Emprender es una actitud

Por qué necesitamos intraemprendedores

 

Emprender es una actitud ante la vida, NO es crear una empresa.

Al hablar de emprender, solemos pensar en ‘crear una empresa’. Sin embargo, el significado de la palabra emprender es mucho más profundo. El significado según la RAE es el de ‘acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro’.  Y mi definición preferida de emprender es la que dio la Comisión Europea en 2006, que definió la habilidad emprendedora como ‘la capacidad de las personas de convertir ideas en actos”.

Llevo muchos años hablando de emprender como actitud y defendiendo la necesidad de potenciar la actitud emprendedora, en la vida y en las empresas, porque es una actitud que vamos a necesitar en muchas ocasiones, porque nos enfrentamos a situaciones nuevas, a problemas que no habíamos tenido antes, y en esos momentos no sirve repetir repuestas.

 

La actitud emprendedora es necesaria para las personas -para solucionar situaciones imprevistas, para atreverte a materializar tus proyectos, …- y es necesaria también para las organizaciones, cada día más. Las empresas se encuentran ante un entorno cada vez más competitivo, en el que emergen nuevas tecnologías constantemente, y ese entorno requiere empresas innovadoras si quieren seguir siendo relevantes.

Las empresas deben comprender claramente el concepto de intraemprendimiento y cómo integrarlo en el ADN de la propia organización.

 

¿Quiénes son los intraemprendedores?

Los intraemprendedores son aquellas personas que trabajan en una empresa y que se dedican a identificar nuevas oportunidades, buscar la solución para satisfacerlas, probar si la solución funciona y cómo implementarlas, de modo que con ello innovan y crean valor para la empresa. Este tipo de trabajador/a puede desenvolver sus cualidades dentro de la propia organización, desarrollando sus ideas y su creatividad para alcanzar unos objetivos detrminados.

No cabe duda de que las organizaciones necesitan intraemprendedores. Personas que sean capaces de ver oportunidades para crear valor y que estén dispuestas a asumir el riesgo para aprovechar esas oportunidades. Riesgo que, por supuesto, debe asumir en primera instancia la propia organización:  los intraemprendedores solo conseguirán alcanzar sus objetivos si la organización les da el necesario respaldo y acepta el riesgo. Innovar no es seguro, existen riesgos que deben ser asumidos por todos.

Durante estos meses de crisis provocada por la pandemia hemos podido encontrar empresas que, a pesar de la adversidad del momento, se han atrevido a dar un paso adelante y a innovar dentro de su propia actividad. Lo han hecho diseñando nuevos productos, cambiando sus procesos y reestructurando sus equipos.

Aunque el barómetro del emprendimiento corporativo (o intraemprendimiento) en España muestra todavía tasas bajas, la actividad intraemprendedora debe incrementar si las empresas quieren ser innovadoras y avanzar de un modo constante. El intraemprendimiento es una herramienta poderosa para acelerar la innovación, utilizando un recurso muy valioso: sus empleados.

5 Claves fundamentales del intraemprendimiento

Apoyar el emprendimiento corporativo es algo fácil de decir y muy difícil de hacer. Si una organización está decidida a hacerlo debe tener claras una serie de premisas. Deloitte publicó un análisis sobre el intraemprendimiento en el que exponía 5 claves fundamentales que cualquier organización debe tener en cuenta cuando se empiece a plantear la posibilidad de fomentarlo.

Clave 1- El intraemprendimiento es una aproximación centrada en las personas (‘people-centric’) para desarrollar innovación desde dentro de la organización

Las empresas, históricamente, habían puesto el foco de innovación, con frecuencia, fuera de la organización: adquisiciones y asociaciones con empresas expertas en un ámbito determinado. Ahora se trata de poner el foco dentro: en las personas de la propia organización.

Cuando Steve Jobs y un grupo de 20 empleados de Apple empezaron a trabajar separados del resto de la organización para desarrollar lo que sería el Apple Macintosh, ellos trabajaban con completa autonomía y apartados físicamente. Steve Jobs definió ese grupo como “un grupo que, en esencia, volvían a trabajar al garaje, pero en una gran compañía, lo que comúnmente se conoce como intraemprendimiento”.

Clave 2- El intraemprendimiento tiene su retorno en forma de crecimiento de la empresa, cultura y talento.

Apoyar la actitud emprendedora dentro de la organización lleva a incrementar el número de innovaciones que se proponen y, por tanto, las que se adoptan, reduciendo el time-to-market de nuevos productos o servicios, lo que se acaba traduciendo en mayores tasas de crecimiento.

En un momento de “guerra por el talento”, al apoyar a los intraemprendedores, a las personas con iniciativa y con alto potencial, se consigue atraer talento con habilidades emprendedoras que quieran desarrollarse en una organización, un talento muy valioso.

Clave 3- No se trata de crear intraemprendedores, se trata de encontrarles y reconocerles.

