El futuro se construye hoy. Si queremos un futuro mejor, está claro que debemos construir una sólida base ahora.
La recuperación de la crisis económica está siendo lenta en Europa, y los gobiernos nacionales buscan fórmulas para reducir el desempleo, promover la competitividad y generar crecimiento. De forma recurrente, se vuelve a poner sobre la mesa el debate  sobre educación -aunque sigo opinando que no se le da la importancia debida, ni se toman las necesarias decisiones-. Sabemos que la educación está conectada de forma muy estrecha con la economía y que puede ser un pilar fundamental para conseguir un crecimiento económico duradero e inclusivo. Está calculado en cifras: la OCDE calculó en el año 2010 que llevar a todos los países al rendimiento medio en educación de Finlandia, uno de los sistemas educativos con un mayor nivel de calidad, daría como resultado una ganancia económica del orden de 260 trillones de dólares durante la vida de los nacidos en ese año.
Este es uno de los datos que podemos leer en el el último informe de la OCDE relativo a educación. En un momento en que la educación se encuentra en proceso de reforma en todo el mundo, aunque de formas distintas. Se habla de llevar a cabo ambiciosas reformas en educación para mejorar resultados, pero estos cambios no son fáciles de conseguir: “requieren tiempo, las opciones de mejora pueden no ser evidentes y los grupos con intereses particulares pueden obstaculizar las reformas”, señala el informe de la OCDE.
El nuevo entorno económico y social
El nuevo entorno económico y social hace que la ventaja de un país la contituya en gran medida su capital humano. De ahí, la importancia de invertir en educación. Pero la inversión en educación puede realizarse enfocada de formas muy diversas. Destinar un % mayor del PIB a la inversión en educación no es suficiente. Las inversiones deben realizarse con criterios de eficiencia y lo que servía hace unas décadas, es posible que ya no sea útil en la actualidad.
Nuestro mundo ha cambiado, y esto incide en el funcionamiento de los sistemas educativos y los tipos de respuestas políticas que se deberían implementar. El informe de la OCDE destaca especialmente:
-Importancia creciente de la actividad económica internacional: La economía se ha interco­nectado globalmente a una escala sin precedentes. En educación, este hecho crea la necesidad de desarrollar nuevos currículos para dar a los estudiantes las competencias necesarias en una economía globalizada, que requiere fomentar competencias específicas.
-La migración es mucho más frecuente, sobre todo hacia los países ricos. La movilidad de las personas ha crecido de un modo muy significativo. Los inmigrantes representan, de promedio, el 11,5 % de la pobla­ción de los países de la OCDE
-Los avances digitales tampoco tienen precedente en nuestra historia. Han supuesto una mayor interconectividad a escala mundial que permite el acceso a mucha más información e incrementar la experiencia participativa en todas las áreas.
Y antes estos cambios, la pregunta es fundamental:
¿Cómo debería ser la educación del siglo XXI?
Creo que existen muchos aspectos clave que deberían ser tratados para analizar el tema. Por ello, en las próximas semanas me gustaría poder profundizar en algunos de los temas más significativos que impactan en educación, analizando qué es lo que se está haciendo en relación a cada tema y consultando la opinión de un experto en ese ámbito.
Los aspectos clave que, personalmente, considero que se deben abordar de forma imprescindible son los siguientes:

  1. La necesidad de aplicar un cambio educativo.
  1. Nuevas habilidades y competencias necesarias en el siglo XXI.
  1. Cómo aplicar de forma eficiente las nuevas tecnologías en los processos de aprendizaje.
  1. La educación integral, con la incorporación de la educación emocional.
  1. Los agentes educativos y su implicación.
  1. La sociedad del aprendizaje.

Todos ellos han sido tratados a nivel científico y se han desarrollado importantes teorías a su alrededor. Comentaremos lo que nos dicen los investigadores de mayor prestigio internacional al respecto, pero me gustaría añadir también una visión de lo que sucede aquí y ahora, ver si se están llevando a la práctica algunos avances en estos ámbitos y qué opinan aquellos expertos que viven el día a día del mundo de la educación. Si queremos una mejor educación no basta con decirlo, hay que hacerlo.