas las opciones

 Idear

 Prototipar la solución que se quiere desarrollar

 Test en el mundo real para verificar si realmente funciona

Este proceso sigue un esquema continuo, que empieza por la fase de entender, sigue con la de explorar y finaliza con la de materializar, y que se sintetiza en el siguiente gráfico:

Fuente: Nielsen Norman Group

Las personas son lo primero
Con las personas en primer lugar, el design thinking se trabaja alrededor de tres espacios:

– inspiración

– ideación

– implantación

y siempre considerando que tiene sus límites, que vienen marcados por tres cuestiones que se deben poder resolver, la idea planteada:

– es viable técnicamente

– es viable económicamente

– es deseable

El autor se plantea cuál es el modo para pasar

  de la innovación incremental -aquella que crea un valor sobre un producto que ya existe, añadiéndole nuevas mejoras progresivas-

  a la innovación disruptiva – la innovación que transforma por completo una industria y genera otra totalmente nueva a través de una propuesta de valor alternativa totalmente diferenciada-

señalando que las claves para pasar de la innovación incremental a la innovación disruptiva son:

1. Perspicacia: aprender de la vida de los demás

2. Observación: fijarse en lo que la gente no hace y escuchar lo que no dice

3. Empatía: ponerse en la piel del otro
 

Los prototipos: pensar con las manos
Tras la fase de entender el problema y la fase de explorar soluciones, se pasa a una tercera fase de materializar la mejor solución. Para ello, es cuestión de probar qué tal funciona la idea planteada en forma de prototipo.
Para satisfacer nuevas expectativas que surgen constantemente en el mundo, las empresas deben mantener un diálogo con sus clientes y/o usuarios. Este fenómeno es imprescindible y más si tenemos en cuenta que:

– la frontera entre “productos” y “servicios” está desapareciendo progresivamente, a medida que el consumidor pasa de buscar únicamente un producto a desear una experiencia satisfactoria, en un sentido mucho más amplio.

– los ciclos de producción masiva y consumo general que ha caracterizado a la era industrial, han cambiado.

Y cuando se detectan nuevas posibilidades, es necesario encontrar un modo de crear un prototipo del planteamiento y poder testarlo en la realidad. No tiene por qué ser un prototipo con altas prestaciones, el objetivo es que muestre cómo funcionaría y permita mostrarlo a la gente. El objetivo del prototipo no es crear un modelo que funcione, sino dar forma a una idea para saber cuáles son sus ventajas y sus inconvenientes y descubrir nuevos caminos para llegar a la siguiente tanda de prototipos más detallados y mejor acabados.

IDEO es una agencia de diseño reconocida mundialmente, que ha desarrollado productos de éxito como el ratón de Apple. Para ello, realizó el primer prototipo de este dispositivo en su pequeño estudio de Palo Alto. Douglas Dayton y Jim Yurchenco fijaron la bola de un frasco de desodorante (del tipo roll-on) a la base de un mantequillera. Resulta curioso, pero este fue el primer prototipo que poco tiempo después llevó a Apple Computer a sacar al mercado el primer ratón de ordenador.
El ‘design thinking’ es un gran generador de innovación, no solo útil para las empresas, sino que puede ser también una herramienta para resolver problemas sociales.

El proceso de ‘design thinking’ no es lineal, trabaja la búsqueda de mejores soluciones a través de las 5 fases señaladas, pero lo más habitual es que necesitemos ir hacia adelante y volver atrás a lo largo del proceso. No es un proceso sencillo, pero es absolutamente útil. Un enfoque centrado exclusivamente en la tecnología no resulta lo suficientemente enriquecedor, son necesarias ideas que den soluciones a retos globales.
Tal y como indica Tim Brown:

«Las empresas sin imaginación

generan grandes oportunidades de negocio

para los competidores más ágiles e imaginativos”

Es cuestión de trabajar intensamente en la búsqueda de mejoras a problemas reales, sin bloquear ninguna posibilidad, a partir de una posición de empatía con las personas a las que queremos ayudar. A partir de ahí, experimentar soluciones y ver si realmente son una buena idea o no.
Y,   ¿cómo saber si realmente es una buena idea?
Fácil…
dirás    ¿cómo  no  se  me  había  ocurrido  antes?