CONSEGUIR UN OBJETIVO
Es increíble la fuerza que tiene un propósito a la hora de conseguir un objetivo.
Marca la diferencia
Necesitamos un porqué
En mi trabajo, es algo que siempre tengo muy presente. Cuando te dedicas al mundo de la educación, de la formación, sabes que es fundamental abrir los ojos a tus alumn@s sobre el tema que les estás explicando: por qué es necesario, para qué les va a servir, cómo lo podrán aplicar, por qué les va a ayudar…
Esta semana tocaba Sevilla. Workshop de Innovación en la Universidad de Loyola para directiv@s y empresari@s. Sevilla tiene un color especial… la ciudad está radiante, con sus calles preciosas, naranjos repletos de naranjas –sorprende verlos así en pleno mes de febrero–, y con esa arquitectura maravillosa que enamora.
Sevilla huele a naranja, me quedé con ese detalle ya hace años, cuando estuve allí en Semana Santa y en el hotel en el que me alojaba el jabón y el agua de colonia eran de naranja, «Eau d’orange verte» de Hermés… un aroma que me encanta y que desde entonces es mi colonia en primavera. He visto las calles solo de pasada, en taxi, y aunque no he tenido tiempo para disfrutarlas, el simple hecho de contemplarlas, genera una sensación maravillosa…
Y el trabajo, una vez más, muy estimulante. Profesionales que están trabajando en proyectos de éxito y que quieren seguir mejorando, que dedican algo de su tiempo a aprender –la inversión más rentable– porque son conscientes de que debemos formarnos constantemente.
NECESITAMOS INNOVAR
Tod@s l@s profesionales necesitamos innovar, trabajemos en el sector que trabajemos, trabajemos por cuenta propia o para una organización… Apostar por innovar requiere coraje, porque existen muchas reticencias al cambio y no todo el mundo se adapta, ni todo lo que intentas sale bien a la primera.
Innovar requiere una motivación para hacerlo y un método para guiar el proceso. En mis formaciones trabajamos ambas claves: motivación y metodología.
Sobre motivación escribo muchas veces aquí, en INED21, considero esencial trabajar en aquello que nos mueve y que nos impulsa. Sobre metodología, siempre busco cuál puede ser el mejor marco de trabajo para conseguir nuestros objetivos. Me gusta trabajar con las metodologías más novedosas –te lo contaba en «El cambio duele, pero el no cambio mata»–, y también recordar las metodologías «clásicas» que siempre funcionan.
Entre los autores a los que siempre cito en mis sesiones de formación, está Peter Drucker, el gran gurú delmanagement del siglo XX. Peter Drucker ya investigó sobre innovación hace décadas y los resultados de su trabajo siguen siendo muy potentes. Me remito a su trabajo cuando tratamos sobre innovación, y también al recordar cómo Peter F. Drucker designaba la autoevaluación como ‘la primera acción que debemos realizar para mejorar’.
CINCO CLAVES
Las cinco claves de Peter Drucker
A menudo, las preguntas más simples pueden ser las más difíciles de responder. Sin embargo, es necesario que nos hagamos ciertas preguntas. El proceso de autoevaluación de tu trabajo es imprescindible para entender cómo lo estás haciendo y determinar hacia dónde quieres ir.
Si eres una persona que crees en la mejora continua y que aspiras crecer, el autodiagnóstico puedes realizarlo a partir de las Cinco claves que plantea Peter Drucker en el libro del mismo título.
Clave 1
¿Cuál es tu misión?
La primera clave es que tengas claro cuál es tu misión actual.
La misión es el motivo o la razón de ser de tu trabajo. A priori, puede parecer sencillo definirla, pero es más difícil de lo que parece. Debe ser verdadera. Una misión debe tener un significado profundo, algo en lo que crees profundamente, no solo a nivel profesional, también a nivel personal.
Una declaración efectiva de tu misión es corta y concreta, y debe resultar clara y estimulante. Por ello, de vez en cuando, es bueno parar a reflexionar sobre ello.
