Vivir en un entorno de cambios marca el estilo de vida. En la medida en que se producen los cambios, las empresas necesitan adaptarse a su nuevo entorno y esa adaptación supone en muchas ocasiones un cambio de modelo de negocio. Las empresas sienten la presión del cambio, pero la reinvención es más difícil de lo que pueda parecer.
Innovación es la palabra de moda. Todo el mundo está innovando, o al menos lo intenta, cada uno entendiendo el concepto de innovación a su manera: nuevos productos, nuevos procesos, …  Innovar no es inventar. Sabemos que, en la gran mayoría de casos, la innovación no se consigue a través del desarrollo de nuevas tecnologías, sino a través de conseguir una nueva mirada o un nuevo enfoque, de encontrar nuevas soluciones a problemas reales.

Innovación contra el estancamiento

Antes o después, todos los negocios, incluso los de mayor éxito, van a tener que cambiar. Esta es una premisa incomoda que no permite que nadie pueda instalarse en la zona de confort y nos empuja a plantearnos continuamente qué podemos mejorar y cómo cambiar. La habilidad en gestionar adecuadamente el cambio de modelo es la que separa las organizaciones de alto rendimiento («high performers») de las que no lo son.
Todas las organizaciones llegan en determinados momentos a un estancamiento de su crecimiento -que puede convertirse posteriormente en un descenso- y resulta de vital importancia anticiparse.
Matthew S. Olson y Derek van Bever analizaron en su libro «Stall Points»  cuáles son los motivos por los que las empresas se estancan, algo preocupante si tenemos en cuenta que demuestran que dos tercios de las compañías que han visto estancado su crecimiento son después adquiridas o acaban en cierre.
Muy pocas empresas son capaces de evitar el estancamiento en el crecimiento de la cifra de negocios en determinados momentos. Y aunque se puede pensar que ello es atribuible al ciclo natural del negocio, el libro «Stall Points» muestra que es debido a las decisiones estratégicas que se han tomado previamente. El libro analiza las experiencias de crecimiento de 600 empresas de Fortune 100 en los últimos 50 años para identificar por qué se estanca el crecimiento. Los autores concluyen que la mayor amenaza al crecimiento de una empresa se produce:
– por supuestos estratégicos obsoletos que socavan la posición de la compañía en el mercado,
– así como por una inadecuada gestión de la innovación y del talento.

Mantener premisas que ya no son válidas puede suponer un grave problema en la evolución de las organizaciones.

El momento del cambio

Las organizaciones de alto rendimiento consiguen repensar sus estrategias y reinventar su modelo de negocio antes de que el modelo actual se debilite. Hacer el cambio cuando el modelo ya presenta signos de apagarse reduce considerablemente las probabilidades de éxito. Por ello, las compañías de alto rendimiento necesitan personas capaces de hacer crecer nuevos negocios, además de gestionar el existente.
La representación gráfica de esta necesaria transformación del modelo de negocio la encontramos en la representación de cómo una organización de alto rendimiento salta de una curva S a la siguiente. La curva S muestra cómo la innovación empieza despacio, acelera y alcanza un máximo -a partir del cual empezará ya a descender- que hace necesario saltar a una nueva tecnología -una nueva curva S-.
Para saltar de una curva S a la siguiente se precisa una mente abierta, nuevas ideas y un continuo agitar del top team. Algunos ejecutivos son extraordinariamente buenos en la gestión de un negocio determinado, mientras que otros presentan un perfl más emprendedor y buscan nuevos negocios. No existe un perfil mejor que otro, lo que resulta determinante es que la compañía sea capaz de simultanear una gestión excelente de negocio actual con la necesidad de detectar el momento adecuado de hacer un salto en el modelo de negocio.