Las personas con actitud emprendedora existen en cualquier organización, solo necesitan ser detectados y que se les impulse a desarrollar nuevos retos.

En mi experiencia en proyectos concretos, el departamento de Recursos Humanos identifica extraordinariamente bien a las personas con ese talento y no suele ser difícil crear un equipo de intraemprendimiento en una empresa. Las personas con actitud emprendedora acostumbran a querer participar en este tipo de iniciativas -en muchas ocasiones, hay más candidatos que puestos en los equipos intraemprendedores-, puesto que presentan una motivación intrínseca muy poderosa.

Clave 4- Los intraemprendedores conocen las reglas de la empresa y las rompen de un modo efectivo.

Los intraemprendedores conocen las normas de la empresa, y saben qué límites no se deben cruzar, buscan el modo de transformar a través de riesgos calculados que no dañen a la organización.

Los propios empleados de la empresa son quiénes mejor conocen el producto, el cliente y la propia organización. Pueden buscar vías de desarrollar innovación en una posición más cómoda que los emprendedores de una startup, en muchas ocasiones, puesto que disponen de más recursos -los más importantes, financieros, capital humano y relaciones-.

Clave 5- El intraemprendimiento requiere un enfoque de gestión diferente.

El enfoque de gestión con los intraemprendedores debe ser radicalmente distinto, y el apoyo desde el comité de dirección debe ser claro y unánime. Sin ese apoyo, no es posible desarrollar un emprendimiento corporativo real.

El enfoque de gestión es diferente, y hay que ser conscientes de que es preciso:

      • darles apoyo: si no están apoyados desde la alta dirección, es imposible que consigan trabajar en sus objetivos;
      • darles autonomía y responsabilidad. Deben ser equipos autogestionados, con unos objetivos y unas responsabilidades muy claras;
      • deben tener motivación e incentivos: la motivación es de crucial importancia y, en muchas ocasiones, los incentivos económicos son importantes, pero no suficientes. Hay que ser tolerantes con los errores y fallos.
      • sus compensaciones por objetivos deben tener en cuenta una combinación del corto y el largo plazo, objetivos concretos alineados con la estrategia de la compañía;
      • necesitan recursos. Se les debe dotar de recursos en términos de tiempo, de medios y económicos;
      • la comunicación es fundamental, el intercambio de ideas y la transparencia en los procesos;
      • y, finalmente, es necesaria una estructura descentralizada, en la que se delegan decisiones realmente y fomentar la cooperación y los proyectos interdisciplinares.

Necesitamos intraemprendedores

Las organizaciones deben ser conscientes de estas 5 claves y aplicarlas debidamente.

Cada día son más las organizaciones que apuestan por el intraemprendimiento, y probablemente la situación actual ha propiciado todavía más esa tendencia.

El próximo jueves 26/11 tengo el placer de hablar sobre ello para PIMEC en la jornada “¿Nos atrevemos?”. Si te interesa el tema, te animo a seguirla.

¿Por qué no todas las empresas favorecen la figura del intraemprendedor?

Como decía, apoyar el intraemprendimiento es fácil de decir. Pero ¿por qué no todas las empresas favorecen la figura del intraemprendedor? La respuesta que más he podido constatar es por miedo. Porque emprender, aunque sea dentro de una empresa, implica equivocarse, fallar, errar. Son palabras que asustan a la mayoría de las empresas, que tienden a esquivarlas y a quedarse como están, prefiriendo no correr riesgos. Pero vivimos en una época de cambios y de incertidumbre.

Como escribía hace unos días Xavier Ferrás en La Vanguardia en un extraordinario artículo:

“Explorar nuevas oportunidades en entornos de incertidumbre es como tratar de salir de una habitación a oscuras: hay que experimentar. ¿Dónde está la salida? Jamás la hallaremos por planificación… Solo hay una estrategia para salir: experimentar. Avanzar, en una dirección cualquiera, hasta palpar la pared. Alguien consideraría un fracaso tocar la pared. No lo es: fracasamos como parte inevitable del proceso de aprendizaje.”

Lo que servía hace unos años, o hace unos meses, ya no sirve ahora. Ello implica que o aprendemos o no podremos adaptarnos a los nuevos tiempos, y aprender tiene sus riesgos. Solo las empresas con claro interés por la adaptación al cambio, por el aprendizaje y por la innovación están dispuestas a asumir el riesgo a equivocarse.

Emprender es una actitud ante la vida.

Emprender es una actitud ante la vida.

Una actitud necesaria ante los retos que se nos van planteando.

Hay momentos en los que hay que replantear temas, en los que hay que ir a contracorriente y explorar otras opciones.

Es hora de superar el miedo al cambio.

En un mundo de incertidumbres, la habilidad de adaptarse al cambio es más importante que la experiencia.

 

A contracorriente

 

.