Ten clara tu misión, es la que guía tu trabajo. Es recomendable que sigas estas 4 pautas:
Asegúrate de que los resultados que obtengas al alcanzar tu misión sean importantes para ti.
Asegúrate de que el proceso para alcanzar tu misión sea algo que te enamore.
Analiza cómo inviertes tu tiempo, dedica el máximo tiempo posible a aquello que te genera felicidad y que tiene relación con tu propósito.
Clave 2
¿Quién es tu cliente?
Identifica quién es realmente tu cliente o usuario, el destinatario final de tu trabajo. Haz el ejercicio de identificar a tu cliente principal y a tu cliente secundario. Si quieres enfocarte en resultados, debes tener muy claro a quién te diriges, conocerle muy bien, qué le aportas, cómo crearle experiencias positivas y conseguir que te recuerde. Tu éxito va a depender en gran medida de cómo contribuyas a mejorar la vida de tu cliente, sea quién sea.
Clave 3
¿Qué valora tu cliente?
Debes tener claro qué busca tu cliente, qué es lo que necesita y valora. Es necesario reformularse continuamente esta pregunta, porque las personas cambian y sus necesidades también.
Por ello, Drucker aconseja que te hagas tres preguntas clave:
¿Qué necesitas saber de tu cliente?
¿Cómo puedes conocer más de tu cliente?
Clave 4
¿Cuál es tu resultado?
¿Qué estás consiguiendo? Cómo mides tu resultado, en qué tienes éxito, qué deberías fortalecer y qué deberías abandonar.
«Lo que no se mide no se puede controlar». Así que, ya sabes, debes medir tus resultados. Tu progreso y tus éxitos pueden ser evaluados en términos cuantitativos y cualitativos, dos tipos de medidas interrelacionadas y ambas necesarias. Determina cómo mides tus resultados (plantea tus propios KPI’s) y haz un seguimiento. Los resultados son la clave de tu supervivencia, porque te marcan qué debes fortalecer y qué deberías abandonar.
Clave 5
¿Cuál es tu plan?
Y, en último lugar, pero no por ello menos importante: ¿cuál es tu plan?
Para conseguir tu misión, debes tener en cuenta tres aspectos:
La competencia.
Los resultados.
La misión trasciende el momento presente, y sirve de guía, porque te da el marco para fijar tus metas y movilizar los recursos que necesitas. Para impulsar la misión es necesario hacer cosas en el presente, pero también fijar objetivos concretos para el futuro. Y esos objetivos deben, por supuesto, ser medibles.
Siguiendo las cinco claves que propone Peter Drucker, llegamos al final de las preguntas de autoevaluación. Aunque es necesario tener en cuenta que la evaluación no termina nunca, evolucionamos constantemente. Es conveniente dedicar tiempo al diagnóstico, así como es importante no tener prisa ni restar importancia a la profundidad de las cinco preguntas, aunque puedan parecer fáciles, llegar a la respuesta profunda y real no lo es.
AFILAR LA SIERRA…
Tal y como señalaba Stephen Covey en «Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva», el 7º hábito es«afilar la sierra». La necesidad de parar y reflexionar sobre ti mism@ para poder hacer mejor las cosas, para trabajar mejor y conseguir mejores resultados. Y en este proceso de reflexión, tener claro tu propósito es fundamental. ¿Qué te mueve? ¿Hacia dónde quieres ir? ¿Qué quieres cambiar? Si… quieras o no, estamos en un proceso cambio continuo.
La innovación se ha convertido en imprescindible.
El cambio duele… pero el no-cambio mata.
Encuentra tu motivo para el cambio. Que no sea el motivo que te dan otros, que sea el tuyo.
Y recuerda que no hay mayor distancia que no atreverse, mayor locura que no cometerla ni peor motivo que pensar que no puedes…
Yo he encontrado el mío,
el propósito de la vida es crecer…
y el camino es aprender
(no podría tener un trabajo más maravilloso)
Purpose
You give me purpose…
Artículo publicado en INED21
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