Innovación: una cuestión de mentalidad

Uno de los grandes dilemas de las empresas es que para aumentar su valor, tienen que crecer y, para crecer, tienen que innovar. Y la innovación presenta muchos riesgos. La probabilidad de éxito es estadísticamente baja. Un elevado número de innovaciones fracasa no por un problema en la tecnología, ni por un problema del mercado, sino por la dificultad de gestionar el nuevo negocio. Las habilidades que se necesitan para gestionar una innovación son diferentes a las que se requieren para administrar un negocio en funcionamiento.
Para Clayton M. Christensen (Harvard), autor de «The Innovator’s Solution» -publicado unos años antes que su célebre «The Innovator’s Dilema», el motor de la innovación disrupitva necesita:
– empezar a innovar antes de que sea necesario: el mejor momento para invertir en innovación es cuando la empresa está creciendo, no se debe esperar a que aparezcan los problemas para innovar;
– una Alta Dirección comprometida, puesto que es el origen del cambio;
– disponer de un equipo experto de «agitadores»
– e invertir en formación del personal para disponer de capital humano capaz de detectar las oportunidades cuando se presenten.
La supervivencia de las empresas depende del cociente de velocidad de cambio: sabemos que si la velocidad del cambio externo supera a la velocidad del cambio interno, la empresa difícilmente va a sobrevivir. Por tanto, es cuestión de adecuar esa tasa de cambio, el único modo de conseguir innovación.
Una mentalidad abierta es probablemente uno de los activos más valiosos para conseguir innovación. Es cuestión de trabajar intensamente en la búsqueda de mejoras a problemas reales, sin bloquear ninguna posibilidad, a partir de una posición de empatía con las personas a las que queremos ayudar. A partir de ahí, experimentar soluciones y ver si realmente son una buena idea o no.
Es cuestión de mirar de otro modo,
de plantearse siempre lo que damos como invariable
de no usar como argumento «es que siempre lo hemos hecho así»
porque inexorablemente todos estamos encadenados al pensamiento predominante
pero se trata de plantearse otro modo de hacer las cosas
y de escapar a ese «chained to the rhythm»…
(atención a la letra de la canción,
que me parece muy ilustradora de este pensamiento uniforme
que suele predominar en nuestras vidas…)
 
Cuidado con acostumbrarse…

Acostumbrarse
es otra forma de morir
Dulce Chacón

 

 
Are we crazy?
Living our lives through a lens
Trapped in our white-picket fence
Like ornaments
So comfortable, we live in a bubble, a bubble
So comfortable, we cannot see the trouble, the trouble
Aren’t you lonely
Up there in utopia
Where nothing will ever be enough?
Happily numb
So comfortable, we live in a bubble, a bubble
So comfortable, we cannot see the trouble, the trouble
Ah, so good
Your rose-colored glasses on
And party on
Turn it up, it’s your favorite song
Dance, dance, dance to the distortion
Turn it up, keep it on repeat
Stumbling around like a wasted zombie
Yeah, we think we’re free
Drink, this one is on me
We’re all chained to the rhythm
To the rhythm to the rhythm
Are we tone deaf?
Keep sweeping it under the mat
Thought we can do better than that
I hope we can
So comfortable, we live in a bubble, a bubble
So comfortable, we can’t see the trouble, the trouble
Aha, so good (so good)
Your rose-colored glasses on
And party on
Turn it up, it’s your favorite song
Dance, dance, dance to the distortion
Turn it up, keep it on repeat
Stumbling around like a wasted zombie
Yeah, we think we’re free
Drink, this one is on me
We’re all chained to the rhythm
To the rhythm to the rhythm
It is my desire
Break down the walls to connect, inspire
Ay, up in your high place, liars
Time is ticking for the empire
The truth they feed is feeble
As so many times before
They greed over the people
They stumbling and fumbling and we’re about to riot
They woke up, they woke up the lions (woo!)
Turn it up, it’s your favorite song
Dance, dance, dance to the distortion
turn it up, keep it on repeat
Stumbling around like a wasted zombie
Yeah, we think we’re free
Drink, this one is on me
We’re all chained to the rhythm
To the rhythm to the rhythm
It goes on, and on, and on (turn it up )
It goes on, and on, and on
It goes on, and on, and on
(It goes on) ‘cause we’re all chained to the rhythm